Tercera y última parte del relato de misterio y terror: Los mellizos albinos, la maldad por duplicado.

in #spanish5 years ago

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Buenas buenas amigos, aquí me tienen de nuevo, para entregarles lo prometido, el tercer episodio de éste relato de terror que me tiene atrapada escribiéndolo, cuyo tema es la perturbadora historia de un par de hermanos gemelos idénticos o mellizos, Arne e Irvic, que nacieron con una condición genética del albinismo, por la que desde niños fueron estigmatizados y acosados por tener su piel despigmentada totalmente. Esto generó en ellos inseguridades, miedos, odios y deseos de venganza, al punto de ajusticiar con la muerte a un poblado, que se llenó de terror con sus actos criminales. Síganme leyendo amigos y descubran como será el desenlace de esta singular historia.

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En el episodio anterior, me quedé en el momento del suspenso, cuando recorríamos El Monasterio, el laboratorio secreto de los mellizos donde realizaban cualquier tipo de atrocidades, bajo el nombre científico de Tacnopráxia a fin de complacer sus obscuras obsesiones, traducida en dar muerte a víctimas inocentes, tras la necia justificación de hacerles pagar por su sufrimiento, sin caer en cuenta que tales padecimientos son, el resultado de su disfuncional y patológica psicología, irracional y visceral.

Luego de pasar por el cobertizo, desde donde los hermanos idénticos, lucían ataviados con bragas, guantes, lentillas, tapa bocas y botas de seguridad, de impecable color blanco, para ironía de su obscura alma, observaban enfermizos a través del lente de un microscopio, la materia prima, que científicos con engañosa astucia, le hacían creer que les proporcionarían el color a su piel despigmentada, obteniendo de esa manera, una apariencia "normal" para sus semejantes que tanto le cuestionaban, según sus equivocadas y absurdas creencias.

Pasos adelante, al elevar la mirada hacia el techo de espejos, se podía sentir un desbalance, al encontrarse con una réplica de lo que ocurría en el suelo, devolviéndote el terror al mirar nuevamente, lo que se cocinaba allá abajo. Pero más espeluznante era lo que se exhibía en la cornisa interior de esa enorme estructura, en la línea que une la pared con el techo, allí colgaban unas urnas de cristal color verde agua, en cada su interior estaban sumergidos cuerpos, en algunos eran cuerpos humanos, en otras, cuerpos de animales, de distintas especies, perros, gatos,de distintas razas, reptiles, hasta un enorme elefante y animales marinos, como delfines y medusas. Pero lo más sorprendente e inconcebible era, ¡que estaban vivos!.

Hasta dónde es capaz de llegar la irracionalidad y maldad de estos retorcidos hermanos, carentes de una psiquis razonable y sensitiva que les permitiera discernir cuan atroces y perversas son sus mentes.

Los pobres y lastimados cuerpos emitían débiles quejidos, inmersos en la húmeda atmósfera, cansados de sufrir, como implorando que ya de una vez por todas le pusiesen fin a su suplicio. Los mellizos, con su cerebro reptil, se alimentaban placenteramente de ese sufrimiento y a ratos, le inyectaban a través de una manguera aérea que permanecía conectada a sus venas y a sus bocas, ano, oídos y nariz, milimétricas dosis de etanol, alcohol y formaldehido; químicos corrosivos que les infligían contundentes quemadas como pellizcos, pero intensamente dolorosas, que los hacía proferir espantosos gritos de horror y angustia.

Arne e Irvic, se masturbaban uno al otro, al presenciar tales escenas, era una de sus irascibles y avinagradas parafilias, que despertaban en los torcidos hermanos placer y euforia descontrolada, a ratos se golpeaban entre ellos, a ratos se besaban y copulaban de la manera más degradante y bestial.

En un compartimento del techo, que tenía un doble fondo, al levantar un plataforma metálica abovedada, se dejaba ver una cúpula de modelo bizantino, que resguardaba en su regazo, un cultivo de insectos de las más variadas especies, pero sobre todo, imperaba el reino de la mariposa monarca, que de acuerdo, a las indicaciones utópicas de los científicos, constituían la piedra filosofal de mágicos poderes, que contenían en su genética, el fragmento de su ADN faltante, que le permitiría, tras una mutación cromosómica, darle la pigmentación correcta a su piel.

En esa deslumbrante cúpula pululaban en gigantescas bandadas de larvas y coleópteros de innumerables especies, las cuales estaban destinadas a servir de materia prima complementaria, de acuerdo a su categoría y perfil biológico, bajo el regimiento de la mariposa monarca, el plato fuerte del experimento mayor. Ese santuario alado era el más preciado y cuidado del tétrico taller. Aparentemente no eran sometidos a la tortura ni al dolor, pero eran igualmente prisioneros y sometidos a alteraciones de su naturaleza primaria. Algunos insectos, habían alcanzado cierta evolución intelectual y nivel de raciocinio, detalle que ni los científicos, ni mucho menos los mellizos, se habían percatado, un peligro potencial que se volvía en su contra sin saberlo.

Cuando estaban lejos de la observación de sus verdugos, salían en bandadas a auxiliar a los cuerpos cautivos con vida, proporcionándoles enzimas químicas digestivas y hemolíticas, que los ayudaba a contrarrestar el veneno progresivo a los que eran sometidos diariamente. Cosa que le llamaba la atención a los científicos, y no dejaban de preguntarse por qué no habían muerto con el veneno que se le suministraba a sus organismos. Se había establecido entre las víctimas y los insectos, una amistosa simbiosis, que los ayudaba a soportar con cierto alivio, la tragedia que vivían a diario, en manos los siniestros hermanos y sus ambicioso cómplices.

