El grupo de amigas aventureras regresó a la ciudad de Buenos Aires después de un rápido recorrido por el Rio de la Plata en ferri. Cuando llegamos al puerto, era alrededor de medianoche, así que tomamos taxis hacia la posada. El día siguiente prometía muchas vivencias interesantes.

Aquel día nos dispusimos a regresar a la entretenida Feria Artesanal de la Calle Defensa, en esa ocasión con el propósito de recorrerla más detenidamente y aprovechar para comprar suvenires para nuestros familiares y amigos. Durante el recorrido, pudimos admirar diversos músicos callejeros, que hay que mencionar tenían mucho talento. El entusiasmo se sentía en cada esquina, aquel era un ambiente insuperable.

Decidimos entrar a tomar café en un Starbucks que se encontraba en las cercanías. Allí también ordenamos muffins con chocolate.

En la vía se encontraba la escultura del popular icono de tiras cómicas Mafalda, con la cual nos tomamos fotografías.

Recuerdo que había una artista local que realizaba pinturas en miniatura, los detalles minuciosos y la belleza de sus obras eran impresionantes; y aproveché para comprar uno de sus hermosos cuadritos.

Posterior a la visita a la feria regresamos a descansar, ya acusábamos cierto agotamiento físico por el trajín de los días, aunque nadie dudaba que todo aquello hubiera valido la pena, pues estábamos llevando a cabo un gran sueño y nos encontrábamos más que satisfechas y felices, infinitamente agradecidas con la vida. Y así pasó aquel sexto día en la ciudad porteña de Buenos aires, llena de tanta cultura e historia.