Esos mensajes que te llegan en uno de tus momentos más difíciles

Este mensaje me llegó hace un rato. Al parecer es un escrito anónimo, pero que te permite hacer un auto-examen interno y ver que tanto has avanzado o retrocedido en cuanto a desarrollo personal y cómo esto puede afectar el entorno social.

Yo soy un amante de la psicología y del desarrollo personal. De hecho, considero que hoy no estuviera haciendo lo que hago, si hace 2 años, no le hubiese puesto atención a mi salud mental.

Aunque, leyendo este escrito, recordé mis vulnerabilidades, también me identifiqué con el autor (sea quien sea).
Cada palabra del mismo, la he vivido y continúo viviéndolas.

Pregúntate a ti mismo:
¿qué es lo que más deseas?
Yo lo he hecho y si lo haces sin duda encontrarás una variedad de respuestas. No todos queremos lo mismo. Ahora, podemos aceptar esta conclusión o podemos cuestionar sus fundamentos. Cuando alguien nos responde que lo que más desea es el dinero, ¿vemos que esta persona ahorra hasta el más mínimo centavo y se la pasa estudiando todo su tiempo libre cómo invertir su dinero para maximizar sus ganancias? Cuando alguien nos responde que lo que más desea es la paz mundial, ¿vemos que esta persona promueve la paz a todos y cada uno de los individuos con los que interactúa en cada momento de su vida?
Cuando podemos responder positivamente a preguntas cómo las anteriores respecto a cómo se comporta una persona con relación a lo que dice que es lo que más desea, podemos decir que dicha persona sabe lo que más desea. Para todos nosotros los demás, no sabemos que es lo que más deseamos y vivimos una vida sin sentido o queriéndole dar sentido con aspectos como la familia, la profesión o la salud física por mencionar algunos; o queriendo olvidar que tenemos una vida sin sentido con experiencias como el sexo, el uso de estupefacientes o el alcohol por mencionar algunas. Podemos clasificar estos aspectos de los cuales hacemos uso para darle sentido a nuestras vidas en dos grupos: INTERPERSONALES y PERSONALES.
Los INTERPERSONALES son todos aquellos donde buscamos sentido en nuestra vida por medio de la interacción con los demás, por ejemplo: formar una familia. Los PERSONALES son los aspectos que le tratan de dar sentido a nuestra vida con experiencias individuales, por ejemplo: ser un profesional en un área de estudio.
A muchas personas les funcionan los aspectos (que intentan dar sentido a la vida) o las experiencias (que nos hacen olvidar que no hemos encontrado sentido a la vida) para llevar una vida placentera y feliz. Veo muchos padres y madres de familia satisfechos y compartiendo la felicidad en sus vidas con sus hijos y nietos, también veo muchos profesionales exitosos y felices con sus logros, también veo un par de “borrachos” felices que viven una vida sin preocupaciones sin hacerle daño a nadie. En una época de mi vida dije: “Envidio a todas estas personas, quiero ser felices como ellos lo son”. Hasta que fui viendo lo frágil que somos la mayoría de los seres humanos y, por ende, lo frágil de la felicidad que construimos.
Los aspectos INTERPERSONALES son especialmente frágiles porque no sólo dependen de nosotros sino de las personas en las que depositamos nuestra esperanza de felicidad. Los aspectos PERSONALES tienden a quedarse cortos para la mayoría ya que los seres humanos somos esencialmente seres sociales que después de cubrir las necesidades básicas, buscamos AFECTO Y RECONOCIMIENTO DE NUESTRO VALOR COMO PERSONAS que sólo podemos encontrar en las relaciones interpersonales. Yo puedo tener la firme creencia de que soy valioso pero esa creencia sólo tomará poder una vez sea validada por las personas que me conocen y ven dicho valor en mí.
Debido a lo anterior desarrollé el miedo a algún día llegar a tener una felicidad frágil, es decir, llevé mi ansiedad a un nivel crítico. Tenía miedo de perder lo que ni siquiera había conseguido. Todo esto me llevó a una búsqueda insaciable de sentido para mi vida, SEGURAMENTE LO QUE MÁS DESEABA ERA SER FELIZ, pero ¿cómo serlo después de saber el concepto de felicidad frágil? Quería que mi felicidad dependiera exclusivamente de mí, de esta forma nadie ni ninguna desgracia me la podría quitar.
Lo que me ha dado la vida es común y corriente, tengo lo que la mayoría de las personas tienen, un techo, una familia, fui al colegio, et cetera. Aunque pensándolo bien, ¿es común y corriente tener lo que tengo?
¿Cómo sería mi vida sin un lugar al cual llamar casa donde pueda llegar todos los días?
¿Cómo sería mi vida si perdiera a mi familia?
¿Cómo sería mi vida sin tener los recursos para estudiar?
¿Cómo sería mi vida si sufriera de parálisis?
¿Cómo sería mi vida si perdiera la vista?
Imaginarme pasando por estas situaciones, como las pasan personas a las que he conocido, me hace parar de inmediato mis pensamientos y ver que lo que me ha dado la vida no es común y corriente. ¿Qué será lo que más desea un ciego? ¿Qué será lo que más desea un joven al que le fallece su madre? ¿Qué será lo que más desean unos padres que pierden a su hija o hijo? Dándome cuenta de cómo las circunstancias definen lo que más deseamos, me di cuenta de que lo que más deseo es ser feliz SÓLO cuando doy por hecho de que lo que tengo es común y corriente. Cuando me di cuenta del valor de todas y cada una de las cosas que tengo, mi mayor deseo se definió y ahora es: EN TODO MOMENTO VER LO AFORTUNADO QUE SOY POR LO QUE TENGO.
Decidí entender todo lo que puedo perder y darme cuenta de que tengo riquezas que no cambiaría por nada en el mundo. Y descubrí la felicidad que no es frágil, descubrí la felicidad que sólo depende de mí. Antes pensaba que la felicidad es lo que la vida me da, ahora sé que la felicidad es LO QUE YO VEO en lo que la vida me da. Podemos ver la vida de dos maneras: 1. La vida se trata de sobrevivir la tormenta. 2. La vida se trata de bailar bajo la lluvia.
Ambas son válidas, sólo es cuestión de elegir una.
Descubrí que si yo puedo ayudar a alguien es mejor que lo haga. Porque no me gusta sentir lo que a veces siento cuando pude ayudar a alguien y no lo hice.
Descubrí que tomar el esfuerzo de saber cuáles mis capacidades, desarrollarlas y expresarlas me permite ver el valor que tengo en mi.
Descubrí que quiero una vida de satisfacción y no de arrepentimiento, por eso trato de preguntarme en cada ocasión que puedo ¿me arrepentiré de esto que voy a hacer? Muchas veces la respuesta es extremadamente fácil y me di cuenta de que, si me hubiera preguntado más a menudo en el pasado, no hubiera cometido tantos errores.
Descubrí que he sido mucho más feliz con la anticipación justo antes de conseguir algo que deseo mucho que cuando lo conseguí. Por eso ahora disfruto más el camino que el destino, por una simple razón, es más disfrutable.
Un único consejo quiero dar y que te dará una ventaja en la vida que pocos tienen. La ventaja es saber que los prejuicios y miedos de nuestro pasado pueden determinar nuestro futuro.
El consejo es:
Ama como si nunca te hubiesen herido.
ANÓNIMO.