instrumento Blacksoldiers

in #spanish7 years ago

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Capítulo 1

El Hecho

¡Tic... tic... tic...! sonaba el despertador. Eran las 7 AM en Dickson, Tennessee; una ciudad donde la población es algo baja por ser un pueblo y la vegetación abunda. Aún puede respirarse aire fresco, a diferencia de las grandes ciudades. Era septiembre, mes donde comenzaba a finalizar el verano para dar nacimiento al otoño.

Mis ojos estaban entrecerrados e hinchados, ya que luchaban por adaptarse a la claridad mientras tratando así de ver por donde camino. Veía una borrosa puerta blanca. Froté mis ojos con mis manos, para luego abrir la puerta y llegar directo hasta el lavamanos. Me lavé la cara y cepillo mis dientes; observé el espejo contemplando mi rostro, viendo que definitivamente había cambiado mucho desde el verano pasado. Ya no tenía 15 años ahora eran 16, sé que tan solo ha sido un año, pero mi cuerpo había cambiado mucho; lo que antes eran unos pequeños bultos en mi pecho, ahora eran bastante prominentes, pues realmente era una chica bastante delgada. Bueno, todavía lo soy... pero en estos momentos tengo una silueta mucho más definida que antes.

Tomé una ducha y al salir de ella me vestí con: una blusa blanca muy bonita, jeans negros ajustados al cuerpo y unas botas de tacón de color negro. Mi vestimenta realmente resaltaba mis ojos azules, y no solo eso, mi piel y mi cabello de color cobre como el bronce. Me veía magnífica.

Al terminar me observé en el espejo, sintiéndome muy bien por lo que veía, suspiré y dije:

— Andrea, este año será excelente para tí.

Escucho desde lejos: — ¡Andrea baja a comer!.

— ¡Voy mamá!— contesté, tan fuerte como para que me escuchara.

Me coloqué perfume, pinté mis labios de un rosa tenue y bajé apresuradamente al comedor. Ahí estaban mi madre Georgina Lincoln: una mujer de 40 años de edad que trabaja como diseñadora de modas y tiene su propia marca llamada "Bonted", tiene colecciones hermosas para cualquier género. Ella se conserva excelente a pesar del tiempo; con un hermoso cabello oscuro, ojos claros, de raza latina, delgada y una mirada que expresa mucha ternura, la cual la caracteriza.

Sencillamente era imposible que en su juventud no le pretendiera Castre Donnovan, mi padre. El cual, se ve excelente con sus 42 años de edad, él tiene el mismo color de cabello que yo, pero con un tono mucho más intenso. Sus ojos de un azul cielo, alto y de buen cuerpo. El típico norteamericano. Trabaja como arquitecto moderno, por lo que a veces debe viajar muy a menudo, pues en Dickson no es que se usen mucho este tipo de obras. Y por último mi hermano Calev. Apenas tiene 15 años de edad, posee el mismo cabello que mi madre pero con el rostro de mi padre en su juventud. Alto y muy obsesionado con tener un cuerpo "Atlético" como la mayoría de los chicos que juegan al fútbol.

La verdad adoro a mi familia, mi madre ama incondicionalmente a mi padre, al igual que él a ella. Mi hermano y yo nos la llevamos muy bien, a decir verdad, excelente para ser hermanos, pues hoy en día eso casi no sucede.

Sonreí y me senté en el comedor. Al colocar mi madre mi plato en la mesa, con unas tostadas, huevos y tocinetas, no dudé en comenzar a comer apresuradamente; todos me miraban un poco atónitos, haciendo que mi padre extrañado pregunte.
—¿Qué ocurre cariño, por qué estás tan apresurada?.

—Lo que sucede es que hoy me llevará al colegio Dan, y no quiero hacerlo esperar.—Suspiro.

— Entiendo... ¿Y cómo le fue en sus vacaciones a ese chico?.

—Bueno, estuvimos hablando ayer por teléfono y dijo que le había ido muy bien en Escocia. Regresó ayer a las 10 PM y pasará por mí ahorita a las 8 AM; así que debo apresurarme.

