El Cocuy una resistencia y fortaleza de la memoria histórica
El continente Americano desde el comienzo de la colonización ha pasado por procesos de transculturización, aculturación e hibridaciones de tres culturas que convergieron de forma impuesta y obligada, los africanos desterrados de su tierra y los indígenas expropiados de lo que les pertenecía y el español que llego a una tierra desconocida, buscando sacarle provecho y usurpar el oro y los recursos minerales que fueran de valor y sirvieran de mercado en Europa, una de esas mercancías fueron los indígenas y los Africanos que aparte de traerlos como animales de carga estos también sirvieron para comerciar por su mano de obra.
Esto en un sentido económico, por otro lado, en sentido cultural España desarrollos una imposición de una doctrina profesada ser cristiana pero que seguía un carácter ideológico y político de un imperio que había cambiado de cara, ese era el Romano, de manera que se le imponía a los indígenas guardar la fe católica, dejar sus costumbres y copiar toda la cultura del español, lo que Dussel denomina “dejar de ser para ser el otro” ese otro que es el colonizador, ese otro que es el saber eurocentrico y ese otro que el civilizado y no la bestia, en esa dialéctica de la imposición por decirle de alguna manera los saberes originarios se ocultaran en las practicas del terruño de los pueblos, en el sincretismo y en las mesclas culturales.
Esos relictos mentales que hoy siguen vigentes en el imaginario de los pueblos de Nuestra América son los que fortalecen y construyen día a día una identidad Latinoamericana y dentro de esos procesos se encuentra el Cocuy, bebida ancestral, usada por los pueblos originarios, principalmente por toda la región centro occidental de Venezuela concentrándose en el estado Lara, que en un remoto pasado era dominio del pueblo Caquetío y que una de las etnias que se cree que producía el agave de cocuy eran los Ayamanes, siquiendo las afirmaciones del cronista Ramanon Querales donde dice en su libro titulado “Cocuy néctar ancestral de los Ayamanes” hace referencia que la zonas de Siquisique son las optimas para poder desarrollar el agave.