Un accidental amor en la librería Madeleine

in #spanish5 years ago

Un accidental amor en la librería Madeleine



Este es una historia sobre un amor que nació de un accidente causado por Tom, un perro juguetón cuyo dueño necesitaba ayuda para su tienda de libro y en el amor.

Según las noticias del clima mañana será de frío y poco sol, por lo que posiblemente pueda llover, recordé que mi último paraguas fue destruido por las ráfagas del viento en la temporada pasada de invierno y que mi chaqueta fue devorada por mi perro Tom, aun siento molestia por eso, seguramente me iba a tocar ir a la tienda temprano para comprar comida y todo lo demás que necesitaba. Debo recordar también colocar el aviso de empleo, la última chica que trabajo conmigo era muy buena, es una lástima que ella se fuera de viaje, pero luego de casarse con un millonario más nada se podía esperar.

Era un viernes por la noche y todo lo que podía pensar era en todas las cosas pendientes que debía hacer antes de empezar una nueva semana, muchas cosas cambiaron en mi vida luego de la muerte de mi querida esposa, soy viudo desde hace más de 5 años, ella enfermó y no pudo soportar el tratamiento; para evitar el dolor yo simplemente pensaba cada detalle necesario de mi vida para sobrevivir, de esa manera fue que fui aprendiendo a calmar el dolor por su ausencia. Estando juntos adoptamos a Tom, un golden retriever muy travieso quien es como un hijo para mi, siempre que le dieras sus galletas favoritas se mantenía quieto, de lo contrario empieza a ladrar y morder cosas, una vez me toco reemplazar los muebles, mientras mi difunta esposa estaba molesta gritando yo solo reía, fueron momentos muy buenos.

Cuando mi esposa aun seguía con vida compramos una tienda de libros, desde que nos conocimos en la preparatoria y nos hicimos novios, siempre decíamos que cuando nos graduáramos y consiguiéramos un trabajo estable, reuniríamos para comprar una pequeña librería, y así mismo paso, se hizo tan famosa en el pueblo que tuvimos que comprar una biblioteca, no queríamos remodelar la primera librería ya que era un bonito recuerdo de nuestros inicios, y era una forma de recordar de donde empezamos. Luego de que ella murió no pude entrar más a ese lugar, llegue a pensar venderla ya que no podía atender ambos sitios, pero por un tiempo fue la mejor amiga de mi esposa quien se encargo de administrarla, pero ya no podía hacerlo.

A la mañana siguiente luego de despertar por las lamidas de Tom quien estaba ansioso por salir a pasear, pasamos primero por la tienda de alimentos para comprar sus croquetas y un par de cosas que necesitaba para la casa, lo deje amarrado fuera de la tienda ya que no permitían mascotas, y pienso que mucho menos querían tener que limpiar los pasillos por los desastres que mi perro podría hacer si le permitieran entrar, eso ni pensarlo. Luego de comprar y salir de la tienda me sorprendo al no ver a Tom donde lo había atado, solo estaba su cadena y collar, lo único que me faltaba era eso, que se me escapara el perro. Me puse a pegar gritos y a correr a todas partes con las bolsas de las compras encima, hasta que logro divisar a Tom, quien al verme empieza a correr hacia donde yo estaba, yo le hacía señas para que se detuviera pero el simplemente me ignoró como suele hacerlo siempre y se lanzo hacia mí, por lo que caí al pavimento mientras el solo me lamia la cara.

— Esta usted bien señor? — escucho una voz femenina preguntar por mí, a quien no podía ver porque tenía a Tom aun encima de mí, una vez que me lo quite de encima pude ver el rostro de aquella bella mujer, por un momento pensé que era un ángel caído del cielo, pero seguramente no le iba a decir lo que yo pensaba, iba a quedar como un tonto.

—Sí, estoy bien muchas gracias— le respondo a la chica mientras me levanto, ella intenta ayudarme sacudiendo la arena que tenía en el hombro de mi brazo izquierdo, para luego tomar las bolsas de las compras que había hecho mientras yo estaba sujetando a Tom. Se podía notar que era alguien muy amable, aparte de ser una mujer hermosa, era alguien humilde quien también tenía un exquisito aroma de primavera. — Lo siento mucho, gracias por ayudarme— le digo intentando agarrar con una mano las bolsas, pero estas se me resbalan de las manos y caen nuevamente al sueño. —No se preocupe, puedo acompañarlo si quiere, estaba por aquí cerca en una entrevista de trabajo así que tengo tiempo libre— me dice ella muy amablemente a lo cual yo accedí con total gratitud.