Mi madre sonríe y agrega.

— Me pregunto ¿cómo se verá después de no verle durante tanto tiempo?. Debe estar más guapo.

Me sonrojé un poco ante aquel comentario imprudente de mi madre, a veces creía que a ella le gustaba más que a mí.

Sin darme cuenta ya había terminado, observé mi reloj y eran las 7: 40 AM. ¡Ya estaba por llegar!. Subí rápidamente a lavar mis dientes nuevamente. Tomé mi bolso, miré por la ventana y se estacionaba un hermoso Caliber de último modelo de color rojo.
Sabía que ese era Dan. bajé dando zancadas, escuchando la bocina del coche; me despedí de mi familia muy apresurada y mi madre dice velozmente.

— Hija, ¿no podrías llevar a tu hermano también?— me volví a ella para mirarle de forma decepcionada. En verdad quería pasar un tiempo a solas con mi novio, aquello no era justo luego de haber tenido tanto tiempo sin verle. Calev me pilló mientras este bajaba las escaleras y respondió burlonamente.

— ¡Olvídalo mama!, no quiero ir con esa parejita con tanto tiempo sin verse. Así que será mejor que papá te llevé y tú me prestas tu auto.

Ella frunce el ceño, ya que no le agradaba prestarle el auto, especialmente que el chico aún no cumplía la edad necesaria para manejar. Miré a Calev y le guiñe un ojo sonriendo expresivamente. El sí que me conocía. Nuevamente escuché la bocina y salí corriendo de la casa. llegué hasta el coche, admirando ahora la brillantez de este y subí al puesto del copiloto.

Al entrar dije: — Perdona que me haya tardado, no fue mi intención, es solo que mi madre me había detenido un momento.
En eso sentí unos dedos en mis labios que promulgaban que callara, y en segundos Dan estaba sobre mis labios. Era un beso realmente cálido y tierno; un furor recorría mi cuerpo haciendo que me sonrojara fácilmente. Con mis ojos aún entreabiertos pude observar su hermosa piel clara y limpia, sus ojos cerrados en señal de disfrute, su cálida respiración y ese cabello oscuro. Al separarse de mí, en busca de aire este dice.

—Cuanto tiempo sin verte... Y valió la pena, ¡Mírate estas hermosa!.

—Lo mismo digo de ti... estás más musculoso y más alto.

—Estuve jugando un poco en Escocia.

Estaba avergonzada por la forma en que le he recibido, entre quejas y este solo me ha besado. Pero aun así no podía quitar mi mirada de esos ojos verdes tan impactantes. Dan ahora presiona sus músculos, mostrando sus enormes bíceps y con una sonrisa burlona añade.

—Todo este tiempo he entrenado y he armado todo esto para ti— una expresión de suficiencia se forma en su rostro.

— Veo que ha funcionado muy bien, has causado impresión en mí. Solo no seas tan idiota por ello. — Dije mientras golpeaba el hombro del chico, para luego reírnos de nosotros mismos.

—¡Jamás!, cómo podría ser un idiota con quien amo desde tercer grado. Será mejor que salgamos ya o llegaremos tarde.
Asentí.

Mientras conducía hablábamos de todo lo que habíamos hecho en vacaciones y lo bien que nos había ido; mientras pasábamos por un pequeño peñasco y observaba el sol, entró en mí una preocupación, no sabía qué ocurría pero algo andaba mal, tenía la sensación de que algo malo iba a ocurrir. No quise darle importancia a ese sentimiento, por lo que seguía hablando con Dan solo para olvidar aquel momento. Este aun manejando hablaba de lo enamorado que estaba de su carro y que después de este lo estaba de mí. Aquello no me pareció nada gracioso, aunque para él lo era, que te comparen con un objeto no es algo del que deba reírme.

Al llegar al Colegio del condado, todos miraban el auto nuevo de Dan; al salir se nos quedaban mirando una gran multitud, yo sonreía ante aquella atención, pero al mismo tiempo me sentía un poco incomoda, algo estaba mal, jamás había llamado tanto la atención, sólo al menos que andarás con Rebecca Grunt, la chica más popular del colegio. Y aunque físicamente estoy distinta, no veo el porqué de tanto escándalo.

