Creo que todos en esta sala estamos de acuerdo en que el fin de nuestro mundo está cerca. Los esfuerzos realizados para hacerles ver a nuestros gobernantes que la guerra que están librando nos llevará a la autoaniquilación fueron infructuosos. A esta altura nos hallamos en un punto sin retorno y parece que solo resta despedirnos.

Pero nuestra preciada ciencia tiene todavía algo para decir en este asunto. Como saben el equipo del CERN ha logrado llevar partículas subatómicas hacia atrás en el tiempo. Si bien las pruebas realizadas se han limitado a regresiones de unos pocos segundos, de disponer de suficiente energía podrían viajar varios años. Pero, además, recientemente han logrado controlar la producción de singletes de Higgs, lo que significa que estamos hoy en condiciones de enviar información o mensajes al pasado.

En el preciso instante de nuestra aniquilación, mediante la adecuada canalización de una porción de la energía que librarán las explosiones nucleares, podremos enviar información al pasado; unos cuarenta años, acaso cincuenta.

El problema que discutiremos es qué clase de información enviaremos. Cuestión nada simple de resolver teniendo en cuenta que, como dije al comienzo, todas nuestras advertencias a quienes centralizan el poder de las naciones involucradas han sido estériles. Si ese poder estuviera mejor distribuido entre los propios ciudadanos, acaso todo sería diferente. Nosotros solo podemos soñar ese mundo más descentralizado.

Por eso, antes de abrir la discusión abiertamente, quiero que conozcan a un analista que tiene una idea que creo deben escuchar. Amigos, les presento al Sr. Satoshi Nakamoto.

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Para conocer las bases de este concurso deben dirigirse al siguiente enlace: Concurso de microrrelatos de ciencia ficción