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Me sumerjo en las profundidades del océano, donde aparentemente, existen muy pocas formas de vida, ante la errónea creencia de contar con un ecosistema de flora y fauna marinas empobrecido, en el que apenas cohabitan algunas especies deformes y monstruosas, originadas por la enorme presión ejercida desde las profundidades.

Ése paisaje es en teoría, la superficie de la que hablan los científicos, allá arriba en tierra firme. Pero la realidad es, que debajo de ella, muy en lo profundo, se desarrolla una increíble civilización, con un grado muy elevado, en la escala de la evolución humana.

Se trata de Talasia, un continente formado por islas acuáticas, donde habitan los “Talasianos”, una civilización marina, cuyo asidero se desprende desde lo más ínfimo del océano atlántico, a la altura del mar jónico, abrazados por el mar mediterráneo, el adriático y pisado por la bota Italiana.

Es el mismo escenario, en el que Homero obró la genialidad de Ulises y su histórico y leal amor por Penélope, el mismo, desde donde Dante Alighieri, puso a Caronte en su barca desde el abismal averno, o, lo que Alejandro le hizo a los persas…

Esta civilización se desarrolla en un habitah totalmente acuático, asombrosamente organizada, con un sistema político, cultural, social y religioso, basados en la concepción de un universo cooperante, donde todos son demiurgos creadores del todo, omniscientes y omnipresentes. Sin la retrógrada concepción de adorar a un dios invisible de barba y túnica, que castiga y premia, dependiendo de las buenas o malas acciones de sus hombres.

Ellos trascendieron las leyes de la dualidad, por lo que en su percepción del mundo, no existe ni bueno, ni malo, ni leyes de opuestos, sino la síntesis como resultado final de sus acciones.

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Su concepción socio, político, religioso, se fundamenta en el desarollo individual de sí mismos, cuya premisa es:

“El hombre es dios dormido,
Dios, es el hombre despierto”

La vida de estos inefables seres, transcurre a diario con el primer rayo de sol de la mañana, que se despliega desde el sistema solar de Osho, mismo que rige al resto de los planetas, pero con la variante, de que este sistema es atemporal, donde no se maneja el día ni la noche como en el mundo terreno, sino que la vida se desarrolla con el accionar del corazón y la inteligencia superior.

Entonces, la mañana, el atardecer o la noche, se determinan por la manifestación de las emociones elevadas de sus habitantes. Quienes de acuerdo con la ley de sincronía universal, coinciden con los ciclos temporales de la galaxia en general.

En ese eterno esfuerzo de creatividad, podemos apreciar a diario, como un amanecer, un atardecer, o la llegada de la noche, expresan el más elevado sentir de sus lugareños.

En un mágico despliegue de luz esmeralda, que progresivamente va degradando en un prisma multicolor de plurales tonos, desde Verdi amarillos, rosas, violáceos, verde azulados, magentas boreales, se colorean a medida que va progresando el día.

Hasta adentrare el anochecer, cuando los colores alcanzan tonos más dramáticos y surreales, como los rojinegros, plateados, dorados matizados, indicando que la conciencia va sumergiéndose en imaginarios oníricos, astrales y etéreos, entre remolinos de burbujas y oleajes ascendentes y descendentes.

A esto se le suma el perfume del ambiente, todo impregnado de embriagadoras fragancias de brisa marina, sales aromatizadas y resinas de olíbano y pinóleas, con la subyugante esencia, exudada por los acantilados.

Todo ocurre en el interior de una radiante y azulada burbuja acuática, en medio de una selva de algas gigantescas, bordada de arrecifes de coral, musgos aterciopelados, Verdi metálicos, adosados por un carrusel de cuevas, destinadas a su domicilio, en las que se aprecia, un desarrollado nivel arquitectónico. Éste complejo residencial funge como el pulmón vegetal del continente.

No puedo olvidar mencionar,el valor agregado de un festival de criaturas marinas, de la más variada especie, en el que apreciamos una eterna danza de bancos de peces multicolores, familias de cetáceos, moluscos,crustáceos, hipocampos,microfidios, macroporidios, y muchísimas formas, exhibiendo sus mejores galas en un espectáculo circular alucinánte,

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Para conocer cómo se desarrolla la vida normalmente en Talasia. Tomaremos como referencia a una ciudad de nombre Oceánida, cuya población la conforman seres aquahumanos de una apariencia mitad humana, mitad pez, con el esquema corporal del genoma humano, conformado por, cabeza, cuerpo y extremidades, con algunas variantes requeridas por la atmósfera del lugar.

Reconocen la belleza de sus semejantes, no por la apariencia física, sino por los valores espirituales que cultiva cada uno en su interior a través de la afinidad psicológica, y los destellos de simpatía.

Respiran a través de branquias, dispuestas en sus costados, los dedos de sus pies y manos, se unen por finos cartílagos de piel muy delgada y traslúcida, que los convierte en hábiles nadadores y veloces viajeros en el tiempo, dominando la técnica de la tele transportación.

Sus ojos proveídos de grandes órbitas y amplias pupilas dilatadas, de un enigmático azul profundo, fueron diseñadas para adaptarse a las condiciones bioclimáticas de las profundidades del océano, afín de alcanzar una mayor cobertura de su campo visual.

Sus oídos están diseñados en forma redonda, sin pabellón auricular, provistos de dos orificios verticales, que los dota de una audición muy potente de largo alcance auditivo.

No se comunican con el lenguaje verbal, sino a través de sonidos con potentes frecuencias binaurales en 432 Hertz, que es la frecuencia del corazón. Y la forma de emitir los sonidos es a través de la glándula pineal, ampliamente desarrollada.

Su configuración sexual es en apariencia indistinta, donde los rasgos femeninos y masculinos son iguales, salvo que las chicas cuentan, con una abundante cabellera Verdi azulada, mientras que los chicos lucen un fino pelambre de igual coloración.

Se reproducen sexualmente por medio de esporas, a través de un ritual de apareamiento, basado en la magia sexual tántrica.

Su alimentación se basa en el consumo de diversas variedades de plancton, compuesto por un tipo de algas denominadas laminaria, Nori y Wakame, así como diminutas especies de fauna marina, de un concentrado valor nutritivo, que estimulan el metabolismo celular, por lo que no sufren de enfermedades degenerativas, ni de envejecimiento cronológico.

Cuidan celosamente de no romper con el equilibrio natural de la vida en todas sus manifestaciones y expresiones. Ya que su filosofía se basa en el respeto, la armonía y el amor incondicional por todas las criaturas del lugar, en procura de lograr una convivencia balanceada, donde cada especie se beneficie, cooperando por el bienestar de todos.
Fin de la historia, me quedé sin oxígeno, y tuve que regresar a la superficie a tomar aire..prometo regresar.

Bien amigos, hasta aquí la descripción de este relato de ficción, basada en ese mundo ideal que en lo particular me gustaría vivir.

A partir de esta historia, se pueden crear cuentos, fábulas, e infinidad de nuevas historias con todo lo contenido en ese mágico mundo. En mi cabeza ya hay unas cuantas que van y vienen, como las olas, de ese mundo submarino .*

Gracias por leer