Mientras caminábamos por los pasillos en búsqueda de nuestros casilleros para buscar nuestras cosas, se acercaron mis amigas Monique y Selena; ambas estaban totalmente cambiadas también. Monique de ser la niña de brackets y lentes, se había quitado los brackets y se colocó lentes de contacto, su cabello ahora era rubio con ondas y muy largo, se veía incluso un poco más alta y bronceada; Selena de ser la chica gótica ahora usaba menos maquillaje oscuro y se dedicó a realzar sus ojos verdes. Se había cortado el cabello hasta el cuello de forma muy formal, su piel latina resaltaba muy bien, las dos simplemente se veían excelentes. Éstas emitiendo un grito, me abrazaron y Monique dijo exaltándose.

—¡Valla Andrea te ves excelente!, tanto tiempo sin vernos.

—Si Monique lo mismo digo de ustedes dos. — Respondo encogiéndome de hombros. —¿Qué hicieron en vacaciones?, no supe nada de ustedes, ¡malas amigas!.

— Bueno Monique fue a visitar a su padre en Australia, y yo... bueno fui a casa de mi abuela en Venezuela. —Respondió Selena con una gran sonrisa. Dan abrazándome saluda.

—Hola chicas, ¿cómo han estado?.

— ¡Oh por Dios!, ¡Dan te vez genial!... veo que alguien estuvo ocupado haciendo ejercicios. — Dijo Monique con gran energía.
Este se sonroja y sin darle mucha importancia, me besa para luego añadir.

—Bueno chicas nos vemos luego tengo clases. Cuiden de Andrea, además quizás hoy puedan probar a mi nuevo nene.
Las chicas le miran extrañado.

—Tranquilo Dan, que está en muy buenas manos.— Respondió Selena.

—¿Qué quiso decir con nene?— Preguntó Monique.

—¡Su auto!, Parece ser que ama más su auto que a mí. —Respondí apretando un poco la mandíbula. Sí que me irritaba pensar en ello.

Ambas se encogen de hombros y cerramos nuestros lockers.

Mientras caminábamos al salón de clases, muchos chicos nos miraban. Nosotras tan solo sonreíamos y contábamos las aventuras de nuestras vacaciones, sin prestar atencion a ninguna de aquellas miradas. Al entrar al aula, no pudimos pasar por desapercibido a Rebecca y su amiga Carolina; ambas nos escanearon por completo.

Sonreímos irónicamente y nos sentamos.

Ellas también habían llegado cambiadas: Rebecca de tener cabello oscuro corto sorprendentemente llegó con el cabello largo y de castaño claro, y cuando digo sorprendente hablo de grandes extensiones. Mantenía su cuerpo como ella siempre lo ha llamado "Artístico". Carolina de tener un cabello largo y amarillo se lo tiñó a negro con un mechón azul en el flequillo. Las dos realmente lucían excepcionales, pero como es de esperarse, son chicas frías con una piedra en el pecho en vez de corazón.

Recuerdo cuando en séptimo grado Rebecca se metía conmigo por ser una chica un poco regordeta, lo que me hizo a hacer dieta y casi matarme de hambre, llegando a pesar menos de lo que debía, aunque a la vez se lo agradezco ya que ahora estoy en mi peso ideal, y sólo gracias a esa experiencia. La clase de Biología había comenzado. Al pasar dos horas escuchando a la profesora hablar sobre el "código genético", la cual no entendí mucho de ello, pero al fín habíamos salimos de aquella clase. Fuimos a dar una vuelta las chicas y yo; no sentamos en las gradas del campo, donde la mayoría de las personas lo hacían, solo para observar jugar a los deportistas del colegio. A lo lejos pude ver a mi hermano correr con el balón, en eso Monique dice.

