El Cazador Dormido

Eran las 7:00 am, estaba en la ducha como cada mañana. Puse el televisor para escuchar las noticias del día, mientras me vestía. Hubo una noticia que me llamó la atención había sido en mi ciudad y me asomé al salón para ver de qué trataba. Horrorizada ví, cuatro cuerpos envueltos en sábanas por el parque, donde suelo ir a correr por las noches.
Esperé al final de la noticia para ver si conocía el nombre de algunos de los fallecidos, pero no dieron los nombres.
Me fuí a trabajar y de camino, compré el periódico para saber más de la noticia pero era demasiado pronto para estar publicada.
No podía concentrarme en la oficina, pensando en la dichosa noticia. Y si conocía al agresor, suelo encontrarme a gente corriendo por las noches. ¡Dios mío! Hubiera podido ser yo, una de las víctimas. Si no se hubiese alargado la reunión. Por momentos el miedo se apoderó de mí.
Terminé mi jornada y volví a casa con temor. Vivía cerca del parque y tenía miedo.
Abrí el garaje con el mando a distancia y lo cerré sin bajarme del coche, hasta que estuviera la puerta completamente cerrada.

Llamé a mi amiga Ana y le pregunté, si había visto las noticias y si conocíamos alguna de las víctimas. Llorando me dijo que sí, su ex novio con su pareja, habían sido dos de los cadáveres encontrados. Y que había sido interrogada por la policía, por haber sido su pareja anteriormente.
La invité a casa a cenar y hacernos compañía mutuamente. Saqué vino, hablamos tanto que se nos olvidó de comer. El sonido del despertador nos indicaba que eran las 7:00 am y que había que levantarnos de nuevo para ir a trabajar, parece ser que esa ansiedad de pánico había pasado.

Me metí en la ducha, mientras Ana preparaba un café y pusó la televisión, hacían las noticias como cada mañana a esta hora. Salgo de la ducha, huele a café y pan quemado. Voy corriendo a la cocina y salía humo del pan. Y grité ¡Ana, te has vuelto loca!
¡Me vas a quemar la casa! Me asomé al salón y estaba pálida, con sus manos tapándose la boca y los ojos rojos de llorar. Fui corriendo a ver que le pasaba, solo balbuceaba no le entendía nada, hasta que una de sus manos me señaló la televisión. Giré mi cabeza para ver que me quería decir, pero estaban haciendo el tiempo, la volví a mirar y apague la tele.

Me la llevé a la cocina para intentar calmarla, y que me contara lo sucedido. Después de varios minutos, comencé a entenderle algunas palabras. Y aquí fuí yo, cuando empecé a palidecer. Había sido mi amigo Julián la víctima, ¡Pero que coño, está pasando! ¡Es una pesadilla! ¿Vienen a por nosotras?
Llamé al trabajo para decir que no iba a ir, y nos fuimos a la Policía, para intentar averiguar qué estaba pasando y si nos podían ayudar. Tal vez éramos las siguientes.
Su respuesta fue que todo estaba controlado y que no nos preocuparamos, que volviésemos a casa y no abrieramos la puerta a ningún desconocido.
Fuimos a casa de Ana, cogimos algunas cosas de ropa y a su gata Roxanne.
Le preparé su habitación en mí casa, decididas a pasar el tiempo necesario juntas. Hasta que volviese a la normalidad aquella horrible sensación.

Llegó la noche y un poco asustadas, nos aseguramos de cerrar todo como nos dijo el policía.
Cenamos pronto, hablamos horas y horas, sinceramente no queríamos irnos a nuestras habitaciones. Roxanne estaba cómoda en mí sillón preferido. Nos quedamos dormidas juntas en el salón.

Volvió a sonar el despertador como cada mañana pero ésta vez lo primero que pusimos fueron las noticias. Parecían noticias de otras partes, no pudimos evitar esa pequeña sonrisa de alivio. Me fui a la ducha y a vestirme para ir al trabajo. Ana se iba a quedar en casa, puesto que estaba de vacaciones.

A media mañana, sonó mi móvil, miro para ver quien es y veo que es Ana. Lo cogí inmediatamente para saber que ocurría. Al descolgar, sólo oía gritos ¡Ven! ¡Ven ahora!
Perpleja acudí rápidamente a mi casa, estaba sentada en la esquina de la cocina, llevaba un gran cuchillo en la mano. No sabía si acercarme parecía estar fuera de sí.
Le pregunté ¿Ana, qué te ocurre? Deja el cuchillo, me estás asustando. ¡No! me respondió.
Insistí ¿Que ha pasado?¿Puedo llamar a la policía o un médico?
Ana se levantó del suelo, sin soltar el cuchillo, me dijo sientate ahi, en tono amenazante. Asustada hice lo que me pidió, sin rechistar.
Veo que mete la mano de una bolsa y saca unas camisetas ensangrentadas.
Pero Ana ¿Qué has hecho? ¿Por qué?
Ana, llorando y con rabia, me las lanza a la cara. ¡No he sido yo! ¡Has sido tú psicópata! Llorabas conmigo mientras matabas a nuestros amigos.
Respondí ¡Ana, si estaba contigo! ¡Te has vuelto loca! ¿Dónde estaba esa ropa?
Ana respondió fuí a darle de comer a Roxanne y llevaba sangre en el pelaje, me puse a seguirla para ver donde se metía, y en una caja en el garaje, encontré las camisetas.

Voy a llamar a la policía para que las recoja y las analicen.
Ana me parece muy buena idea, pero deja de amenazarme con el cuchillo, si te hubiera querido hacer daño, ¿ya te lo hubiese hecho no crees?
Ana, tranquilizate yo no he hecho nada, de verdad.
Saca algo para beber, mientras esperamos a la policía, prometo no moverme.
Ana sacó dos copas y el resto de una botella de vino de la noche anterior.
Quedamos dormidas en el sofá.

Al llegar la policía, sólo encontró a Ana con el cuchillo en la mano y las camisetas ensangrentadas. La despertaron y Ana, contó una y otra vez su versión de la historia. Nadie la creyó y fue detenida, junto con unas pruebas que iba a ser difícil que saliera bien parada.

<<Continuará>>

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Relato de mi autoría :)