Obsesión de fuego.

Frecuentemente me pregunto por qué nos apasiona tanto el momento donde los rayos del sol con su luz desde el horizonte nos dibuja otros colores en el cielo fuera de la escala de azules. Puede que por lo efímero del momento, por nuestra asociación cognitiva con los colores, la curiosidad, o simplemente la mezcla esos y otros factores. 

Como ya les he comentado en otras ocasiones, me gusta ver el cambio en periodos de tiempo tan cortos de las tonalidades del cielo durante las puestas de sol, son un lienzo en movimiento y me gusta capturar cada momento por verse igual de grandioso.

Por ello aquí les muestro una captura de la galería de fotos de mi celular con parte de las capturas de un mismo anochecer, y con diferencia de apenas minutos y ajustes mínimos de la cámara.

Por parecidas que sean algunas de las fotos cada una tiene una distinción entre sus colores y obviamente el ángulo y modo de la toma.

Atardeceres como este son difíciles de captar porque además uno observa zonas coloreadas por esas tonalidades de luz, al igual que al resto del cielo y no solo por donde se oculta el sol.

Reflejo de las llamas, características del sol y del fuego como lo conocemos, levanta diferentes sentimientos y sensaciones observar esos colores.

Los distintos tonos del fuego de acuerdo a su composición y nivel, es lo que uno termina viendo con este atardecer que te abruma por completo.

Una gran transición para un día de recuerdo.