¿Qué tanto te amas, valoras y respetas? Escucha tu diálogo interno

in #spanish6 years ago

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El diálogo interno es esa conversación constante que tienes contigo mismo, en la que te preguntas cosas, te dices cosas y te respondes, donde también entra en juego la forma como te diriges a ti mismo, cómo te tratas y cómo te dices las cosas.

Todo el tiempo estas conversando con alguien que ha tenido la misma experiencia de vida que tú, la misma formación, la misma educación y vivencias, comparten los mismos principios, valores, sueños, miedos, culpas, creencias, emociones y pensamiento lógico. ¿Lo conoces?

La calidad de ese diálogo depende de que tanto te conoces y de cómo te ves a ti mismo. Eso marcará la diferencia entre un diálogo que te motive e impulse en el logro de tus sueños, y otro que por el contrario te sabotee constantemente.
Pongamos en un ejemplo:

Imaginemos que tu experiencia de vida ha hecho que confíes en tu capacidad para afrontar o sobrellevar el cambio, muy probablemente no tengas problema en enrumbarte en un nuevo proyecto y conseguir alcanzar el objetivo, pero si por el contrario, te crees incapaz de manejar los cambios, por más que sueñes con: un nuevo empleo, una nueva casa, una nueva pareja, etc., utilices técnicas de visualización y tengas mente positiva, tu dialogo interno va a sabotearlo, el miedo al cambio te va a decir: “estas seguro que eso es lo que quieres”, “me da miedo”, “la verdad no creo que pueda manejarlo”, “eso no es para mí”, “la gente como yo no logra esas cosas”, “en realidad crees que te lo mereces”. Con tales argumentos, es muy poco probable que consigas alcanzar tu objetivo.

Si analizamos las expresiones utilizadas, podemos darnos cuenta que hay un trato severo e irrespetuoso. Cada expresión refleja inseguridad, miedo, culpa y desmerecimiento.

Cada caso es muy particular ya que no existe ningún ser humano que comparta las mismas experiencias de vida con otro, por tal motivo, es importante que escuches atentamente ese diálogo interno y tomes nota de las cosas que te dices a ti mismo,, las expresiones que utilizas y cómo te dices las cosas. Este ejercicio te va a permitir darte cuenta cómo es tu relación contigo mismo. ¿Te conoces?, ¿te respetas?, ¿te aceptas?, ¿confías ti, en tus capacidades?, ¿te juzgas?, ¿te culpas?, ¿te sientes merecedor de alcanzar tus sueños, o de atreverte a soñar?, ¿te amas?

La buena noticia es que el diálogo interno se puede cambiar, y si cambias tu diálogo interno puedes lograr todo lo que te propongas, tendrás una mejor relación contigo mismo y ya no habrá límites de lo que puedas alcanzar.

Un ejercicio que puedes hacer es el siguiente:

Al escuchar tu diálogo interno pregúntate:

  • ¿Cuál es la verdadera razón de estos pensamientos?
  • ¿Cuándo empecé a tratarme de esta manera o a decirme estas cosas?
  • ¿Que lo pudiera estar reforzando?
  • ¿Por qué me digo esas cosas y no otras?
  • ¿Por qué me trato de esa manera y no de otra?

Lo más probable es que esos pensamientos vengan desde la infancia, de mensajes recibidos y que pasaron a formar parte de tu realidad. Trata de recordar, piensa que te decían tus padres cuando eras pequeño, o si en alguna oportunidad alguien te dijo cosas que pudieron haber fijado eso en tu mente. Examina tus palabras que pudieran estar reforzándolo.

Date cuenta que muchas de las cosas que te dices a ti mismo no tienen fundamente, son mensajes que están ahí desde hace mucho tiempo y que tú mismo has permitido que permanezcan ahí. Es hora de retar esos pensamientos y ese diálogo. Asume la responsabilidad y comienza a cambiarlo poco a poco. Tú eres el que decide en qué piensas y en que no, que te dices a ti mismo y que no, y como te tratas a sí mismo.

La mejor forma de cambiar el diálogo interno es evaluar los pensamientos, está atento cuando algo no te aporta, te paraliza o te perjudica. Sustituye ese diálogo por uno que te potencie, que te impulse, que te motive.

Por ejemplo: si te escuchas diciéndote constantemente: “todo me sale mal”, el cerebro siempre busca la coherencia entre lo que piensas, dices y haces, es decir, que constantemente tu cerebro va a buscar que lo que sucede sea coherente con lo que piensas, dices y haces, así que vas hacer las cosas mal, y como consecuencia vas a obtener malos resultados, y una vez más, tu cerebro va a conseguir coherencia entre tus pensamientos palabras, acciones y resultados.

Por eso, debes cambiar ese pensamiento por uno que diga todo lo contrario, como: “todo va a salir bien”, “todo va estar bien”, y repetirlo un millón de veces, hasta sustituir el mensaje negativo. Al hacerlo, igualmente tu cerebro va a buscar la coherencia entre lo que piensas, dices, haces y obtienes, es decir, todo va a salir bien

Así que ten confianza y asume la responsabilidad de cambiar tu diálogo interno.

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