¡Piénselo bien, la felicidad financiera puede ser un aprendizaje para la vida! En Rutablockchain le decimos cómo
En la segunda sesión del podcast de Romero, concurrido por muchos de los usuarios del canal Discord, la temática se circunscribió en torno a la interrogante que ronda en las mentes de muchos venezolanos, sobre todo los más jóvenes, acerca de abandonar el país, dada la profunda crisis que les afecta y la convicción de que las oportunidades están cerradas para ellos en su tierra.
Cuando le faltaban dos asignaturas para terminar la carrera, le fue aprobada una beca para estudiar en Goergetown University, algo que sí quería y había planificado Romero. No es que la química no tenga sentido como plan de vida, es que en su caso, alinear “emociones y racionalidad”, fue determinante para el éxito que le vino después. En pocas palabras, tomar decisiones implica un proceso de autoconocimiento y minucioso análisis de las posibles perspectivas que se abren cuando se opta por un nuevo camino que trastoca nuestra cotidianidad.
Pero, las situaciones inesperadas también cuentan y cuando llegan, también hay que decidir. Las cosas no fueron color de rosa para Romero durante su estadía en los Estados Unidos. ¿Adivinen qué? Cuando ya estaba instalado (la beca sólo cubría la matrícula, por lo que debía trabajar como mesero para ganarse la vida) y con un plan de vida a mediano plazo, surgió un imponderable: el ataque a las Torres Gemelas de la ciudad de Nueva York en 2001 y la consecuente suspensión de la beca por tres años. “¿Ahora qué hago?”, se preguntó el joven Romero. Le ofrecieron enrolarse en el Ejército, lo que él percibió como un riesgo innecesario. Le veían, dada su procedencia latina, como carne de cañón para la nueva guerra que enfrentaba el país en suelo extranjero.
Primero, percepción y luego, racionalización
¿Por qué contó su experiencia Romero? Porque el tema era pertinente y sabía que la audiencia se identificaría con su historia. Uno de los contertulios del podcast fue “Agua en polvo”, un joven artista que, como Romero, también estudió en la universidad, pero que no concluyó su carrera. Además de algunas situaciones de violencia que vivió de cerca, sentía que la universidad estaba desactualizada, que lo que estudiaba no era importante como para trazar un plan de vida.
“Agua en polvo” es un estupendo dibujante y suele colocar sus obras en su blog de la red Steemit. No obstante, también ha pensado en salir de Venezuela. Romero no recomienda a quienes como “Agua en polvo” piensan dejar el país cambiar de idea, sino planificar correctamente antes de tomar la decisión.
¿Qué factores nos molestan para pensar en una opción tan trascendente como esta de abandonar el país?, ¿cuáles de nuestras condiciones queremos modificar para mejorar la calidad de vida, dada la situación actual en Venezuela?, son algunas de las preguntas que debemos hacernos, según Romero. Las circunstancias varían en cada caso, pero las interrogantes valen igual para todos. Romero recomienda en este sentido hacer una previsualización de lo que sería nuestro futuro, de tal manera que la decisión no se base sólo en el plano emocional y lo perceptivo, sino que abarque también lo racional.
Precisamente, la dimensión racional es la más importante porque en ella es donde se traza un plan de vida, con objetivos claros y con un minucioso análisis de las oportunidades que se podrían perder o ganar. “Algo que sí me motiva es distinto a huir, correr”, advierte el profesor Romero. Si hay una circunstancia que luce verdaderamente provechosa pues sí estaría bien dar un paso como ese.
Esta actitud implica una planificación financiera
Algunas de las argumentaciones que se suelen escuchar de quienes quieren salir de Venezuela es que no hay posibilidad de adquirir vivienda, hacer familia y vivir dignamente, tener bienes. Es verdad, pero debe tomarse en cuenta que para cambiar esa situación no basta solamente ir a otro país a ganarse la vida, a menos que se trate de un plan bien definido, con estabilidad y pensado para el mediano o largo plazo. Romero invitó nuevamente a aprender a identificar y a resignificar los estados emocionales de los que habló en su anterior programa: la ira, el miedo, el amor y la tristeza, para aprender de ellos y saber que son parte de nuestra existencia pero que no deben determinar nuestras decisiones.
Otra de las participantes del programa fue Johnnarac. Es venezolana y vive en Chile desde hace un tiempo. El primer año fue muy difícil para ella por el cambio cultural y porque su capacidad de ahorro prácticamente fue nula. No obstante, está estudiando, algo no tan fácil en ese país, en el que casi todo está privatizado y es muy costoso.
Aunque en el corto tiempo de un programa como el del Discord no se puede hacer una lectura completa de las circunstancias de esta joven venezolana, y dado que ya está fuera del país, Romero le instó a trazarse un plan financiero que implique visualizar oportunidades de negocio como un emprendimiento en un área que la gente de Chile no vea pero que sí puede generar beneficios. Lo hizo basado en su propia experiencia en ese país en el que ganó junto con unos chilenos el premio “Start up” en 2008 por un motor de búsqueda de sistemas hoteleros. Romero y sus amigos vieron la oportunidad y la aprovecharon.
Es un proceso lento que implica riesgos, pero que bien llevado puede resultar beneficioso. De eso se trata. De oler las oportunidades, pensárselo bien y actuar. Las próximas sesiones de “La felicidad financiera” prometen ser sustanciosas.
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