La maldición del hotel La Montaña- Tercera parte [Serie de terror]

in #spanish5 years ago
Necesité algunos días para recuperarme, pese a que no tenía heridas en mi cuerpo seguía sintiéndome cansado. En las noches me era difícil dormir, las horribles imágenes de aquel ataque seguían rondándome la cabeza, persiguiéndome en los sueños y dejándome en vela.


Aunque estaba asustado y confundido, no quería aceptar lo que estaba sucediendo. Mi madre al verme tan preocupado y luego de mi “accidente” me sugirió que abandonara el trabajo, pero no podía permitírmelo, me estaba jugando mi futuro y en ningún otro lado conseguiría ganar tanto como lo hacía ahí.

Le aseguré que solo estaba cansado y que pronto me vería recuperado, eso la dejó más tranquila y sirvió para que dejara de insistir.

Ya de vuelta en el trabajo me encargué de que todo estuviera en orden, no quería decepcionar a mi prima, pero la idea de ser atacado de nuevo no dejaba de rondar en mi cabeza. Intentaba encontrar una explicación sensata a lo que estaba sucediendo, el ataque, los horribles sonidos, aquel hombre y su extraño accidente. ¿Acaso todo estaba relacionado? Pensé.

Desde ese momento los nervios me invadieron al pensar en la posibilidad de que mis aseveraciones fueran ciertas y aunque pretendía mantenerme concentrado en el trabajo, cualquier ruido, por más mínimo que fuera, era capaz de sobresaltarme. No quería parecer paranoico, pero lo cierto es que estaba comenzando a tener miedo. Si esa cosa había sido capaz de matar a aquel señor, nada le impediría hacer lo mismo conmigo, después de todo, ya lo había intentado antes.

Esa noche, a diferencia de las anteriores fue tranquila. Dos familias más se quedaban a pasar unos días, les acompañé a sus cabañas sintiéndome algo inquieto de regresar al lugar donde viví esa extraña experiencia, pero una vez habiéndome encargado de todo me marché recorriendo el camino solo. Nada pasó esta vez.

La noche estaba fresca, la neblina cubría gran parte de la montaña haciendo que el paisaje se perdiera de vista, pese a eso resultaba agradable no tener que preocuparse por nada más, pareciera que las cosas estaban volviendo a su cauce y los días anteriores quedaban en el pasado como un recuerdo distante. Finalmente había acabado.

El resto de la noche me dedique a leer un libro puesto que supuse que ya nadie más vendría y así fue. Disfrutaba de esos momentos de tranquilidad donde podía relajarme y todo estaba en calma. Podía ver como la luz de la luna se filtraba por la ventana envolviendo la noche en un mágico encanto, como si de un sueño se tratase y el silencio era tal que podía escuchar mi propia respiración.

Pensé una vez más en todo aquello y me aseguré que no tenía nada de qué preocuparme, todo esto no era más que producto del cansancio. Y el accidente no era más que un hecho desafortunado, la carretera estaba oscura y la neblina hacía difícil ver así que a cualquier pudo haberle pasado.

A la mañana siguiente cuando me disponía a dejar mi puesto de trabajo, una de las madres que atendí la noche anterior se acercó un tanto nerviosa y me preguntó por su hijo. Confundido le anuncié que no lo había visto y que suponía debía estar en la cabaña con el resto de su familia, pero ella envuelta en llanto me aseguró que no, que lo había buscado por todos lados y no había conseguido ningún rastro de él.

Al verla tan angustiada comencé a preocuparme y recordar lo sucedido. Esto no puede ser, pensé. Le aseguré que me encargaría personalmente de buscarlo y que no tenía nada de qué preocuparse. Reuní al personal en ese momento y junto con su madre, les expliqué lo sucedido. Todos nos pusimos en marcha inmediatamente, teníamos que encontrarlo.


Revisamos las cabañas, el restaurante, los baños, la cocina, la zona de limpieza, el depósito, las oficinas, el parque y los alrededores, pero no dimos con el niño. La situación comenzaba a ponerse complicada y era inevitable sentir el aire pesado.

