El Club de los Ratones Observadores

Era 1980, Mario apenas estaba por terminar el primer año de secundaria y su papá acababa de perder el trabajo, en aquellos días los libros de texto a nivel secundaria no eran gratuitos y generalmente las escuelas pedían una cuota "voluntaria", que por supuesto no era tan voluntaria, pues el que no tenía para pagarla era enviado directamente al turno nocturno, al menos en la que me refiero. Mario pertenecía a muchos clubes pero esta vez iba a pertenecer obligatoriamente a uno mas, al de los que tenían que trabajar para poder seguir estudiando. Uno de sus profesores lo recomendó con un investigador que tenía un laboratorio cerca de la escuela, cuando llegó, la puerta estaba abierta y no había nadie adentro, solo dos jaulas grandes con 23 ratones dentro cada una, no había ningún material de laboratorio tampoco, solo unos libros viejos, un sillón que parecía reclinable y un pequeño refrigerador con refrescos, pasaron dos horas y nadie llegaba, estaba a punto de irse cuando decidió tomarse uno de los refrescos, se acomodó en el sillón y se puso a observar detenidamente a los ratones, eran todos iguales entre si, blancos y pequeños, no tenía ni idea de cual sería su labor.

Unos minutos mas tarde llegó el investigador y le dijo:

-ah! muy bien veo que ya empezaste a trabajar.-

El profesor le explicó que precisamente en eso consistía su trabajo, en observar a los ratones y luego hacer anotaciones en las hojas blancas que le había dejado.

-pero que clase de anotaciones- preguntó Mario.

-De cualquier clase- le dijo el profesor, -al principio te parecerá todo igual pero con el tiempo irás aprendiendo- agregó.

Después de fijarle un pago semanal, que a Mario le pareció muy bueno, el profesor se retiró, para regresar la siguiente semana sólo para pagarle y a llevarse los escritos que Mario iba haciendo. Las instrucciones de alimentación de los ratones eran muy fáciles, básicamente a los ratones de una jaula se les dejaba siempre una provisión de alimentos que nunca se acababan y a los de la otra en cambio cantidades muy pequeñas y solo los días que indicaba el calendario en rojo.

Su jornada de trabajo era de solo seis horas diarias, de tal forma que pudiera seguir asistiendo a la secundaria, pero Mario se la pasaba todo el día ahí, donde también hacía su tarea e incluso a veces se quedaba a dormir, le encantaba estar solo y el lugar era bastante cómodo.

Un día salió muy tarde de una fiesta y se le ocurrió irse a dormir al laboratorio para que sus padres no se dieran cuenta de que había tomado algo de brandhi, algunos de sus amigos se quedaron con él para seguir platicando, a la mañana siguiente el laboratorio estaba todo desordenado, los ratones estaban fuera de sus jaulas y sus amigos aún estaban dormidos tirados en el piso, rápidamente los despertó, nadie supo quien liberó a los ratones, todos negaron hacerlo, pero trabajaron juntos para reunirlos, el problema era que no sabían que ratones pertenecían a cada jaula, no lo pensaron mucho, pusieron los primeros 23 que encontraron en la primera y los 23 restantes en la segunda.

A partir de ese día las anotaciones que hacía se hicieron mas abundantes, el comportamiento de los ratones de ambas jaulas había cambiado bastante, incluso empezó a observar grandes diferencias entre un ratón y otro, el profesor acudía todos los viernes a la misma hora a pagarle y a llevarse las anotaciones, los sábados él y sus amigos hacían en el laboratorio la reunión semanal del club de los ratones, hasta se mandaron hacer una camiseta con el logotipo del club.

No lejos de ahí, en un campus universitario, el director conversaba con el profesor.

-Como vamos con el club de los ratones?- (director)

-Bastante bien, se está generando mucho información como esperábamos- (profesor)

-Algún problema con la liberación "accidental de los ratones", hay sospechas de los observadores- (director)

-No, ninguna, sigue el experimento según lo planeado.- (profesor)

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Tanto la historia como la imagen son de mi propia autoría.
Cualquier parecido con realidad, ficción o sueño onírico es pura coincidencia.
@saulos