Gripe Española, VIH SIDA, peste Negra, todas estas han sido epidemias conocidas a nivel mundial por afectar a una cantidad de personas considerable en un lugar determinado, disminuyendo en gran medida su salud física, hasta el punto de asesinar al portador. Pero ninguna epidemia es tan rara e increíble como la coreomanía, de esta se tienen datos muy escasos pero concisos que conoceremos a continuación.

Baile en una peregrinación a la Sint-Jans-Molenbeek. Grabado por Hendrik Hondius. Fuente

Popularmente llamada el baile de san vito, también es conocida como: danzamanía, manía de bailar o, enfermedad del baile, se trata de una epidemia que ocurrió en diferentes partes de Europa central entre el siglo XIV y XVII. Afectó a hombres, mujeres y niños por igual, todo empezaba cuando un grupo de personas (aveces miles) empezaban a bailar en una plaza o lugar abierto, y poco a poco todos se unían hasta caer, o desfallecer, del agotamiento. El primer caso importante registrado fue en Aquisgrán, Alemania, en 1374, y se expandió prontamente por toda Europa, pero el más significativo fue la epidemia de baile de 1518 en Estrasburgo.

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Se le llama coreomanía por la unión entre las palabras choros (baile) y manía (locura), termino colocado por Paracelso. También se le atribuye a la maldición de un santo, como por ejemplo San Juan Bautista, por eso suelen llamarlo manía de san Juan, o Danza de San Vito porque los episodios ocurrieron en la época de la fiesta de San Vito.

Numerosas hipótesis han surgido acerca del origen de este fenómeno social, algunos afirman ser una maldición y otros dicen que fue por el aumento en la temperatura de la sangre, esto causaba que las personas alucinaran y se comportaran de manera ilógica. Pero ninguna de las hipótesis ha sido comprobada.

En 1518 en la ciudad de Estrasburgo, al noreste de Francia, ocurrió el caso más popular de coreomanía. Varias personas comenzaron a bailar sin descanso durante días, y al cabo de un mes, comenzaron a sufrir invalidez en sus piernas, ataques epilépticos y seguidamente empezaron a morir por: infartos fulminantes, derrames cerebrales, y agotamiento.

Todo inició en julio de ese año, cuando una mujer comenzó a bailar entusiasmadamente en una de las calles de Estrasburgo. Esto continuó de cuatro a seis días. En una semana ya se habían unido 34 personas y en un mes cerca de 400 pobladores bailaban desenfrenados. Algunos finalmente comenzaron a morir.

A medida que la epidemia empeoraba, las autoridades no sabían que hacer, preocupados buscaron consejo de los médicos, quienes sugirieron causas sobrenaturales a los hechos. En vez de prescribir medicamentos, dejaron que la gente siguiera bailando hasta mejorarse, e incluso para ayudar a acelerar el proceso colocaron escenarios con bailarines y músicos.