En ese momento yo no sabía lo que estaba pensando y terminamos caminando hasta la librería que había comprado junto a mi difunta esposa, en la puerta ya estaba colocado un letrero que decía “se busca empleada”, seguramente había sido la mejor amiga de mi esposa antes de irse pensando que a mí se me había olvidado hacerlo. Antes de abrir la puerta de la tienda fui interrumpido nuevamente por aquella dulce voz —es una librería muy hermosa, ¿aun están buscando empleados? — Pregunta ella muy curiosa mientras esta agachada acariciando a Tom, —si, aun está disponible a penas tiene un día este letrero y no hemos entrevistado a nadie— le respondo un poco nervioso; se me vino la brillante idea de ofrecerle ese trabajo a ella, por su amabilidad en ayudarme seguramente también seria alguien muy trabajador.

Así fue, ese mismo día me toco retirar el anuncio de empleo, ella antes que le ofreciera el trabajo se ofreció en ayudarme, a lo que yo acepte rápidamente sin hacerle pruebas o entrevista alguna. Habíamos quedado que ella empezaría al día siguiente así que le di la llave de la puerta principal de la librería y ella se fue muy contenta.

Pase todo ese día pensando en ella mientras estaba en la biblioteca, pero antes de eso había dejado a Tom en el apartamento con muchas croquetas para asegurarme no encontrar ninguna sorpresa. El día había transcurrido con total normalidad. De camino a casa ya casi anocheciendo recibo un mensaje de la chica quien nuevamente me da las gracias por el empleo. Esa noche había pasado por una tienda de comida rápida, encendí la televisión y me dispuse a comer junto a Tom hasta quedarnos dormidos, pues estaba muy cansado y ansioso por el día de mañana.

Al día siguiente luego de la rutina con Tom de todas las mañanas, pase por la biblioteca a recibir un pedido que había llegado, luego de terminar me dispuse a visitar la librería donde seguramente iba a estar ella, la nueva empleada. Efectivamente al entrar estaba el letrero de “abierto” y allí estaba ella acomodando unos libros en el estante, en eso Tom se emociona y sale corriendo tras ella, veo que la escalera empieza a tambalear por que la cuerda de Tom se quedo atorada, por lo que corrí hacia donde estaban ellos, la escalera cayó hacia un lado, Tom se desató y yo sujete a la chica con ambos brazos y caímos al suelo, me di cuenta que algunos libros grandes y gruesos se nos venía encima por lo que me puse de espalda encima de ella para que no se lastimara. Ella cerró los ojos y pego un grito.

— ¿Estas bien? — le pregunte a ella mientras me quejaba un poco por los golpes de algunos libros caer sobre mí. Ella no respondió solo mantuvo sus ojos cerrados mientras lloraba por el susto. — No pasa nada, yo estoy bien tranquila— le digo mientras la ayudo a levantarse, tuve que hacerlo ya que era una tentación para mi tenerla tan cerca, me provoco besarla, pero ante tal situación no era conveniente hacer eso.

—Lo siento mucho, fui muy torpe y no tuve cuidado — me dice apenada mientras seca sus lagrimas; de mi bolsillo saco un pañuelo y se lo ofrezco, ella lo toma y agradece nuevamente.

Desde ese accidente nació el conocernos mucho más, pasaron 2 semanas antes de tener nuestra primera cita oficial, era una chica encantadora, me hacia reír mucho y olvidar el dolor de mi pasado, aunque seguramente no olvide a mi esposa, esta mujer me tenia atrapado y yo era feliz con ella, no era el único feliz, hasta Tom le gustaba su nueva familia, a ella le encanta jugar con él y no se queja si le lame el rostro, era perfecta para mí.

Con el tiempo buscamos a un personal que se encargara de la biblioteca, mientras ella y yo atendíamos la tienda de libros, cada día era especial, me encantaba verla atender a los clientes y sobre todo a los niños quienes buscaban comprar cuentos y colores para dibujar, en ese momento pensé en expandir mi familia, quería tener hijos, y así fue, tuvimos a una pequeña y hermosa niña como su madre a quien le colocamos el nombre de mi difunta esposa, mismo nombre de la tienda de libros, Madeleine.




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Bonita y tierna historia. 😊

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Muchas gracias :)

Esto me recuerda a la película que es una de mis favoritas que se llama "El idioma de un corazón roto". La verdad me gusto mucho la historia, fue grandiosa la verdad ya que las historias en cuando a relación con las bibliotecas es algo interesante.

Hey! muchas gracias, voy a ver si tengo la oportunidad de ver esa película, aunque creo que la he visto ya hace tiempo pero no recuerdo, gracias por tu apreciación.

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