Huertos comunitarios. El huerto en la escuela, Ciencia

Como he escrito en post anteriores, un huerto es una actividad muy recomendable para todos, pero en la escuela puede ser todavía más recomendable, pero debe ser implantado de manera que sea sostenible y reconocida para que tenga éxito.

Hay muchos factores que contribuyen al éxito de un programa de huerto escolar. Sin embargo, si el huerto-jardín no se integra deliberadamente en la estructura académica de la escuela como una herramienta para enseñar el plan de estudios requerido, con el tiempo será más difícil de mantener. Cuando el jardín se intege en la vida cotidiana de una escuela, se convertirá en una característica permanente y se mantendrá incluso cuando los maestros, los alumnos y los padres cambien cada año.

Aquí hay algunas ideas específicas sobre cómo usar el huerto como una herramienta de enseñanza multidisciplinaria:

Ciclos y estructuras de la vida vegetal: Más efectivo que cualquier libro de texto, video o sitio web, el jardín-huerto permite la observación de primera mano, proporciona muestras para la disección y ofrece amplias oportunidades para experimentos diseñados por el docente o el alumno.

Estructura y función del suelo: estudiar el suelo, la base del jardín, brinda oportunidades para que los estudiantes aprendan sobre la formación del suelo, los componentes y la estructura; y cómo las características del suelo tienen su efecto sobre el crecimiento y la salud de las plantas.

Adaptación, evolución: las plantas muestran muchas adaptaciones para garantizar el éxito en su entorno. Estudiar estas adaptaciones crea una plataforma para discutir la supervivencia de las especies y también una oportunidad para analizar los rasgos heredados.

Clima: el clima tiene un gran impacto en el huerto. Configurar una estación meteorológica simple para rastrear la lluvia y la temperatura y luego comparar los datos recopilados con la salud y el crecimiento del huerto es una excelente manera de hacer que las mediciones sean relevantes. También proporciona a los estudiantes una comprensión de algunos de los desafíos de la agricultura.

Ecosistemas: un huerto escolar proporciona un ecosistema modelo donde los estudiantes pueden observar y aprender sobre las relaciones entre los elementos vivos (plantas y animales) y los no vivientes (suelo y agua). Ver cómo los insectos beneficiosos controlan las plagas del jardín, discutir cómo los descomponedores transforman la materia orgánica en una pila de compost, observar a los polinizadores en el trabajo o rastrear el flujo de agua de lluvia en un jardín sirven como modelos para comprender cómo funcionan los ecosistemas más grandes.

Sostenibilidad, permacultura: para utilizar de manera eficiente los recursos disponibles, los jardineros deben implementar prácticas sostenibles. Aprender cómo enriquecer el suelo de forma natural, conservar el agua, minimizar los problemas de insectos y enfermedades y reciclar los nutrientes mediante el compostaje son ejemplos de lecciones que los estudiantes aprenden a través del trabajo en el huerto y ayudan a comprender la sostenibilidad de los recursos naturales.

Diseño experimental: los jardines y huertos ofrecen amplias oportunidades para construir y llevar a cabo experimentos científicos. Incluso hay oportunidades para que los estudiantes participen en la recopilación de datos para científicos profesionales a través de proyectos de ciencia ciudadana. Se puede incluir en algún estudio amplio donde los estudiantes proporcionen datos para rastrear los cambios estacionales en las plantas y la migración de los animales en todo el país.

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