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Amigos, bienvenidos una vez más a este mi espacio creativo, en el que les voy a compartir un pequeño relato dedicado a los chiquitos de la casa , en el que intentaré sumergirlos a ustedes, en su universo infantil, de fantasía, inocencia, magia, color y golosinas.

Les presento el cuento amigos, disfrútenlo

Tláloc Tlátloc Tláloc...ssshhh… ¡llueve, llueve, llueve! Ssshh…en el Vergel...susurra la nube azul pastel, mientras precipita gotas en menuda llovizna, fresca, dulce, deliciosa, como bastoncillos de caramelos de mocca y menta, sobre el verde pasto alfombrado de grama recién cortada, celebrando un festival de flores multicolores ,retozonas, y traviesas, jugando a las escondidas.

Violetas y margaritas, pisan jugando a la rayuela, los mirtos y las hortensias, compiten saltando a la cuerda con las iguanas y las ardillas, mientras un tímido gusanito se ducha debajo del lirio, en medio de un coro de loritos, turpiales, paraulatas, colibríes y un sinnúmero de bichitos haciendo el repeat.

Madreselvas trepadoras, vuelan su papagayo tirados por los bejucos de ensueño de las ramas de parchita, campanelas musicales, silban las flautas pastoras, de los rebaños de cabras y manadas de ovejitas, que azotan piñatas de fiesta en el feliz cumpleaños.

¡Ling! ¡lang! ¡ling! ¡lang! ¡ling lang ling linnnn!… golpea la campana su único diente, con su sonido agudo y metálico, llamando a toda garganta a los niños del lugar, a ingresar a su clase de arte y creatividad.

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Les acompañan traviesos gnomos, pigmeos, duendecillos, elfos y diminutas hadas tutoras, con sus morrales a cuestas, que saltan bulliciosos en sus traslúcidas espaldas. Ingresan todos revoltosos al recinto creativo, de luz, color, magia, acuarela, inocencia, ternura y una curiosidad sin fin.

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Se despojan de sus impermeables, de sus mochilas y de sus botas de invierno, dejando sus pies descalzos, al abrigo de sus calcetines.

Y en una procesión devota, se posan en el piso sobre esterillas de bambú, formando una mística ronda de caracoles, apretujados entre las alas de las hadas, las orejas puntiagudas de los elfos y las patitas cortas de los gnomos y los pequeños pigmeos.

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El vergel, es una pequeña población de los andes venezolanos, dueña de enormes extensiones de tierra fértil, hermosas praderas, verde pasto y abundantes sembradíos de hortalizas, frutas y criaderos de ganados y caballerizas, que conforman el útero reproductor del lugar, de las mejores semillas proveedoras, del sustento de sus pobladores.

Parece un lugar encantado poblado de muchos niños, expedicionarios de ranas y saltamontes, salta charcos, cazadores de libélulas e intrépidos mosquitos, con princesas costureras de muñecas de estambre, madrecitas diminutas, con zapaticos de reina, fantaseando a ser mamás con ositos de peluche, chicle bomba y escarpines.
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La aurora estrena el amanecer, con sus primeros rayos solares en serpentinas doradas, plata, verde agua, índigo rosa y adviene con ella, la serranía vestida de onduladas trenzas, dejándose peinar por la fría brisa, que en forma de abanico, oscila sobre la pampa, danzando con los derviches.

Esa fría brisa del invierno, trae consigo a la maestra de artes plásticas, su nombre Hoja Alegría, y su apellido, dulce mandarina.

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Su apariencia es traslúcida, casi etérea, de mirada soñadora, cabello corto, de un plateado, gris violeta, sus pies son diminutos y manos delgadas, sus dedos largos como los de un pianista o los de un orfebre. Su rostro lo enmarca una espléndida sonrisa, que le moldea su carácter amoroso pero determinado.

De un gran ingenio creativo, que le ha ganado la fama de ser el hada madrina del lugar, porque lo que toca, lo convierte en una obra de arte. Ya que logra modelar la personalidad, el espíritu y el alma de los niños, a través del arte, enseñándoles sin que lo perciban, valores y lecciones que los prepara y capacita para la vida.

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Les enseña a sus niños el arte de la creatividad, respetando sus necesidades individuales, tomando en cuenta sus inteligencias múltiples y estilos de aprendizaje, explorando en sus sueños, en sus aspiraciones y deseos, a fin de explorar al máximo sus potencialidades, compensando con un desarrollo integral, sus limitaciones, miedos, traumas, inseguridades y cualquier otro aprendizaje limitante, que les haya bloqueado su ingenio natural.

Hoja Alegría, es la edición especial de una maestra de sabiduría, con la noble misión de enseñar su conocimiento milenario, a los niños de la época actual, logrando desinstalar de la psiquis de sus frágiles mentecitas, esos aprendizajes limitantes y creencias erróneas, inoculados por el polvoriento y obsoleto sistema educativo actual.

Los pequeños aprenden, a través de la expresión plástico - musical, libre y espontánea, sutilmente dirigida por la dulzura de su maestra, y con la asistencia de los mágicos espíritus de la naturaleza, que le colaboran de manera intangible y desinteresada.

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Hoja Alegría llega friolenta envuelta en su impermeable trasparente, estampado con corazoncitos diminutos de color rojo, y se para en la entrada del pequeño galpón, ubicado en el colegio del poblado, donde la aguardan entusiastas un grupo de 16 niños, en compañía de las mágicas criaturas de la pradera, cuidando de los pequeños mientras ella aparece

Estacionada en el umbral del salón, bellamente decorado con dibujos hechos por los niños, se exhiben por todos los alrededores de las paredes y techo, grabados con pinceles salpicados de aguafuerte, degradado de témpera y prisma color, bocetos en carboncillo y composiciones de escuadra y pintura libre, notas musicales, repujados de mosaicos y grabados en piedra, madera, tela y bodegones de semillas, piedra y metal; un verdadero espectáculo visual.

