Desdoblado # Cuento Corto

Un cuarto de adolescente como el mío es común, solo que no en todos existen bibliotecas y en el mío es parte esencial, he estado muchas noches leyendo libros de varios autores que hablan sobre los poderes de la mente, tengo ya un buen tiempo practicando el arte de la concentración y ejercitando como llegar a estados de conciencia de otro nivel, eso me parece interesante.

Mi cuarto es lo más obscuro que conozco, y no es algo metafórico, he cubierto cada una de las partes hasta la más mínima para que aun siendo medio día, no entre un mínimo rayo de luz, es cuestión más de gusto que de otra cosa, pero es un lugar perfecto para intentar jugar con la mente.

Después de un día de estudios, de algo de diversión y de distracciones, todas ellas en mi habitación me da por volver a leer libros que he encontrado sobre el tema que hoy en día llenan mi insaciable apetito por conocimiento y la necesidad patológica de tener mi cabeza ocupada en algo.

100, 99, 98 Empieza la cuenta regresiva, acostado cómodamente pero de forma recta, con los brazos a los lados y con los ojos cerrados pero intentando ver hacia arriba, como lo indicaba alguno de los libros, imaginando que mi cuerpo está lleno de energía y apagándolo desde los dedos de los pies hasta la cabeza, al principio, hace ya bastantes meses pensé que era una tontería, hoy en día me percato aun asombrado, de cómo dejo de sentir esas partes del cuerpo; Cuando llego a la cintura no siento ni el peso, ni la temperatura de mis extremidades inferiores.

Llegado a la cabeza puedo sentir que floto. Y debo hacer un esfuerzo por mantener el equilibrio pero no dormirme. Es entonces, en ese lugar entre el cociente el subconsciente que me hace sentir en estado inmaterial.

Una vez más lo intento, quiero desdoblarme, salir de mi cuerpo y ver el mundo de lo astral, esta vez, creo que al contrario de las otras veces lo puedo lograr, siento que sin salir de mi estado he logrado levantar un poco la cabeza, y empiezo a ver hacia la pared del frente mientras me levanto muy lentamente.

Giro, quiero ver mi cuerpo tendido en la cama, y efectivamente hay estoy, no es mucho lo que se distingue, no sé cómo explicarlo, todo se ve oscuro, claro lo sé entre la condición del cuarto y al ser de noche unos ojos no verían nada, pero en mi estado actual pensé que sería más nítido.

El espectro que ahora soy es prácticamente invisible, solo siento donde esta cada parte de mí y hasta noto que son sutilmente más obscuras las partes donde deberían estar mis brazos y piernas.

Siento un sonido, en dirección al pasillo que da a mi cuarto logro escuchar algo como murmullos, no lo sé distinguir, de repente entro en consideración de que si yo soy un espectro lo que está al otro lado de la puerta también lo deben de ser, me acaba de dar un susto de muerte, me lanzo en un brinco a mi cuerpo y de una vez, como quien es lanzado por un gran resorte me pongo en pie y en tres pasos ya estoy prendiendo la luz.

Todo sigue normal, no hay nada, esto acaba de pasar y lo escribo para guardar testimonio, pues mañana lo intentare nuevamente quiero ver a donde puedo llegar.