—No me había dado cuenta, ¡pero Andrea! ¿Es mi imaginación o tu hermano está como más alto y fornido?.
—No es tu imaginación, sí que lo está. En estas vacaciones se enfocó bastante en su cuerpo, creo que quiere impresionar a alguien, pero todavía no sé a quién es.

—¡A mí me ha impresionado!— Respondió Selena pícaramente.

—¡Está bien!, basta de hablar de mi hermano... cuéntenme ¿conocieron a alguien en sus viajes?.

—¡Creo que Selena sí!, pero no quiere contarnos.— Agregó Monique.

La miro con una sonrisa sorprendida, aquella chica se estaba volviendo un poco atrevida, jamás la había visto así, tan segura de sí misma como para conocer a chicos.

Selena sonrojándose responde.

—Está bien les contaré, pero no lo pueden decir a nadie ni siquiera a mis padres, ya saben cómo son. Bueno... realmente no es de Venezuela pero vivió allá un tiempo. Es alto de buen cuerpo, de ojos color café, tez blanca cabello castaño y corto; muy bien vestido y es profesor de Artes.

—Detente un momento... ¿hablas de alguien que conocemos o es mi imaginación y estás hablando del Profesor Dilan?.
Ella me mira avergonzada y sorprendida. Mis ojos van a salir de mi cavidad ocular, pues no me creía lo que ella me estaba afirmando.

—¡Si es el!... ¿Cómo lo supiste Andrea? — preguntó Selena confundida.

—El único profesor lindo de aquí es él, como para recordar con detalle su físico. Pero... Selena te lleva 10 años, tus padres no estarán de acuerdo con ello. —Respondí un poco preocupada.

— Lo sé... Es por eso que no deben decir nada.— Agregó la chica.

Monique frunciendo el ceño pregunta.

— ¿Y cómo se conocieron?.

—Bueno como ya saben estoy en las clases de canto, y él es nuestro profesor. En clase pensé que no me determinaba hasta que en el aeropuerto lo vi y le saludé, me dijo que iría a Venezuela a visitar a sus padres en caracas, y así empezó todo. —
—Bueno no diremos nada, pero ten cuidado Selena, sería un gran error y descuido si se enteran tus padres y el colegio.

Podrían simplemente despedirle o peor meterle preso por acoso aún menor.

—Chicas lo sé... por eso no estoy ahorita ahí... — Ella hace un puchero—...con esas ganas de estar con él. Pero dejemos de hablar de mí, ahora le toca a Monique.

—Lamento decepcionarlas chicas pero la única conversación que tengo en mi correo es con el hermano de Andrea, así que lamento decirles que estuve compartiendo en todo tiempo con mi padre.— Respondió la chica de forma aburrida.

En eso un fuerte viento golpea todo el campo, pero pareciera que su fuerza mayor se ejerciera sobre nosotras. Nos levantamos rápidamente y corrimos hasta el colegio; al llegar miré el cielo a través de la enorme entrada, era de un color gris, dándole un aspecto muy triste, como si de pronto iba a romper a llover. El ambiente para mí estaba realmente pesado; miré a las chicas, percibiendo ahora sus expresiones, donde me parece que ellas también sienten lo mismo que yo. Monique rompe el silencio con voz incómoda para decir.

—Chicas creo que será mejor ir a clases. No sé si serán ideas mías, pero el día de hoy no he tenido muy buen presentimiento.
—Pensé que había sido la única... yo también me he levantado así.— Responde Selena.

Me sorprendo ante sus afirmaciones y agrego.

—¡Chicas no puede ser!, yo también lo he sentido. Presiento que algo muy malo ocurrirá... Vámonos, es mejor entrar a clases ya, quizás solo así dejaremos de pensar en estas cosas, lo más seguro es que sean solo ideas de nosotras.

A decir verdad no creo que sean cosas nuestras únicamente, cómo era posible que las tres sintamos lo mismo. Durante la clase de Idiomas estuve pensando en todo momento en este presentimiento; quería que el día simplemente acabara. Al terminar las clases Dan me buscó en mi casillero, abrazándome sorpresivamente por detrás como tenía por costumbre, y me dijo.

