El Anima y El Campesino

En una población vivía una familia muy humilde, el patriarca, hombre de campo, salía todas las mañanas al potrero como de costumbre, en una de esas idas a la faena; oscuro todavía y faltando una dos horas para empezar a aclarar la mañana, caminaba silbando a orilla de la carretera, rumbo a su terreno, para este hombre era normal ver algunas capillas cerca del camino de difuntos que habían conseguido la muerte por accidentes en esos montes, ese día una de esas animas necesitaba un poco de agua para calmar la sed de su alma y poder encontrar un poco de alivio ya que se encontraba expulsando todos sus pecados en el purgatorio, todo esto sucedía en ese plano invisible para los ojos terrenales, que es el mundo espiritual.

Aquella anima en pena viendo su necesidad de sed, decide aparecérsele, a aquel Don, él hombre sintió una repentina brisa fría en su cuello y cuando volteo a ver no encontró nada a sus espaldas, sin embargo sentía la presencia de alguien más en aquel monte, cuando decide devolver la mirada al camino, se consigue que tiene un hombre en frente de él, con su rostro desfigurado, ropa algo rota y con los ojos totalmente en blanco, el Don le pregunta:

¿Quién es usted amigo y que lo trae por aquí?

El ánima le responde:

Soy un anima que necesita de tu ayuda y no precisamente de rezo, ni de misa, solo quiero agua para calmar mi sed en el purgatorio.

El Don le responde:

Mijo yo solo traigo agua para tomarla de a poquito mientras trabajo en mi terreno, mejor ven otro día y yo te doy.

Éste le respondió:

Ningún mortal me hace esperar y por esta insolencia tuya, te hare pagar, veras cada primogénito de tus hijos morir antes de nacer, me los llevare por negarme dar de beber el agua que iba a calmar mi desesperada sed.

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Fuente

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El ánima desapareció de aquel sitio y él Don no hizo caso de aquella amenaza que le hizo el espíritu, continuo su camino y pensó ¡A caracha con estos muertos del carajo! quieren venir a asustar a uno, nadie los manda de andar de mal agradecido en la tierra.

Después de un año, una de sus hijas se casa y sale embarazada, la alegría de aquel patriarca era única, sentía una gran emoción por la llegada de su primer nieto, aparto hasta un becerro en su terreno como regalo para aquel niño aun no nacido, con una gran emoción ya se imaginaba a aquel niño corriendo en el terreno, pintándosele una sonrisa en su cara. Vaya recuerdo inoportuno borrador de sonrisas y motivador de una gran preocupación, aquella palabras del anima se le vino a la mente muy rápido y aquel viejo se empezó a angustiar, llevo a la hija a una curiosa del pueblo para que le rezara y le cruzara la barriga pero al parecer esto no fue suficiente, llego la hora del parto y aquella muchacha dio a luz a un varón pero ya estaba muerto, aquel niño no logro ver la luz de la vida, después de salir del vientre de su madre.

Al parecer aquella maldición del anima se materializo, cada embarazo de los hijos de aquel patriarca eran frustrados faltando horas para nacer, impidiendo que a éste le continuara su descendencia, la única forma de ponerle fin a esta terrorífica situación era ir a invocar a aquella alma en pena en la carretera para darle agua y que la descendencia de aquel viejo campesino continuara, éste se fue con un brujo a la orilla de la carretera donde se encontraba la capilla del muerto y comenzaron a invocarlo, el anima les apareció y éstos calmaron su sed, después de éste ritual, el anima les dijo:

Hay que ver, que la gente no cree lo que manda a hacer un espíritu, es mejor que vayas y lo cuentes, yo te voy a perdonar pero cada nieto tuyo para ver su descendencia continuar, tendrá que venir a darme mi poquito de agua, aquel viejo se fue al pueblo y conto lo que les paso, por andar de incrédulo, la familia del patriarca debe hacer lo que el muerto les mando.

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Espero que les haya gustado mi post, un abrazo.