La bruja observaba un transeúnte con barba, tenía ojos cafés agrandados, algunas canas en su cabellera oscura, un rostro de apetencia y salacidad por las mujeres de cabello negro.
Las brujas tienen la habilidad de convertirse en mujeres bellas, para atraer lo que desean, así qué esta hechicera, pintó su cabellera verde selva, de color oscuro y lo sedujo.
Se asomó entre el árbol de naranjas, cuando los dos se miraron, ella dejó ver su cuerpo descubierto de trajes, se acercó con un tenue meneo de caderas y lo besó afanadamente. Él se dejó caer sobre el suelo lleno de hojarasca, gateando ella fue trepando hasta que su vagina estuvo lo suficientemente cerca de la boca de su galán.
Deseaba sentir su lengua húmeda, llena de frescor; él la movía orbicularmente, la plegaba y la introducía en la vagina, tenía un sabor fuerte, entre más gemidos ella arrojaba, más fluidos resbalaban por las paredes rígidas de la musculatura excitada.

Ella dejó salir el hechizo amarillo, junto con sudores verdes de selva, el iluso lujurioso pensó que era el éxtasis de la situación y lo bebió.
Minutos después, su oído empezó a sangrar, sus ojos gimotearon sangre, su respiración se detuvo, mientras la bruja agitada seguía disfrutando de un pene rígido de un cadáver fresco.
El gusto por las mujeres de cabello negro, lo llevó a un fatal final; su cuerpo quedó tendido en la selva, la bruja regreso a su floresta complacida.

Proceso del dibujo:

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@soyerotismo

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