Bitácora íntima de un viaje (día 3)
Hoy fue un día extraño es mi 2 día en la isla y quiero salir a bañarme en la playa pero mejor duermo, la vida en la ciudad no es muy sana para poder relajarse, en la tarde después de almorzar, fui a que me dieran un masaje, fue bastante relajante y dejar que me acariciaran el cuerpo fue la sensación más encantadora del día, (hasta esa hora) luego un baño de lodo dejo mi piel lista para una nueva noche.
Me llego una invitación del hotel a una fiesta de luna llena que celebran en la isla, debía ir vestida de blanco.
Me recogí el cabello y me coloque un vestido blanco muy corto solo con una pequeña panti y como siempre fiel a mis principios, sin sostén.
Llegue a la fiesta que era en las afueras del hotel, todo era en el área de la piscina muy hermosamente adornada estaba destinada cenar esa noche con una pareja que celebraban 50 años de casados y estaban en su viaje y eran muy agradables los señores.
Quedaban dos sillas en nuestra mesa y quería saber quiénes serían nuestros acompañantes.
De repente una pareja joven muy bien parecidos se acercó y miraron su número que coincidía con el nuestro,
Buenas noches—a los que respondimos igual.
La noche fue hermosa, baile tanto con el señor de 50 años de casado como con el joven guapo recién casado, nos divertimos mucho, comimos, compartimos y fue bastante agradable
Al final de la noche, nos despedimos y el joven se me acerco diciendo, nos acompañarías a la habitación por un trago más?.
A lo que dije, .-encantada.- en tono sugestivo.
Fuimos a la habitación de ambos y cuando entramos, ella me lanzo a la cama abrió mis piernas y empezó a lamerme y chuparme de manera salvaje que me hizo acabar rápido, el empezó a tocarme las tetas y chuparlas y comenzaron un sinfín de juegos que llegue a no poder controlar, aquella pareja que parecía tan dulce, eran unos salvajes en la cama e hicieron de mi esa noche su presa, él, penetrándome de manera brusca por todos lados y haciéndome acabar muchas veces, ella posando su lengua en todo mi cuerpo y yo haciendo lo propio, al final de esta locura, el se paró delante de nosotras y nos llenó de toda su esperma y ambas gozamos al recibirla.
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Fue una noche de las mejores que he tenido, dormimos los 3 en la misma cama, pero al alba me fui a mi cuarto, a darle a mi cuerpo libertad de relajarse mejor.