Carta al amor de mi vida #1

Hoy me siento lejos de ti, mis manos anhelan las tuyas y mi cuerpo extraña tu calor. ¿Qué será de mi cuando te pierda? ¿Cuántas horas extrañándote? ¿Cuántas lágrimas derramadas? Y en mi agonía y soledad ¿Pensaras tu siquiera en mí, o seré ya parte de tu olvido?

Querido amor de mi vida, y aunque todos me advirtieron, seguí prendida en ti, amándote incondicionalmente, entregándote todo, quedándome vacía, también un poco sola. Te veía reír, eras feliz y eso estaba bien, todo siempre estuvo bien mientras sostenías mi mano, podía vivir de tu sonrisa, podía ahogarme en tus besos, podía sentirme completa con tu mirada en mí, porque tú encendías mi llama, por ti el fuego recorría mi cuerpo, pero olvide que el fuego quema, arde y lastima.

Te vi arropar otros cuerpos, sostener otras manos, dejándome atrás y pese a eso aun te quería, pues tú me hacías brillar. Y te esperaba, aunque volvieras mil noches después, ebrio de otros besos, buscando consuelo en mí, porque mis brazos siempre estuvieron abiertos para ti, hasta que quede tan deshecha que no puede sostenerme en pie, te di hasta mi último aliento y aun así te alejaste de mí.

Y cuando ya no tuve nada que ofrecer, entonces fue que me encontré. Pude ver lo hermoso en lo sombrío y aunque las cicatrices marcaban mi cuerpo, seguía brillando por mí, siempre por mí.