Las culpas

Siempre vienen,
se detienen en las sombras,
dibujan sonrisas para despistar
los llantos acumulados,
saben muy bien donde golpear,
dónde develar el dolor.

Despiertan los fantasmas,
no aquellos creados para suplir los desatinos,
son los que han escuchado los silencios
que vienen de las entrañas,
y cuentan historias de héroes caídos,
que han brindado una fortaleza inexistente,
hechos que han servido para navegar y pelear
en los campos de la incertidumbre.

Despiertan aquellos
que han sembrado el dolor,
cosechan cada año, cada día,
los instantes que te dejan los ojos pintados,
diluidos en el horizonte.

Dónde el sol te dibuja siluetas,
te van llevando por senderos que
refrescan las experiencias que no supiste manejar,
esos fantasmas que doblegan la razón,
te susurran y hacen de la calma
una tormenta en el verano.

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