El Búho y El Orangután - Fábula

in #spanish7 years ago

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En la selva todo era un caos, pues los animales ignoraban muchas cosas, no sabían con exactitud donde estaban los lugares más lejanos, ni mucho menos dónde vivían otros de su misma especie, ellos desconocían también el nombre de las montañas y los ríos, los árboles, plantas y flores, otros desconocían los peligros de la jungla. Todo esto preocupaba al Rey de la Selva, entonces un día al león se le ocurrió una gran idea, quería hacer un gran libro donde estuviera todo lo que existe en la selva, animales, ríos y montañas; pero sobre todo, quería saber cuales eran las plantas medicinales y donde se encontraban ubicadas en la jungla.

El león encargó al búho, quien era el más sabio de todos, y al orangután que era conocido por anotar todo lo que veía en un cuaderno con una pluma fuente. Entonces los dos animales asignados por el león hicieron una expedición por toda la selva; el orangután escribía en su cuaderno los nombres de los ríos y de las plantas, mientras que el búho se valía de su prodigiosa mente y se jactaba de que no necesitaba anotar nada.

Después de cada expedición diaria llegaban a la cueva del león, y allí los dos animales le decían todo lo que habían visto a la jirafa, quien era la secretaria. Ella anotaba lo que le decía el búho y el orangután, lo hacía en un inmenso libro donde quedaría registrado todo lo que había en la selva. El búho lo decía todo de memoria, mientras que el orangután leía en su cuaderno de notas, cuando esto ocurría felicitaban al búho por su infalible memoria, mientras que el orangután tenía que leer en su cuaderno; muchos animales se reían del simio viéndolo con sus manos llenas de tinta y como torpemente sacaba su cuaderno al que se le caían algunas hojas y su pluma fuente. El mismo búho lo miraba con sus grandes ojos en forma despectiva.

Después de varios meses, el búho y el orangután terminaron su trabajo y todo estaba registrado en el gran libro que tenía el Rey León en su cueva. Siempre que se necesitaba saber algo, como por ejemplo: donde estaba un río o montaña determinada, o cómo se llamaba determinado árbol, o para qué servían las hojas o flores de una planta, acudían inmediatamente a ese gran libro donde estaba todo lo que se quería saber. Luego de cuatro años, un día enfermaron gravemente unos animales, entonces fueron a buscar en el gran libro cuales eran las plantas medicinales y donde estaban para dárselas a los enfermos, pero hacía poco había ocurrido un incendio en la cueva y casualmente se quemaron algunas hojas del libro, entre ellas, las relacionadas con las plantas medicinales, de tal manera que se habían perdido estas anotaciones.

Toda esta situación preocupó mucho al león y a todos los animales, pero de repente el Rey de la Selva recordó la prodigiosa memoria del búho y lo mandó a llamar para que le dijera cuáles eran las plantas medicinales y dónde estaban, para así poder salvar a los enfermos. Cuando el búho llegó al lugar donde lo esperaba el león y otros animales, le pidieron que indicara donde estaban las plantas que necesitaban, pero el búho no recordaba porque habían pasado muchos años desde que él y el orangután hicieron esos registros; entonces el león lo miraba enojado y desesperado, el búho estaba muy presionado por todos y por más que trataba de recordar no podía hacerlo.

Al poco tiempo el búho salió volando dejando desconcertado a todos los animales, pero al rato volvió y dijo cuales eran y donde estaban las plantas medicinales. Todos los animales enfermos se salvaron y llamaron al búho para nombrarlo héroe de la selva, pero el búho dijo que el verdadero héroe no era él, sino el orangután, que había volado hasta su casa y pedido que revisara en sus organizadas anotaciones en donde estaban y cuáles eran las plantas que necesitaban, información que el orangután le dio enseguida. Entonces el búho terminó diciendo que había aprendido una gran lección, que «más vale la pálida tinta que una mente brillante».


Fuente Orangután
Fuente Búho
Fuente Libro Verde
Fuente Libro Azul

Nota: Más vale la pálida tinta que una mente brillante es un refrán popular, no es de mi autoría.

Sort:  

Amigo, me encantó tu relato; el orangután me recuerda un montón a mi madre que todooo lo apunta, hasta lo mas mínimo e insignificante; pero nos sirve de gran ayuda al momento de recordar algo que se nos extravió en la memoria... preguntarle a ella es como tener a la mano Google, pero exclusivamente con información familiar, y lo mejor: siempre tiene conexión y jamás se le daña el modem jajajá
Feliz fin de semana, un abrazo! @rnunez09

Jajajajaja, tu mamá es muy sabia y vale que también tomes ese consejo de escribir todo, porque nunca se sabe. Un saludo amiga.

Gracias por compartir, el equipo Cervantes apoyando a la comunidad.

Gracias por el apoyo. Un saludo.

Caramba , Rafael que buen enlace con ese refrán. Lo oía con frecuencia en los talleres. Creo que aun es valida a pesar de la tecnología

Buen relato rnunez09, me encantó

que bonita historia escribes muy bien

Muy buen relato @rnunez09. Como lo dije alguna vez, tienes talento en este campo. Te felicito y te dejo mi pequeño granito de arena con un voto. Saludos!.

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