Don Julian y Doña Ramona (primera temporada completa)
Capítulo 1. Solterona.
Enfrente de la casa de Doña Ramona Don Julián recita unos versos…
Que cincuenta ya cumples
que extraviada te sientes
pero vas ataviada
de las buenas costumbres,
que te cubres el pecho,
cuando vas caminando,
pero vienes pensando
que no hay nadie en tu lecho,
que me miras las canas
que te mueres de ganas
de cambiar el pasado
y decir que has amado.
Hoy te digo Ramona
que no estas solterona
pues si ves mi persona
siempre he estado a tu lado
esperando sentado
como viejo arrugado.
Capítulo 2. Ramona contesta.
Indignada, Doña Ramona no da crédito a tal atrevimiento…
Arrugado el camino,
que te vas recorriendo
hoy me miras barriendo
si a esperar has venido
con tus canas mojadas,
que has estado bebiendo,
que me río a carcajadas?
Si bastante he tenido
tu graciosa intención
yo entregué el corazón
cuando tu ya ni estabas
y hoy me dices que amabas
cuando no hay solución.
Capítulo 3. Don Julián replica
Don Julián expone su motivación…
Solución la tuviste
cuando fuiste a Manglares
y de pena me viste
visitando los bares
ya camino a mi casa
me pasé por Lorenzo
quien pidió a don Fabricio
compusiera los versos
y en la noche nos fuimos
a llevar serenata
tu saliste en bata
a pedirnos silencio
con el mango de lata,
de la escoba recuerdo
tropecé con la gata
pa’ besar el cemento.
Capítulo 4. Continúa el drama.
Doña Ramona arremete con algo que ha querido reclamar por mucho tiempo…
Lamentable fuera el vino
que te estropeo la carroza
para cambiarte el destino
y hoy lo escuches todo en prosa:
Cerca de la casa de Inés, la hija del boticario, hay un enorme árbol de almendras, bajo ese árbol se pone a vender periódicos el hijo de Don Simón, pues esa noche llegó el mejor amigo de Felipe, ese el de los dientes chuecos, y le comentó a susurros que había visto a la hija de Aurora salir de tu habitación, esa que rentas cuando vienes al pueblo, pues sobre la alacena te dejó una nota y tu sabes lo que decía.
Que donde quiera te duermes
porque te encuentras cansado
y que en la noche de un viernes
te despertaste casado.
Dios quisiera que un lamento
corrigiera tus errores
pero en veces lo presiento
tu no aprendes de favores.
Capítulo 5. Don Julián se rinde.
Embestido por la prosa Julian siente un fuerte dolor de cabeza; profundamente herido, no le queda mas remedio que responder con un soneto nacido del fondo del corazón pero que se siente en la piel:
Hoy quisiera contar con las estrellas
para observar tu rostro iluminado
y confundir tu cuerpo tan callado
con la ilusión que dejan todas ellas.
Y así dejar vacías tus querellas
de dibujar tu acierto con mis manos
en singular caricia que entre humanos
siempre hay lugar para una de ellas.
Mas dices !no! en modo tan rotundo
que dejas en mi carne escalofrío
como en la tarde que infeliz me fuera.
Ahora lloro sabiendo que me río,
espero calma el día que me muera
y despertar de mi pesar profundo.
Capítulo 6. Desenlace
Dos jovencitas como de nueve años observaban al anciano desde un árbol de mango que estaba cruzando la acera, se habían reunido en la casita del árbol para tomar el té, era lamentable que ya se hubiera acabado, así es que, para no perder la costumbre de reunirse todos los días, decidieron tomar una taza de café.
-Este viejito es un dolor de cabeza,- decía una de ellas,
-otra vez esta recitando versos a su esposa muerta, me dan escalofríos. -agregó,
Cuando Don Julián perdió a su esposa Doña Ramona, el amor de su vida, perdió la cabeza y empezó a beber como desesperado, deseaba morir también.
En esos días por alguna graciosa coincidencia había muchos turistas en el pueblo, el viejo se confundió y creyó ver a su esposa entre ellos, pero perdió el paso y calló de un barranco como a ocho metros de altura, después de eso olvidó toda su vida con Ramona y al verse viejo se inventó que había estado ausente y que ella había quedado solterona por esperarlo.
Desde entonces se le ve de cuando en cuando, recitar versos enfrente de la casa abandonada, tratando de conquistar a su amada.
Capítulo 7. Sentidos
Varios años después, Don Julian recobra la memoria, todos los preciosos recuerdos de su vida con su esposa Doña Ramona inundan sus ojos de lágrimas, al pasar frente a la iglesia del pueblo, cae de rodillas y hace una oración por ella, mas tarde llega a la cafetería de la sacristía y se dispone a escribir el último soneto dedicado a su amada esposa.
Sentidos
Veo tus ojos al soñar despierto,
y en el café de una mañana clara,
como el aroma que a la fe soltara,
todo el amor que me dejaste incierto.
Porque al mirarte y no mirarte miento,
que el corazón aunque no este sonara,
si al ir pasando en el andén captara,
aún no me ido aunque parezca muerto.
Mas aquí estás unida a mis latidos,
besando al fin mi cuerpo acalambrado,
deseándome una vida bendecida.
Y aunque no esté el cuerpo que he amado,
puedo sentir tu piel estremecida,
hasta soñar que escucho tus gemidos.
(Final de la temporada 1)
Muy divertida la forma como se van produciendo los hechos. Me agradó muchísimo la rítmica de tus versos heptasílabos, la chispa de don Julián, y la capacidad de respuesta de doña Ramona. Y al final, un soneto espectacular.
Gracias por leerlo y por tus comentarios, saludos
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