Mi hermano, nunca te había leído, ahora lo haré más seguido. Debo confesarte que esta parte realmente me ha gustado.

me asombré también de las cataratas de egoísmo y desconfianza que yacían dentro de mí, sin mencionar la enorme, prominente, majestuosa, hermosa e imponente montaña de mi ego que sobresalía como una enorme aguja blanca desde las profundidades del océano de mi mente y atravesaba las grandes nubes por las que sobrevolaban mis dudas y divagaciones, estas ultimas eran la fauna mas abundante del lugar, conocí tantas cosas de mí en aquel ultimo recorrido que la mente me quedó hecha estragos.

También, quiero mostrar mis respetos hacia los poemas que has escrito, los cuales leí hace rato al darme una vuelta por tu blog. De verdad, haces un buen trabajo. Saludos.