La sola mención de esta palabra, es capaz de generar angustia en nosotros; es equivalente a otras como cáncer, SIDA, ECV y algunas otras que preferiríamos no escuchar ni leer sobre ellas; pero como todo en la vida, evitar hablar de algo (como la enfermedad y la muerte), no evita que suceda y por el contrario, cuando llegue lo más temido, nos agarra ignorantes, desprevenidos y completamente desvalidos, por lo que la mejor opción que tenemos es la contraria, conocer, instruirnos y no "sacarle el cuerpo" a este tipo de temas, porque esa actitud trae más problemas que beneficios.

Dicho esto, vamos al tema escabroso, el alzheimer. ¿De qué se trata? El alzheimer es una enfermedad cerebral (no mental), es decir que daña al cerebro y causa demencia. Lo interesante del tema es que está en pleno desarrollo, investigadores de todo el mundo están estudiando al mal y buscando combatirlo mientras estás leyendo esto y todos los días hay información nueva; sin embargo, todavía es más lo que se desconoce del alzheimer que lo que se sabe, por lo que se puede decir que estamos haciendo historia; es como presenciar el nacimiento de una isla volcánica, a cada minuto va cambiando su forma.

Se estima que la enfermedad de alzheimer es padecida por aproximadamente 50 millones de personas en el mundo. El principal factor de riesgo es el envejecimiento. Este mal hace que las células cerebrales pierdan su función y eventualmente mueran, lo que conlleva a la pérdida de todas las funciones cerebrales. Se comienza con pérdidas de memoria, cambios en la personalidad y finalmente el paciente "olvida" todo lo que ha aprendido, empezando por desconocer a las personas, después a sí mismo y a sus familiares, hasta hablar, caminar y todas las funciones mentales y cerebrales, hasta que finalmente llega la muerte. El cerebro se encoje, se seca. Es como el proceso que sufre una uva para convertirse en pasa.

El alzheimer interrumpe la comunicación entre las neuronas. Este es su principal mecanismo de acción y lo que ocasiona la muerte de estas células. Se cree que este proceso es debido a la interacción de dos proteinas, pero el mecanismo exacto de como ellas trabajan no está claro. También se han sugerido otras varias causas, como la inflamación crónica del cerebro, un gen asociado a la enfermedad, problemas vasculares, entre otros, lo que nos da una de idea de lo compleja que es la enfermedad y la resultante búsqueda de una cura, aunado al hecho de que es muy difícil de diagnosticar, ya que no es posible examinar a fondo el cerebro de las personas, sino después de su muerte.

De hecho, sí. Se están probando varios fármacos con la esperanza de que reduzcan la aparición de la enfermedad e incluso reviertan los síntomas. Recientemente (tan reciente como esta misma semana),en el marco de la conferencia "Clinical Trials on Alzheimer’s Disease" (CTAD)*, se anunció el final de una investigación experimental que arrojó resultados esperanzadores de una nueva droga para el tratamiento de la enfermedad de alzheimer y otras demencias relacionadas. Todavía es prematuro para hablar de curas, pero los científicos no se dan por vencidos y la búsqueda para llegar a entender a y curar la enfermedad no se detiene, por lo que más temprano que tarde, llegará.