Popeye
Todos alguna vez pasamos por momentos donde nuestro corazón se conmueve hasta hacerse pedazos, o nos enfurecemos por una injusticia, o sentimos que tenemos que hacer algo por salvar a los perdidos. Esos son momentos ‘Popeye’, momentos en donde cruzamos la frontera de lo que podemos resistir y necesitamos alimentar nuestra alma con una ‘lata de espinacas’, una carga divina que nos motive a transformarnos en alguien invencible. ¿Aceptarías hoy que Dios te bendiga con ira ante la injusticia, con lágrimas que derrames por los que sufren y con la locura de creer que puedes marcar una diferencia en el mundo, para que hagas lo que otros dicen que es imposible?
Nehemías ora por la gente de Jerusalén
1 Yo soy Nehemías hijo de Hacalías y ésta es mi historia. En el mes de Quislev,[a] cuando Artajerjes llevaba veinte años de reinar, yo estaba en el palacio del rey en Susa.
2 En ese momento llegó allí mi hermano Hananí con unos hombres que venían de Judá. Cuando les pregunté cómo estaba la ciudad de Jerusalén, y cómo estaban los judíos que no fueron llevados prisioneros a Babilonia,
3 ellos me respondieron: «Los que se quedaron en Jerusalén tienen graves problemas y sienten una terrible vergüenza ante los demás pueblos. Los muros de protección de la ciudad están en ruinas, y sus portones fueron destruidos por el fuego».
4 Cuando oí esto, me senté a llorar, y durante varios días estuve muy triste y no comí nada. Entonces le dije a Dios en oración:
5 «Dios grande y poderoso; ante ti todo el mundo tiembla de miedo. Tú cumples tus promesas a los que te aman y te obedecen.
6 Escúchame y atiende mi oración, pues soy tu servidor. Día y noche te he rogado por los israelitas, que también son tus servidores. Reconozco que todos hemos pecado contra ti. He pecado yo, y también mis antepasados.
7 Hemos actuado muy mal y no hemos obedecido los mandamientos que nos diste por medio de Moisés.
8 Acuérdate de lo que le dijiste a Moisés: Le advertiste que si no te obedecíamos en todo, tú nos enviarías a países muy lejanos.
9 Pero también dijiste que si nos arrepentíamos y obedecíamos tus mandamientos nos volverías a reunir. También dijiste que tú nos traerías de vuelta al sitio que has elegido para que te adoremos, aun cuando estuviéramos en los lugares más lejanos.
10 »Nosotros somos tus servidores; pertenecemos al pueblo que tú sacaste de Egipto con gran poder. 11 Dios, escucha mi oración y las oraciones de tus servidores que desean adorarte. Haz que el rey me reciba bien y que yo tenga éxito».
En ese tiempo yo era copero del rey Artajerjes.
Cuando Fue la última vez que sentiste que se te partía el corazón por la necesidad... Ajena?