Mientras esperaba (relato erótico)
Era la noche perfecta, llena de niebla y relampagos, de aullidos, gemidos, borrachos en la calle, noche de frotarse con las manos.
Esperaba asomada en la ventana, la venida de su amor, un hombre de ojos oscuros, de poca fuerza y con un miembro caído; la edad lo tenía cansado, por muchos besos y chupadas que ella le diera, no lograba ponerse erecto. Él sabía cómo mover los dedos dentro de ella para darle placer, así transcurrían sus noches, chupando pezones, metiendo dedos y de ser necesario penetrándola con la mano completa. Ella era feliz, llevaban tiempo en esa situación, ya no extrañaba un duro pene, incluso me atrevería a firmar que prefería el movimiento brusco de la mano que tener encima un cuerpo lento y pesado.
Y, es que era una noche perfecta, ella estaba ansiosa, quería esas malditas manos adentro; él no llegaba, una hora de retraso, quizá alguna junta extracurricular lo alejaba de ella y sus deseos sicalípticos.
La ventana esta fría, la lame, el frío amplifica su frenesí; nadie transita por la calle, se quita el sujetador y acerca al vidrio su pezón blando, esa impresión fría la hace soltar una sonrisa deliciosa, se frota contra este con más fuerza y empieza a sentirse fogosa, con ganas de que la cojan con fuerza, que la volteen y se lo metan por detrás mientras sujetan su cabello fuertemente diciéndole cosas obscenas. Sus pezones están duros, rojos por el movimiento rudo contra la superficie , se toca el cuello, se chupa sus dedos con hambre, los desliza con afán por su vientre y abre las piernas, esta tan húmeda que no tiene inconvenientes en meter tres dedos dentro de sí misma, los mueve, los abre, los saca, vuelve a frotarse con dos, ahora entran los cuatro, junta las piernas, aprieta con fuerza, las abre, mete los cuatro, hay cabida para el índice de la izquierda, dedos y más dedos…
Se detiene, recuerda a su amor, sabe que él hace lo mejor que puede, respira y continúa esperando en la ventana, no quiere que cuando él llegue note su humedad, este episodio será un secreto más de los miles que esconde bajo las ganas de sexo sin piedad.
Autor: @soyerotismo.