Ella modula un quejido para hacerse notar, simulando un carraspeo con su lúcida garganta de terciopelo, su mejor instrumento musical, con el que atrae la atención de la chiquillada, ¡akjumm ah akjumm! y todos voltean a recibir a su maestra, con aspecto de doncella medieval.

Se forma un jolgorio de voces estridentes, diciendo todos al unísono: “hola maestra Hoja Alegría Dulce Mandarina, bienvenidaaaa!, estamos felices de verteee”. Frase ya ensayada muchas veces bajo su dirección, a fin de mantener el orden y la disciplina, necesarias para templar sus caracteres, a pesar de la libertad infundada por ella, como premisa libertaria de su mundo creativo.

Pasado el protocolo de rigor, luego de la verbena de besos y amapuches, inician el trabajo diario de producción plástica y creativa. Para lo cual Hoja Alegría, delega funciones a sus espíritus asistentes, a que le ayuden a orientar y a trabajar en grupo de pequeños artistas, de acuerdo su dimensión creativa.

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Los elfos trabajan con Génesis, Reimbo, Hugo y Sindi, son niños, tímidos, de poco hablar y socializan poco, pero extraordinariamente ingeniosos con la forma, el color y la línea, forjando con increíble destreza, las luces y sombras del arte abstracto y figurativo, paisajista y cubista.

Las hadas se encargan de trabajar con Juliana, Anita, Nancy, Carlitos y Bruno, son el grupo de niños que muestran habilidades musicales, ejecutando notas magistrales con el violín, el chelo, el clarinete, el cuatro y el contrabajo, tienen condiciones vocales para el canto, sobre todo Anita, quien alcanza registros vocales muy altos.

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Componen, hacen arreglos musicales con gran facilidad; dotados de gran sensibilidad artística, las chicas son más sociables y conversadoras, Juliana tiende a ser hiperactiva y competitiva, mientras que los chicos son callados y más prácticos, viven inmersos practicando intensamente con sus instrumentos.

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Moises, Reinaldo y Jesús, son los chicos fanáticos del video juego, con ellos Hoja Alegría, trabaja más cercanamente, y le prestan su ayuda los frenéticos elfos, de orejas puntiagudas, canalizadores de la energía cibernética,.Estos niños son los genios cibernautas, con una inteligencia súper desarrollada, destacándo como diseñadores gráficos, creadores de robots androide, y programadores, de los más innovadores juegos en la consola digital.

Son niños con un caudal de energía física y mental, con los cuales su maestra y los elfos tutores, les trabajan el arte de la paciencia, la socialización en el mundo físico e interpersonal, a fin de conciliar sus relaciones con la naturaleza, y puedan liberar tanta energía estática absorbida desde la red, pues se desprenden fácilmente de la realidad, olvidándose de las relaciones interpersonales, ya que se abstraen fácilmente del entorno que los circunda.

Les toca el turno ahora, a los gnomos y pigmeos, amistosos geniecillos de las profundidades del bosque, a los que les corresponde ayudar a los chicos que manejan el arte de las ciencias humanísticas.
Franzo, es brillante en el arte de narrar la historia, tiene una biblioteca y una hemeroteca documental en su cabeza, con gran facilidad logra extraerle la memoria a la historia del mundo, maneja sorprendentemente datos, fechas, sucesos y eventos trascendentales, que ocurrieron en el pasado, dejando las huellas grabadas en las arenas del tiempo.

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Laurelis y Pedro son hermanos gemelos con inteligencia espacial para la danza, ellos crean performances fascinantes, atrayendo una nutrida audiencia que les sigue.

Cuando exponen su trabajo cinético, sus ligeros cuerpos simulan cintas bailarinas en el espacio, gravitando en ondas, espirales y centrífugas, con una coreografía de libélulas aéreas que le complementan su acto, cual almas gemela en mitosis de liberación.

Me queda por nombrar a Raily, un chico de 12 años con síndrome del espectro autista, un chico de alma y corazón especial, con capacidades diferentes, y potencialidades extraordinarias.

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Debido a su condición introspectiva, tiende a aislarse y a gravitar en su mundo interior, elevando barreras de silencio, pero el caudal de amor y atenciones que le brindan sus compañeros y maestros, le permite abrirse al exterior con su peculiar forma de ser.

Raily es el alma de estos pequeños grandes artistas, con ellos baila canta, pinta colorea, cuenta cuentos e historias y percuta la batería como el mejor de los mejores.

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Fnaliza la jornada del día, cierran con una rica merienda de frutas de las más jugosas y dulces de la región, y un pastel sin gluten ni caseína, para incorporar en el festín a Raily.

Todos disfrutan del goloso pastel decorado con azúcar que se desliza por el biscocho formándo una cascada nevada de crema pastelera, pincelada de un arco iris de jarabe de menta, fresas duraznos y kiwis, bañada con una fuente de chocolate marmoleado y un melado río de miel dorada y pura, y como guindas, turrones de ajonjolí y maníes confitados.

Y así culmina la clase del arte de vivir y crear, anunciado por el ling lang del único diente de la campana. Y con la esfera anaranjada del sol en su ocaso, anuncian que ya es hora de regresar a sus regasos. Fin de la historia.

Hasta pronto amiguitos, sean felices como quieran.

Hasta aquí mis queridos amigos, este cuento infantil. Espero que los haya remontado a los más dulces momentos de su tierna infancia. Gracias por su cortesía al leerme. Un abrazo fraterno.