En Busca de la Humildad (Relato Reflexivo)

Un día en el cielo decidieron emprender la misión de buscar la humildad humana. Entonces decidieron enviar a dos ángeles, uno era muy viejo, y el otro ángel, joven…

En el primer día de su viaje encontraron una casa muy grande. Decidieron ver si podían pasar la anoche allí. Al tocar la puerta la familia los recibió de una forma muy grosera y, los echaron sin dejarlos decir mucho. Optaron por seguir su camino, no sin que antes el más joven, dijera:

Con esa casa tan grande y no pueden recibirnos… parece que nuestra misión de la búsqueda de humildad no será tan fácil.

Más adelante luego de caminar por más de una hora, consiguieron una pequeña casa, algo desmoronada, aun así tocaron la puerta. Lo menos que querían era dormir en la calle.

Al abrirse la puerta una pequeña y hermosa niña los recibió.

Buenas tardes, ¿Qué desean? - Preguntó con voz apagada.

Hola, niña. Necesitamos hablar con un adulto responsable respondió con dulzura el ángel más viejo, ¿Será qué podemos hablar con alguno?

Hablaron con los padres y les dieron permiso para dormir en su humilde casa.

Era un lugar en el cual hacía mucho frío. La familia había hecho sus camas con cemento, pero los dos ángeles estaban más que complacido con la hospitalidad que esta familia había ofrecido.

El ángel más viejo observó que algo estaba raro con el padre de la niña, quien no dejaba ver a la madre.

Se dieron cuenta de que la madre tenía una enfermedad incurable.

Al día siguiente todos los animales de la granja murieron. La familia estaba devastada. Sin embargo, no se habían dado de que la madre ya no padecía de la enfermedad.

¿Por qué dejaste morir a esos animales? Preguntó en secreto, el ángel más joven a su amigo.

Te lo explicaré más adelante. Se limitó a decir el viejo.

Continuaron su camino y se volvieron a encontrar con una enorme casa, decidieron intentarlo una vez más y tocaron. Pareciera costumbre que estos ricos los trataran de forma grosera y despreciable, pero esta vez les permitieron quedarse en el ático. La habitación era fea y mal arreglada. Durmieron sobre el frío piso de madera… era incluso peor que las camas de cemento.

Al día siguiente el ángel mayor se despertó muy temprano y salió a dar una vuelta por los alrededores. Divisó un hueco en el jardín y procedió a taparlo. El ángel más joven le preguntó por qué había hecho eso.

No ayudaste a la familia humilde con la muerte de sus animales, ¿Por qué ayudar a una familia que puede tenerlo todo?

Te lo explicaré cuando nos vayamos.

Al irse de la casa el ángel joven estaba muy intrigado. Cuando ya estuvieron a una distancia considerable de la casa, le exige a su amigo una explicación.

¿Por qué ayudaste a la familia con esa casa toda lujosa, y no a la pobre que nos trató bien a pesar de lo poco que tenían?

El viejo tomó aire y dijo:

Te explicaré… el ángel de la muerte venia por la mujer enferma así que le ofrecí a todos sus animales por su vida y su salud. Tapé ese hueco porque conducía a una mina con minerales preciosos, muy valiosos y podía enriquecer más a la familia de la casa. Ellos son demasiado codiciosos, lo tienen todo, pero no tienen lo más importante, esencia humana.