Repertorio de un despecho

¡Hey que tiempo! ¿Te acuerdas? Cuando escribía en mi mente, describía lo que sucedía diariamente, el corazón dictar las frases que hoy salen encima de esta base, una rima tras rima la cual arrima sentimientos dentro de mi, hasta resentimientos recónditos que también detesto, odio cargar odio en mi mismo,, siento que es un oscuro abismo, la luz que brillaba y parpadeaba en mi interior se esfuma, en el alma, con las nostalgia que fuma, es la melancolía, el alcohol mas pesado que cualquier droga, como la lengua viperina ambas hacen daño, tantos peldaños que subí, pero con un simple resbalón volví a empezar desde la entrada, en el primero otra vez caí pero al sótano, lleno de tristeza y sueños profanos, que a su vez solo eran pesadillas por sentirme solo, extrañaba esas cosquillas, que sentía por el miedo de verte, porque las mejores cosas siempre traen un poco de temor, debido a que las leyes solo eran un lego, que armaba como sí la vida es un juego, entre lo irreal era real, y colorear es imaginar, el gris solo acompañaba el resto del día contigo que eras mi arcoiris, con las nubes en llovizna, mas tus besos prendidos en chispas, ahora el gris es mi color con mi mente nublada, aunque vea el sol sin ti es una tormenta, que atormenta cualquiera que quiera la felicidad, peor que un divorcio nos dividimos, pero te llevaste la mejor parte de mí, y yo conservo un poco de ti, que es más grande que el poder de cada recuerdo, y las frases de mis versos, el universo en carne y hueso, con un espíritu impetuoso, con un alma tan rosa envueltos en cuerpos, sentidos en besos latidos con eso, eso que describo en cada verso, y que no consigo descifrarlo en palabras no es lo mismo, lo recuerdo solamente, a pesar del tiempo, una ilusión la eternidad de tu esencia, contradictoria a tu ausencia, ambas me parecen eternas, como la presencia que vives en mí, un calor instantáneo, es lo que queda de cenizas, que de tantas brisas, las contengo con fogatas, de terquedad, aun no quiero olvidarte, esa llama aun enciendo con los pocos instante brilla cuando te veo, pero creo lo imposible, luego soy un incapaz, de aceptar que aunque voltee a verte, tengo que caminar sobre mis paso hacia atrás, porque odio darte la espalda cuando con amor sostenías mi pecho, transito un largo despecho con tan cortos des-hechos