Proyecto GJ - El lado Oscuro

Las dos costillas fracturadas, un humero fracturado, el peroné izquierdo igualmente y la nariz estaba rota chorreando sangre. Odiaba la sangre, sobre todo si era la suya propia, odiaba perder sobre todo si era en una pelea. Levanto la mirada y allí estaban sus dos adversarios riéndose en su cara.

-Es irónico el mundo ¿no? Yo quería tu vida y me lo negaste, pensaste que yo lo arruinaría. Al final tu misma la cagaste ¿O me equivocó? – dijo alzando la voz Obac.

-¡Cállate y mátalo!– ordenó Hidarnes impaciente y movió sus cuatros brazos mostrando su frustración.

Obac miró a su compañero con caras de pocos amigos.

Entonces Rony se percató de que allí cerca estaba Mariant y no solo ella sino Wanda. Las dos novias suyas estaban allí. Apretó los puños mientras el corazón se le acelerada.

Intentó arrastrarse, pero la pata de cangrejo de Hidarnes le frenó y lo afincó contra el piso haciendo estremecer los huesos.

-¡Que se siente fallar en todo! A mí me llena de alegría Rony, ver como dejabas a tu equipo a nuestra merced o como no vigilaste a tus queridas para que las secuestráramos- señaló Obac agachándose para que le mirará. – ¿Imagina que les haré luego que te vayas?- formuló riéndose. - ¡Y como chillaran pidiendo más!- añadió.

El corazón de Rony latía rápidamente, sentía como todos sus huesos se reparaban a una velocidad extraordinaria. No solo eso, su furia lo estaba dominando.

-Tonto, tonto, tonto- cantaba Obac y le hizo la seña a Hidarnes para que actuará.

Hidarnes volvió a fijarlo al suelo, pero esta vez encontró resistencia.

-¿Qué dijiste?– masculló Rony con un tono cargado de violencia.

Obac sorprendido se acercó de nuevo hasta tener su rostro a la altura, volvió a sonreír con malicia.

-Tont…

Se proyecto un puñetazo tan veloz como una bala que mandó a Obac lejos.

Hidarnes intentó actuar rápidamente, pero el cuerpo de Rony convulsionaba mientras se iba transformando.

-¡Los asesinare a ambos!...Y SERA REALMENTE… DIVERTIDO- vociferó Rony riéndose como una hiena.

Unas garras filosas se manifestaron antes de que Hidarnes pudiera darle una patada y se afianzaron al concreto, aunque Rony recibió un golpe que resonó en toda la desolada y destrozada calle, no se movió del sitio.

Y seguía riéndose como un desquiciado, sus ojos ya no eran normales. Iban adquiriendo una tonalidad rojiza, mientras todo su cuerpo era cubierto por un pelaje anaranjado oscuro. Alzó la mirada para ver a Hidarnes totalmente asustado y le dedicó una pérfida sonrisa.

-MI TURNO- bramó Rony y se fue levantando del suelo ya con su forma de jaguar.