NO ES UN JUEGO DE NIÑOS

Este es un tema sobre el cual no me hubiera gustado escribir pero lamentablemente los problemas y situaciones desagradables también forman parte de nuestras vidas y es que todavía me tiemblan las manos y siento un gran sobresalto en el pecho porque acabo de ver a un niño de dieciséis años corriendo desesperado cargando a su bebé de un año fallecida por ahogamiento con alimento.

Particularmente no soy amante del morbo o amarillismo, por lo que no entraremos en detalles sobre este terrible acontecimiento. Pero ante la gravedad del mismo no podemos voltear la cara hacia otro lado e ignorar, que muy posiblemente la causa de un hecho tan doloroso como este, sea una de las tantas consecuencias de un gran problema social que se viene incrementando a una velocidad muy preocupante en Venezuela y se trata de los embarazos en adolescentes.

Venezuela se ubica entre los países con mayor índice de embarazos de adolescentes en el mundo, solamente comparable con algunos países Africanos de extrema pobreza y es el primero en el continente Americano.

En Venezuela veinticinco de cada cien embarazos son de adolescentes y de esas, veinte quedan fuera del sistema educativo.

Hace diez años la edad promedio de iniciación sexual era de quince años, ahora esta misma se ubica en los doce años.

Traer un ser humano al mundo no puede ser un juego de niños, desde el momento mismo de la concepción, hasta que un niño tenga una capacidad mínima de auto defensa, dependen necesariamente de una serie de cuidados y atenciones que puedan garantizar su bienestar, para eso es absolutamente necesario que los padres tengan un grado de madurez y experiencia que los ayuden a saber cómo reaccionar ante tantos imprevistos que se pudieran presentar y representen un peligro para la criatura o la madre.

Este problema afecta a muchos países del mundo y entre sus principales causas son conocidas, la falta de orientación sexual, la dotación de anticonceptivos y la falta de políticas públicas de prevención. Pero en el caso de Venezuela, todas estas causas se acentúan mucho más y ahora se agrega un nuevo factor. En los sectores de más bajos recursos, para una adolescente estar embarazada de un líder negativo, como les dicen ahora a los delincuentes que controlan una zona, es una forma de adquirir ayuda económica con los recursos proveniente de las diferentes actividades delictivas de estos grupos, además de protección para ella y su familia contra la violencia que constantemente se vive en estos sectores.

Tomando en cuenta la terrible situación económica de Venezuela y que este problema tiene su nicho más importante entre los adolescentes de muy bajo nivel socio cultural dejaré para la reflexión de ustedes, la siguiente pregunta ¿en qué medida podrá ayudar y cómo interpretarán estos adolescentes, que el gobierno nacional , haciendo alarde de su política más populista anuncie un “Bono para las Mujeres Embarazadas”?

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