Edipo Rey de Sófocles. Análisis de texto

La peste azota Tebas como castigo de los dioses por el asesinato de Layo, anterior rey de la ciudad. Edipo, quien anteriormente libró a los tebanos del acoso de la temible esfinge, se compromete a salvar de nuevo a éstos encontrando y condenando al culpable de la muerte de Layo. Según va investigando, se descubre a sí mismo como culpable y, además, que era hijo del asesinado y que ocupa el lecho de su madre. Ante el desastre, Yocasta (madre de Edipo) se quita la vida y Edipo se arranca los ojos y suplica ser desterrado.

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TEMAS

Destino y justicia divina

Éste es el tema principal por un sencillo motivo: para los espectadores de la época, los hombres no eran dueños ni podían decidir sobre su propio destino, pues eran los dioses los que ya habían trazado un plan de antemano para cada uno de los habitantes del planeta. En esta obra se demuestra esto, tomando como ejemplo claro a Edipo quien, a pesar de su buena voluntad y de su falta de conocimiento hacia lo que sus acciones acarrearían, cae inevitablemente en las redes del destino que los dioses ya habían decidido para él en el momento de su nacimiento. A pesar de que sus padres (Yocasta y Layo), alentados por el negativo vaticinio del oráculo (este niño matará a su padre y se reproducirá con su propia madre), se intentaran deshacer de él mandándolo matar en el monte Citerón y de que Edipo, confundido al creerse hijo de Pólibo y Mérope, procurara alejarse de la posibilidad de matar a su padre hacer lo propio con su madre… a pesar de esto, el destino impuesto por los dioses para esta criatura al final se cumple sin que nadie pueda evitarlo. Entonces el destino viene marcado por la justicia divina, o más bien la injusticia, porque la historia de Edipo no parece más que una especie de juego macabro que llevan a cabo los dioses para adoctrinar e incluso atemorizar a los simples mortales. Y aunque en la actualidad todo esto son curiosidades mitológicas, quizá la función que cumplía este tipo de obras en su época podría relacionarse con alguna hipótesis que, a su vez, se podría relacionar con la necesidad de los poderosos de mantener su propio estatus… aunque esto ya sería entrar en unos derroteros que no vienen quizá muy al caso.

La peste y el sufrimiento

Este es el primer subtema que comentaré, pues es lo primero con lo que nos encontramos en la obra. Al comenzar, se nos muestra al pueblo tebano sufriendo por una epidemia que los ahoga y, básicamente, no es otra cosa que el motor inicial de la acción dramática, pues hace que Edipo encomiende a Creonte la misión de visitar el oráculo de Delfos en busca de una posible solución. Este trae la noticia de que la solución es vengar la muerte de Layo… lo que, en definitiva, es un cometido con un desenlace palpable.

Asesinato, deshonor y sufrimiento

Layo fue asesinado, esto desencadena un gran sufrimiento para el pueblo Tebano en general (porque era su rey y porque las circunstancias de su muerte trajeron una fuerte epidemia a la ciudad) y para personajes principales en particular: Edipo y Yocasta. Este sufrimiento en estos personajes reales viene de la mano de un monumental deshonor: Edipo mató a su propio padre y, además, tomó en matrimonio a la que es su madre. El deshonor, por tanto, nos viene dado en forma de parricidio y de incesto, pues la unión de Edipo y Yocasta trae como fruto, entre otras cosas, la concepción de unos hijos (Etéocles, Polinice, Antígona e Ismene) impuros que, en circunstancias normales, sería prácticamente imposible que hubieran llegado al mundo. Este deshonor es el causante de un gran sufrimiento que desencadena sin tardanza unos hechos eminentemente trágicos: el suicidio de Yocasta y la auto privación de la vista por parte de Edipo, para su posterior destierro. Además, Creonte (como hermano de Yocasta y amigo de Edipo), a pesar de quedar como rey de Tebas, deberá sufrir lógicamente la desgracia tanto de su hermana como la de su cuñado, al menos por cercanía.

Ambición de poder y desconfianza

Este es el último subtema que destacaré y es representativo sobre todo en el personaje de Edipo. Al encontrarse con el sabio, anciano y adivino Tiresias, Edipo le fuerza a dar un vaticinio o una resolución sobre quién es el asesino de Layo, a lo que el anciano, después de ser presionado le contesta que él mismo. Es entonces cuando el protagonista se llena de desconfianza, incapaz de verse a si mismo como autor del crimen y acusa a Creonte de conspirador. Piensa que, debido a su ambición de poder, ha coaccionado al viejo para que lo acuse y así quedar finalmente en el trono de Tebas (“Edipo- ¿Esto es invención de Creonte o tuya? Tiresias- Creonte no representa ningún peligro para ti, sino que el único peligro tuyo eres tú”). En el transcurso de la pieza queda demostrado que esta ambición de poder por parte de Creonte es ficticia, inventada por Edipo. Pero la desconfianza que demuestra Edipo sí que es real, al menos en el momento en el que se produce… esto no durará mucho pues, prácticamente justo después, hablando con Yocasta, queda el rey convencido de que pudo ser él mismo el que asesinó a Layo.

Yo, hace años, interpretando a Edipo.

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SUBTEXTO

El teatro de Sófocles siempre fue fiel a una determinada concepción del mundo, según la cual éste se halla regido por leyes eternas, encarnadas en sus obras por los dioses, a las que los hombres se encuentran sujetos. En su teatro destacó la capacidad humana para asumir el destino y llevar una vida ligada a principios éticos. Para él no existía conflicto entre la necesidad cósmica y la libertad individual. La tesis centrada en la mayoría de sus personajes ilustra que es preciso soportar con nobleza las adversidades y los sufrimientos; realzando la grandeza de la voluntad que se enfrenta a las consecuencias. Los protagonistas son de carne y hueso. No luchan contra los obstáculos exteriores o la fatalidad, sino contra las debilidades del corazón. Sin embargo, pese a todo, el idealismo de Sófocles, muchas veces influenciado por los héroes homéricos, fue capaz de crear adalides más que convincentes.

Edipo es un claro ejemplo de todo esto, del valor y la justicia como principios básicos para la humanidad. Por tanto, el subtexto de esta obra nos dice que debemos afrontar las adversidades y las complicaciones que nos plantea la existencia con dignidad, valor, honradez, justicia, nobleza… y, por otra parte, a pesar de ser íntegros, si cometemos acciones innobles, no tardará en llegar el día en que tengamos que rendir cuentas.