Brilla, brilla. Cuento recuperado
Atareada con las labores hogareñas, deseaba terminar lo más rápido posible. Todavía le faltaban los platos por fregar y dejar la cena lista antes de que llegara Juan. Su labor se vio interrumpida por el teléfono. No eran buenas noticias su hija volvió a pelear con su esposo y solo hablaba al otro lado de la línea telefónica, de divorcio, lo voy abandonar y me llevare a los niños, era lo único que se escuchaba entre el griterío. Colgó la llamada y ya los platos sucios no le parecieron tan apetecibles de terminar y la cena se apilo en la cocina.
Elaboro una nota y la pego en la nevera, indicando que regresaba más tarde. Relleno la taza de café más grande que tenía, metió dos cigarrillos en un bolsillo y el encendedor e inicio el sendero que rodea la casa. Necesitaba caminar y pensar en cómo decírselo a su hija suavemente. Los resultados de los exámenes no habían llegado, pero ella sabía que esa falta de aliento para terminar cualquier trabajo hogareño, no eran nada normal.
Camino hasta su rincón favorito, tuvo que detenerse en dos ocasiones porque le faltó el aliento. Su hermana comenzó igual. Ese maldito cigarrillo tiene toda la culpa. Medicinas, terapias nada pudieron evitar el final.
¿Cómo se lo diré a mi familia? Era lo único que atravesaba su mente. Encendió el primer cigarrillo y sorbió un buen trago de café. Todavía faltaba para que el sol se ocultara.
No sabía si era la vista del agua la que la calmaba o el humo del cigarrillo que revoloteaba tomando formas. Sus pensamientos se le volvían confusos. ¿Y ahora qué hacer si es cáncer? No quiero que mi familia pase otra vez toda esa agonía.
Regreso al sendero al serenar su mente. Abrió la puerta de la casa y le asaltaron sus nietos: -Abuela ¿Dónde estabas? Te buscamos por toda la casa.
Salí a caminar le dijo con una media sonrisa. Su hija la abrazo y mando a los niños a ver la televisión. Su hija no paraba de hablar. Ella encendió el segundo cigarrillo. –Mamá ¿Sabes que no debes fumar? Eso mato a tita.
Sonó el teléfono era del consultorio médico. Ella comenzó a llorar al oír la noticia.
Resultado negativo. Vivirás otra vez. ¿Vas a dejar el cigarrillo? Le pregunto la doctora.