—¿Lista para largarnos de aquí y disfrutar nuestro tiempo?.

Sonreí y contesté.

—Será mejor que nos apresuremos, la verdad no me he sentido muy bien el día de hoy.

Dan se había extrañado, iba a preguntar algo, pero en eso corriendo se acercaron mis amigas y Monique dice.

—Perdona Dan, ¿pero no hay problema si puedes llevarnos a casa?, es que el tiempo está pesado, y Selena y yo no nos sentimos muy bien.

Dan me mira extrañado y dice.

—Ustedes tres sí que están conectadas, Andrea me acaba de decir lo mismo. Bueno vengan ya, ¡vámonos!.

Salimos del colegio con mucha prisa; había un fuerte viento que arremetía contra todo. El aire era tan frío, que podía penetrar hasta nuestros huesos. Selena mientras corría se despedía rápidamente a lo lejos del Profesor Dilan, este le lanzó un beso con descuido. Algo que me preocupó, ¿cómo se le ocurre hacer eso en el colegio? ¿Estaba loco?. Ella se sonrojó pero en cuestión de segundos estábamos dentro del auto de Dan, todos nos miramos las caras y Dan dice.

— Creo que se acerca una fuerte tormenta, será mejor apresurarnos.

Todas asentimos preocupadas y nerviosas.

Durante el camino reinó un absoluto silencio, miraba sus rostros por el retrovisor del auto, observando que ellas realmente estaban preocupadas. Yo solo pensaba en querer llegar a mi casa y así sentirme a salvo. Dan me miró de reojo y sonriendo dice.

—Hey chicas ¿Qué les ocurre?, ustedes nunca están calladas. Solo deben calmarse un poco, estoy seguro que no pasará nada, es más aprovecharé este momento de silencio absoluto para decirle a mi novia Andrea, que la amo, que ha sido lo mejor que me ha pasado, jamás encontraré a alguien como tú. Soy de los que creo que la vida te da cosas buenas y debemos aprovecharlas, y una de ellas ha sido tú; no puedo explicar con solo palabras lo que siento por ti... y saber que Dios me ha regalado cosas agradables, me hace sentir tan bendecido, por lo que ahora agradeceré a Él de ahora en adelante por darme esa dicha de conocerte, Andrea.

Aquello me había embobado completamente. Las chicas estaban atónitas por lo que habían escuchado. Yo simplemente observaba todo en cámara lenta, todo había desaparecido. Aquella sensación tan mala, la preocupación, sencillamente se habían esfumado, como si nunca habían estado presentes. Solo lo observaba a él, ¿era realmente tan perfecto como se veía?, quería que me pellizcaran a ver si estaba dormida, ¿acaso esto sería siempre así?, porque si es así, realmente quiero vivir por siempre... Dan era el mejor novio que he tenido y que tendría. ¿Cuándo un chico hablaría de esta forma?, No uno que conociera hasta ahora. Este me miró sonriendo complacido. Selena casi llorando dice.

—Qué lindo Dan, sí que te has pasado...

De pronto, al mismo tiempo que Selena terminaba aquella frase, escuchamos a Monique Gritar:— ¡Cuidado!.
Un trueno muy potente suena irrumpiendo mis tímpanos con tanta ferocidad, que deja el rastro de un pitido agudo que aturdía mis sentidos.

Volteamos el rostro al frente, y sin darnos cuenta todo sensación había desaparecido. Esta fue cambiada por un cosquilleo en el estómago que subía hasta mi garganta. La adrenalina corría por nuestras venas tan rápido, y al mismo tiempo todo era tan lento, que en mi mente solo ocupaba una oración "Dan te amo, no me dejes".

Nos miramos los dos... este rápidamente se lanzó sobre mí y con el estruendo de un segundo rayo, la oscuridad llenó mis ojos. En cuestión de segundo algo viscoso salía de mi cuerpo, no sabía que era, pero solo aquella oración hacía acto de presencia una y otra vez en mi mente, hasta perder completamente el conocimiento...

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