Concurso de Microrrelatos de Terror #MicroTerror256 - Semana 4 - El ente

Querido padre:

Te escribo para despedirme.

Aun recuerdo tus palabras cariñosas. También a mamá, que sumida en su depresión no se enteraba de nada. Todo ello hizo que dejara de ser una niña tonta, sensible y vulnerable. Me hice fuerte, cambié.

Mi ser está cambiando, gracias a ti. Mi interior se pudre. No quiero dejar de recordarte hasta el último instante. Me resisto, y de verdad me gustaría estar ahí para verte, pero como comprenderás no es posible. Sé que aún no lo entiendes, pero lo harás.

¿Qué es la vida de una persona si no hace algo grande en la misma? ¿Qué valor puede tener si pasa por ella sin pena ni gloria?

Todo el daño que me hiciste con tus perversiones, tus maltratos, tus borracheras me hicieron dejar de ser persona y convertirme en otra cosa: un ser insensible, un ente carente de toda humanidad. Ya no necesito reunir valor para enfrentarme a ti.

Algo tengo que ver con la muerte de mamá pero sabes que eres el único responsable. Como te he dicho me transformaste, por lo tanto no me culpes, tampoco tengas dudas, claro que fui “tu”.

Por último quiero decirte que en algún momento te quise, de una manera distorsionada, pero amor al fin y al cabo. Espero que con esta confesión aún te duelan algo más estas palabras.

Te veré en el infierno.

Sinceramente,

Posdata: esta carta está impregnada de ricina. Si has leído hasta aquí has inhalado suficiente. Feliz día del padre.