"El reloj y el tiempo" (poema)

Fuente

Llega la plenitud de Dios en tu nombre.
El circulo perfecto,
la vida dispuesta en la forma de un girasol.
En su centro, el mundo transcurre al compás del tiempo.
Cadáveres enterrados debajo de la lluvia,
las personas deben morir cómo viven.
Por supuesto, el comediante debe morir de depresión.
Una hoja blanca de papel se mancha en tinta negra,
cobra una infinidad de formas superiores a los arabescos
de un caleidoscopio,
formas sumidas en el caos;
blanco y negro son formas de ver la vida sin tapujos.
No hay Dios ni Diablo por separado,
sólo el ser que sea la unión de ambos no se habrá negado
a entender la naturaleza humana.
Tampoco puede haber un Dios condenado al tiempo,
ni al reloj, ni tampoco dedicado al oficio del relojero.
Dios será el reloj, el relojero y el tiempo a la vez.
La palabra Dios designa soledad absoluta,
y esa otra palabra —soledad— es el corpus
y el silencio es la esencia del palacio donde Él habite, si tal es el caso.
Mientras que la humanidad es tanto barbarie
como posibilidad.