Generalmente no hago reseñas de películas, así que este post no será una reseña, se trata de lo que sentí al mirar cada escena de esta historia.

Supongo que debo comenzar comentándoles un poco la trama, donde un bello director de teatro y su preciosa esposa compañera de trabajo, atraviesan un proceso manipulado y difícil de divorcio, que los lleva a situaciones complejas.

Es que los hombres y mujeres podemos ser tan complicados en el amor; pero sin duda amamos a nuestros hijos con toda alma. Por ellos superamos cualquier dolor y enfrentamos situaciones para las cuales no estamos preparados.

La actuación Scarlett Johansson y Adam Driver me impactó (ambos actores siempre superhéroes o villanos), en esta oportunidad, se notaba el sentimiento en sus palabras. Sufrí con ellos, me sentí engañada como ella, pero sentí todo el dolor de él y hasta le tuve más compasión, el padre ideal en su soledad dentro de un mundo con errores normales.

¿De qué se trata la vida?

De los logros que apuntamos, de la familia, del amor. Esta historia del final de un matrimonio me hace llorar como si hubiese sido yo. La búsqueda de esa apoyo final que reflejan luego del desenlace.

Efímeros pensamientos, lágrimas que en mis mejillas dibujaron mi mayor temor. Al final de la vida quiero seguir al lado de los que amo, y quizá tejer por amor.

Impacta, ¿verdad?

Quizá cuando veas esta película recuerdes mi intento por describir lo que sentí al verla, quizá no. Pero de que es basada en una gran historia de sentimientos muy puros, de eso puedo dar fe, son grandes actuaciones y un excelente rodaje de una historia de drama, familia, comprensión y amor.