En una ocasión, en que los hermanos realizaban una disección del cadáver, de una muchacha que recién habían asesinado, porque se les quedó mirando, ella apreciaba su indiscutible belleza, su blanquísima piel, sus traslúcidos ojos, lo que ellos interpretaron como un ataque y una burla a su apariencia, reaccionaron con el acostumbrado enojo y frustración, matándola, apretando su cuello hasta dejarla sin aliento, para llevarla luego a su monasterio y practicar con saña y morbo su perverso juego de querer ser dios.

Sobre una parihuela yacía la joven pálida, con los labios blancos, los ojos entreabiertos con el mensaje de la súplica en sus pupilas y el cuello pincelado de violeta, azul y púrpura, el lienzo testigo que revelaba el arrebato de su vida. Cada uno con un bisturí en sus sudorosas manos, ansiosas por ver correr la sangre aún tibia y descubrir las vísceras de su víctima que aun conservaban los latidos cardíacos, su hígado resonaba como el sonido de un tambor percutando las notas más bajas, el estómago temblaba aun de miedo y sus extremidades se contraían a ratos el reflejo del pavor que sintieron ante el sorprendente ataque de sus verdugos.

La sangre se despidió de su cuerpo desplazándose resignada por el piso de mármol rosa y granate, haciendo juego con sus tonalidades, como un río con varias vertientes corría sin destino cierto sobre la superficie, el cuerpo de la joven palidecía como cuando la noche es abandonada por la obscura madrugada para descorrer los velos que le dan la bienvenida a la rubia aurora. Entretanto, los maléficos hermanos, le daban de comer a sus instintos más perversos, de aberración e innata crueldad, copulando sobre la víctima, practicando sobre ella coprofagia, defecando en la boca de la chica y repitiendo luego la ingestión de los excrementos entre ellos mismos, violando luego su cuerpo por cualquier orificio donde le pudieran penetrar.

Las víctimas colgantes en los cofres cristalinos, así como el santuario de insectos en la elevada cúpula, presenciaban el asqueante espectáculo, invadidos por el coraje y la impotencia de presenciar semejante inmundicia, sin poder hacer nada para detenerlos.
Pero, el desarrollo progresivo de las mariposas monarca, alcanzó un importante nivel cognitivo, capaces de construir pensamientos organizados y enviarlos telepáticamente a sus especies compañeras. ¿Será acaso este fenómeno la esperanza de ponerle un alto a esta cadena de atrocidades y barbarie retrógrada?

Pues a continuación, ocurre un suceso insólito, momento en el que los despreciables mellizos, se disponían a ejecutar unas de sus acostumbradas prácticas asesinas, esta vez con una criatura de dos años, que se la arrebataron a su madre a la orilla del mar, cuando coincidieron desgraciadamente con el par de espantajos. Con la criatura en cautiverio, se disponían a realizar sus rutinarias vejaciones, a las que cada día le imprimían novedosos y alarmantes niveles de maldad.
El bebé, lloraba a gritos desesperados con los ojos y manos de los endemoniados sobre ella, a punto de ser desmembrada y descuartizada para comérsela aún viva. Pero cuando esto estaba a punto de consumarse, algo mágico, inesperado y gratamente oportuno ocurrió.

Una descomunal bandada de insectos, comandada por un millar de mariposas monarca, liberaron a los prisioneros cautivos en los sarcófagos de cristal, quienes estaban lo suficientemente fuertes gracias a las enzimas y alimentos sanadores proveídos por los nobles artrópodos, ante la mirada atónita de los mellizos quienes detuvieron el ritual diabólico de inmediato. Los cautivos, ahora liberados, irrumpieron sin piedad sobre sus victimarios atacándolos de forma letal, pero el alma endemoniada de éstos, no se doblegaba tan fácilmente y se defendían con furia, pero finalmente lograron doblegarlos y maniatándolos y encerrándolos, en un calabozo construido por ellos mismos. Mientras, el cardumen alado de especies insectívoras, rescataba a la pequeña criatura, trasladándola a salvo hasta su santuario natural, la que posteriormente fue devuelta a su desconsolada madre.

La victimas heridas, recibieron refuerzos del resto de los animales cautivos en el santuario, quienes por instinto voluntario, contribuyeron a masacrar sin ningún rescoldo de empatía, a ese par de trastornados delincuentes, y destruir el monasterio, que no era más que un laboratorio de aberrantes experimentos salvajes, crueles y cuaternarios.

Tiempo después, las autoridades locales, tomaron parte en el asunto al recibir las denuncias oficiales de las victimas que lograron sobrevivir al ataque de sus horrendos criminales, con suficientes pruebas y evidencias, los psicópatas fueron apresados y recluidos en una mazmorra de máxima seguridad, donde poco después fallecieron de un extraño virus que le fue desprendiendo poco, a poco, la piel de sus huesos.

Fin del relato

Gracias por su atención y no olviden dejar sus comentarios

Les comparto el link de la primera y segunda parte para que puedan llevar el hilo de la obra: https://steemit.com/spanish/@sincroniadivina/relato-de-misterio-y-terror-los-mellizos-albinos-la-maldad-por-duplicado-primera-parte

https://steemit.com/spanish/@sincroniadivina/segunda-parte-del-relato-de-misterio-y-terror-los-mellizos-albinos

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