Recordé la noche anterior, mientras acompañaba a la familia a la cabaña. El niño parecía sorprendido con el paisaje, no dejaba de mirar en dirección al bosque, ese que también me había sorprendido a mí desde el primer día en el hotel. ¿Sería posible que…? La pregunta quedó colgando en mi mente y una alarma se encendió en mí.

El bosque

Rápidamente me encaminé en dirección al bosque, dejando el parque y las cabañas atrás, mientras que en mi mente no dejaba de escuchar la risa macabra de aquella horrible mujer. Tenía que encontrarlo antes de que ella le hiciera daño.

El ambiente estaba húmedo y la neblina aún no se dispersaba por completo, lo cual hacía más difícil ubicarse dentro. Pese al miedo y angustia que sentía, me aseguré de pensar claramente. El bosque era extenso y si no caminaba con cuidado podía perderme en cuestión de segundos. Así que tomé una piedra y a medida que avanzaba iba marcando los arboles por donde pasaba. Esta vez estaba preparado.

A medida que me adentraba la luz se iba tornando más pobre, los altos pinos impedían que sol me alcanzara. Los pájaros cantaban y se exaltaban con cada ruido que hacía, provocando que me sintiera cada vez más nervioso. Había escuchado historias sobre ese bosque, osos, tigres e incluso lobos podían preocupar a cualquiera, pero a lo que yo me enfrentaba era mucho más tenebroso.

Con fuerza gritaba, llamando al niño, pero no conseguía respuestas. No era capaz de ubicarlo y cada vez me sentía más asustado. Luego de caminar por aproximadamente media hora sin éxito y sentir que ya todo estaba perdido, vi algo que llamó mi atención.

Los pinos que antes impedían ver el camino habían formado un círculo bordeando lo que parecía ser un montículo de tierra que era iluminado directamente por los rayos del sol, sobre él estaba el niño, sentado sujetando sus pequeñas piernas contra su pecho mientras que como sumido en un trance miraba directamente hacia arriba, donde la luz se filtraba.

La visión me dejó sorprendido y aunque estaba feliz de haber encontrado finalmente al niño, sabía que las cosas no iban a ser tan simples. A medida que me acercaba, mis nervios crecían más y más, esperaba ser atacado en cualquier momento, pero nada sucedió.

Tomé entonces el niño en brazos y me dispuse a sacarlo de ahí antes de que fuera demasiado tarde. Caminé recorriendo el sendero que antes había trazado, tratando de darme prisa, el bosque no era un lugar seguro.

Todo iba bien, creía haberme alejado lo suficiente de aquel lugar, pero no era así, como si me encontrara en un dogo en el cual caminas siempre en círculo me hallaba nuevamente con el montículo frente a mí. Esto no podía estar pasando, me dije.


Anteriormente
La maldición del hotel La Montaña- Primera parte
La maldición del hotel La Montaña- Segunda parte

Esta serie de terror esta inspirada en hechos reales. Algunos personajes y las escenas han sido cambiadas. Imágenes extraídas de pexels
banner 01.png

Sort:  

Chama, fenomenal. Muy bien lograda la atmósfera de terror. Esto cada vez se pone mejor y mejor.

Ay gracias, Ele. <3

Muy buen relato, voy a leer las demas publicaciones.

Muchas gracias, espero las demás partes sean de tu agrado.

Vaya esta excelente, el mismo logro mantenerme leyendo hasta el final a pesar de lo largo que es...

Extraordinario relato, con cada nuevo capítulo me engancho mas. Saludos.

Entonces parece que estoy haciendo bien mi trabajo. Muchas gracias por tomarte el tiempo de leer lo que escribo y dejarme un comentario.

Vuelves a dejarme comiéndome las uñas, debido a la intriga que me genera leer tu escrito.
¡Esto está muy bueno! ¡Qué gusto es leerte, realmente es así!

Gracias querido. Tus palabras significan mucho para mi. Espero seguirte sorprendiendo con el resto de esta serie.

Coin Marketplace

STEEM 0.29
TRX 0.12
JST 0.033
BTC 62937.86
ETH 3092.40
USDT 1.00
SBD 3.87