Un Extraño Caso. Historia corta

Al principio no le hizo mucho caso, pensó que el sonido provenía de algún artefacto eléctrico de la cocina se su casa, al darse cuenta que no cesaba se levantó de su cama y se salió del dormitorio buscando la fuente del extraño ruido, notó que la intensidad no disminuía ni aumentaba, se tapó los oídos y se dio cuenta que provenía de su interior, —debo tener un problema en los oídos, —pensó Julio mientras movía de lado a lado la cabeza.

El sonido era parecido al que produce la estática en las radios o antenas y era constante, Julio no pudo dormir esa noche, preocupado fue por la mañana a ver al médico, al llegar al consultorio se sentó a esperar su turno, el fastidioso sonido no lo dejaba por un segundo y trató de distraerse viendo unas revistas viejas. A los pocos minutos llegó al consultorio una mujer, en ese preciso momento Julio dejó escuchar el ruido, se alegró y pensó que ya estaba bien, —ya no escucho nada, —escucho Julio decir a la mujer, ambos se quedaron mirando fijamente y se comenzaron a escuchar, pero ninguno de ellos abría la boca, estaban leyendo sus pensamientos.

La chica salió asustada del consultorio cerró la puerta y dejó de escuchar los pensamientos del desconocido que acababa de ver, pero comenzó a escuchar el sonido que había hecho que ella y Julio fuesen al mismo médico. Muy perturbada la mujer salió del hospital y se sentó en un banco de un parque cercano, trataba de relajarse después de esa extraña experiencia que había tenido; mientras tanto Julio en el consultorio ya estaba siendo visto por el médico quien no encontraba nada malo en sus oídos, sin embargo, el sonido permanecía en su cabeza.

Julio salió del hospital con el mismo desconcierto que la mujer, decidió caminar un poco pensando en lo que había sucedido con esa chica en el consultorio, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz que ya había oído y que le decía—: ¿por qué escucho voces?, ¿me estaré volviendo loca?, Julio se detuvo y observó como a pocos metros de distancia la mujer lo miraba, se estaban leyendo los pensamientos de nuevo, la chica salió corriendo pero Julio la persiguió, logró darle alcance.

Luego de un forcejeo Julio logró calmar a la chica, se llamaba Luisa. Todo daba entender que ellos podían leer sus pensamientos y que de alguna manera el sonido que escuchaban desaparecía cuando estaban cerca, pero esto también permitía que se leyeran la mente mutuamente, luego descubrieron que si se separaban una distancia de más de cincuenta metros entonces dejaban de escuchar sus pensamientos pero el sonido regresaba.

La pareja de telépatas logró comunicarse bien, no sabían la razón de lo que les sucedía, visitaron varios médicos los cuales le practicaron varios exámenes, pero sólo una resonancia magnética pudo revelar un microscópico objeto incrustado en el área pre fontal de sus cerebros. Julio y Luisa fueron sometidos a una operación para sustraerles la extraña materia que parecía indicar provocaba los sonidos, y muy seguramente la capacidad de ambos de leerse la mente.

La operación terminó exitosamente, Julio y Luisa se recuperaron de la operación pero, al pedir que les explicaran que tenían en sus cerebros los médicos no pudieron dar respuesta, los dos minúsculos objetos antes de ser enviados a un laboratorio fueron tomados inesperadamente, al igual que todas las imagenes de la resonancia magnética, por agentes del gobierno quienes no dieron explicación alguna.

Julio y Luisa siguieron su vida normal, pero extrañamente eran advertidos por medio de mensajes de texto y WhatsApp de no hablar con nadie lo que les había sucedido, por algún tiempo después de la operación fueron vigilados por personas que las seguían a todos lados, hicieron la denuncias a las entidades oficia les sintiéndose acosados por el gobierno pero no tuvieron respuestas.

Con el pasar del tiempo la pareja fue teniendo más libertad, quisieron contar esto a algún periodista de la ciudad pero faltaban pruebas que corroborarán lo que decían. ¿Qué eran esos extraños objetos que tenían Julio y Luisa en sus cerebros?, eso quizás nunca se sepa.

De esta experiencia han pasado muchísimos años, mi querido lector, yo fui uno de los médicos que operaron a esta extraordinaria pareja, nunca pudimos saber si realmente ellos se comunicaban mentalmente, siempre pensamos que eran unos charlatanes, pero lo cierto fue que esos objetos estaban en su cerebro, ¿eran de origen extraterrestre?, ¿alguien se los colocó deliberadamente en sus cerebros?, son preguntas qué aún no he podido responder, pero que me han obsesionado desde ese día que operé a Julio y a Luisa en el hospital.