LOS COCHINITOS DERROCHADORES (cuento infantil)

quirimora (34)in #spanish • 7 years ago (edited)

Si conocen el cuento de los tres cochinitos y el lobo que sopló, sopló y sus casas derribó, entonces debo decirles que ese cuento no termina allí donde les dijeron, porque dejaron que el lobo se quedara con la cola quemada, es normal que quiera comer, pero eso de comerse a los demás personajes de un cuento no esta bien, asi que el lobo se reformó, buscó y consiguió un trabajo en la Corporación Eléctrica Nacional haciendo lo que mejor sabía hacer: soplar, soplar y soplar así que por las tardes y en la noche, soplaba las aspas de los molinos de viento que producen energía eléctrica a una pequeña comunidad.

Al principio su trabajo no le costaba mucho, pero con el tiempo El Lobo tenía que esforzarse tres veces más cada noche que pasaba. El lobo pensó, investigó y descubrió que los mayores derrochadores de energía eran nada más y nada menos que los tres cochinitos, así que se dispuso a visitar a cada uno.

Llegó a la casa del primer cochinito, que alguna vez tuvo una casita de paja seguía siendo el cochinito más perezoso de los tres, pasaba todos los días, todo el día con cuatro acondicionadores de aire encendidos (por el calor) tenía uno en su cuarto, uno en la cocina, uno en la sala y hasta en el baño uno tenía… el lobo muy educado llamó a la puerta y dijo:

-Por favor deja de derrochar energía, si no dejas de hacerlo, entonces dejaré de soplar y soplar y si dejo de soplar ya no te podrás refrescar

Pero el cochinito muy maleducado, le cerró la puerta en la cara.

Luego visitó al segundo cochinito, ese que alguna vez tuvo una casita hecha de palo, era el más juguetón, pero ahora pasaba todos los días, todo el día jugando con sus videojuegos en un gigantesco televisor, con un equipo de sonido a todo volumen incluso las veces que salía de su cuarto para comer, dejaba encendido todos estos equipos e incluso la televisión aun cuando no la veía, el Lobo muy educadamente le dijo:

-Antes jugabas con la pelota, jugabas metras y jugabas perinola, por favor sal de vez en cuando de tu casa a jugar con tus amigos. Deja de derrochar energía, si no dejas de hacerlo, entonces dejaré de soplar y si dejo de soplar con tus videojuegos ya no podrás jugar.

Lacónico el cochinito le contestó:

-Interrumpes.

y le cerró la puerta sin decir adiós.

Aunque decepcionado y cansado el lobo no se rindió y esperando que convenciera a los otros dos, visitó al cochinito trabajador. Se llevó una sorpresa cuando descubrió que el cochinito trabajador era el cochinito más derrochador, es que la casita de ladrillo ya no era la misma que conoció...

Desde lejos podía verse un gran resplandor que resaltaba una gran mansión... iluminaba tanto, aun cuando todavía era de día... y un letrero con bombillos incandescentes que decían BIENVENIDOS A LA CASITA DEL COCHINITO TRABAJADOR... cuando llegó al umbral de la puerta pudo darse cuenta que el cochinito trabajador tenía los mismos malos hábitos que los otros dos... bombillos encendidos por doquier y el cochinito trabajando con su maquinaria en el taller...

El cochinito trabajador abrió la puerta de su casa para ver quien lo visitaba pero no había nadie ya, es que el Lobo ya le costaba controlar su ferocidad, ya no se quería molestar porque él ya no era un lobo malo... pero a lo lejos se podía escuchar un feroz aullido

“COCHINITOS DERROCHADORES”

Cuando llegó la hora de trabajar... el Lobo comenzó a soplar, soplar y soplar... pero como las casitas consumían más, más y más el lobo tenía que soplar aún mucho más... el lobo siguió soplando y soplando tan fuerte como sus pulmones se lo permitían... y sopló, sopló y con mucha fuerza sopló... hasta que finalmente se desmayó.

Como el lobo dejó de soplar, las aspas de los molinos dejaron de girar, y como dejaron de girar las turbinas dejaron de producir energía y la comunidad se quedó, sin luz.

Furiosos protestaron entre sí... “yo pago al día la luz”, “yo también”, “a mi se me olvida, pero la electricidad ¡es un derecho!” "vamos a reclamar"

El lobo comenzó a recobrar el conocimiento y al abrir los ojos se dio cuenta que los cochinitos estaban ahí reclamando y todos hablando al mismo tiempo... el lobo marcó el silencio aullando con mucha fuerza, luego los miró a los ojos y les dijo:

-Cochinos derrochadores, les pedí que usen racionalmente la energía, utilicen sólo los aires que necesiten, y no sean inconcientes dejando los equipos encendidos si no lo están usando, y apaga las luces de las habitaciones donde no estén, y deshágase de los incandescentes.

El lobo respiró profundo, se calmó y su trabajo prosiguió, recuerden que él ahora es un lobo bueno...

Los cochinitos entre sorprendidos y asustados, reflexionaron y se comprometieron con ellos mismos y en adelante USAR CONSCIENTEMENTE LA ENERGÍA ELÉCTRICA.

y ahora sí, un verdadero final porque los cochinitos y el lobo vivieron felices...

PARA SIEMPRE