Concurso de Escritura 05-11-2018, “Historia Alternativa de Caperucita roja"

in #spanish5 years ago


Fuente

Una caperucita particular

Érase una vez una muchacha muy linda que llegó a estudiar en una comarca muy lejana, como era muy humilde no tenía ropa adecuada para los días de lluvia, así que usaba una capucha roja que le habían regalado, eso hizo que desde el primer día en la residencia la llamaran “Caperucita roja”.

Mientras sus compañeras de residencia se divertían esperando que comenzaran las clases en la universidad, Caperucita roja salía a buscar trabajo.

Después de mucho caminar consiguió un empleo cuidando a una noble anciana que vivía sola; la casa era grande y hermosa, la zona era de familias pudientes.

La señora y Caperucita simpatizaron desde el mismo momento en que se conocieron, por eso decidió llamarla “Abuelita”; ella le dio un adelanto de dinero y la felicidad brilló en los ojos de Caperucita.

El único inconveniente era que para ir de la residencia hasta la casa de la Abuelita había que pasar por una zona muy peligrosa que llamaban “El bosque”, un ghetto oscuro, en el que se decía que se ocultaba un malvado apodado “El lobo”.

Caperucita, además de linda, tenía un cuerpo muy atractivo, y como la falda le quedaba un poco corta y la blusa ceñida en el busto, sus atributos se mostraban como flores provocativas en plena primavera.

“El lobo” comenzó a seguirla sin que ella se diera cuenta. Ya él sabía de la abuelita sola, pero ahora, con esta Caperucita tan provocativa, pensó en matar dos pájaros de un tiro.

Sin ningún escrúpulo entró a la casa de la abuelita, la durmió, la amarró fuertemente y la metió dentro del closet; luego se puso la ropa de ella, se maquilló, se puso una peluca, se tapó con la cobija y espero a que llegara Caperucita roja.

Caperucita atravesó “El bosque” corriendo, llegó a la casa y se extrañó de no ver a la abuelita en su mecedora, entró a su habitación, la vio acostada, se acercó a ella, y le dijo sorprendida:

–Abuelita, qué ojos tan grandes tienes.

Y el lobo le contestó:

–Son para verte mejor.

Extrañada, habló de nuevo Caperucita:

–Abuelita, pero qué voz tan ronca tienes.

Y el lobo contestó:

–Es para que me escuches mejor.

Cuando Caperucita estuvo cerca de él, el lobo la tómo por los hombros y sin que pudiera hacer nada comenzó a quitarle la ropa.

–Lobo, lobo, ¿qué haces? –dijo Caperucita.

–Serás mía –respondió el lobo, lamiéndose los labios.

–Está bien –dijo Caperucita– pero hazlo con cuidadado; no tienes por qué ser tan brusco, chico.

La pequeña falda sucumbió en un lejano rincón de la habitación; su pelo se enmarañó en las sábanas y la Caperucita roja huyó al mundo de las cosas que no han pasado nunca. El lobo truncó su voz violenta y salvaje en gemidos tiernos y sensuales.

La noche los sorprendió sumergidos en la cama.

Caperucita preguntó:

–Y qué haremos con la abuelita, pobrecita.

–No te preocupes, se quedará dormida para siempre –respondió el lobo mirándola amorosamente.

Desde ese día, Caperucita roja y el lobo vivieron felices, ella terminó su carrera universitaria, y él, convertido en un marido ejemplar, nunca más regresó al bosque.

***

Agradecida por su lectura. Si desea participar en este concurso organizado por el grupo Fuerza-hispana, he aquí

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Jajaja! Vale decir otra vez: este cuento si ha cambiado, jajaja. Suerte en el concurso amiga!

Sí, me inspiré en el Barrio Boca de Lobo, jajaja. Gracias por tu lectura.

Gracias por tu participación en el concurso de escritura de @Fuerza-Hispana.

Saludos.

Jajaja... No lo había leído hasta ahora. Buenísimo.
¡Felicitaciones por tu clasificación!

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