¿Con qué piensas quedarte?

Todos los dias rassiel se decepciona al despertar.

Se levanta, se molesta, se levanta, se lamenta.

Algo le sucede, pero no siente una conexión real con nadie, teniendo diversas parejas o círculos sociales a lo largo de su vida, pero no termina por hacer click con ninguno.

Camina con muy poca energía a su universidad, a no esforzarse y conseguir unas excelentes notas, su capacidad le permitía tomarse ese tipo de lujos que otros no tenían.

Se sentía mal porque cada vez que que conocía a alguien que podía jugar un papel fundamental en su vida como un nuevo vínculo, esa persona siempre terminaba cometiendo un error con la pobre rassiel, así que esta se alejaba sin titubear, y esa persona era inmediatamente tachada.

Ese nuevo individuo podía haber hecho muchas cosas buenas por rassiel, pero ella no podía tolerar una traición, un error, un acto humano, ya que está en las venas de todos fallar para cambiar.

Para rassiel esto no era justo, ella evaluaba cada una de sus palabras para no herir a nadie, antes de realizar cualquier acción, lo pensaba no una ni dos ni cincos veces, lo hacía muchísimo más, con el fin de no llevarse a nadie por delante y así no cargar con eso en su conciencia.

Pero con ella no hacían lo mismo.

No, sin duda rassiel era un muñeco de trapo para todos a su alrededor. La gente hacía con ella y con sus sentimientos lo que quisieran a diestra y siniestra, dejándola herida, con sus defensas altas, des-humanizándola y arrancado de raíz su pureza.

Hasta que un día... caminando a la universidad, en vez de mirar al suelo, comenzó a mirar a los lados, contemplando su entorno y el hermoso recorrido que siempre se perdía por estar cabizbaja. Y lo encontró.

Encontró a un relojero sin clientes.

Pero con muchos relojes que reparar.

El puesto que este hombre manejaba estaba totalmente vacío, nadie pasaba por ahí, era una zona desolada, pero aún con todo y eso, tenía tantos relojes amontonados que no podía contarlos.

Ella se acercó a él, conversaron, y conectaron. Rassiel había conseguido un nuevo amigo, no esperaba conseguirlo con esa afición ni con esa edad, con arrugas, y con la palabra soledad tatuada en su mirada.

Todos los días rassiel pasaba por el puesto de relojero.

Y lo acompañaba a verlo reparar tres o cuatro relojes antes de irse.

El relojero era elocuente, sabio, agradable, carismático, encantador. Una persona sensible y que no solo escuchaba a rassiel, también le ofrecía su palabra llena de experiencia para contribuir al crecimiento emocional que ella necesitaba.

Pero un día rassiel pasó por el puesto de relojero, y este, no tenía la misma sonrisa de siempre, no tenía esa aura cálida y agradable. Estaba molesto, por lo tanto, trató de mala gana a rassiel, y le dijo: "¡Vete, no quiero que estés aquí estorbando!"

Palabras que quedaron enmarcadas en su alma.

Rassiel volvió a caer en lo mismo, confiar en alguien, y contar con que esta persona no la hiriera, manteniendo siempre una relación hermosa, feliz, y sana... Para terminar siendo nuevamente decepcionada.

Estuvo tomando las primeras tres semanas una ruta diferente a la universidad para no cruzar miradas con el relojero, pero un día inconscientemente tomó la ruta original, cabizbaja, y apática a su entorno, y lo escuchó: "¡Rassiel, cuánto tiempo sin verte!"

El relojero le dirigió la palabra.

Ella quiso seguir de largo, y huir de las personas que la lastiman, pero, algo dentro de ella no le permitía dar ese paso, su cuerpo se congeló, no sabía manejar dentro de si el miedo y la ansiedad de querer volver a confiar en alguien con la angustia de que esa persona terminará haciendo estragos otra vez.

Armandose de valor, volteó a ver al relojero, se acercó a él, y le preguntó: ¿Para que me hablas después de lo mal que me trataste?

El relojero sonrió y le respondió...

"¿Con qué piensas quedarte?"

Rassiel no entendió la pregunta, su gesto y su mirada lo decían todo. Así que el señor la miró y le dijo:

"Cuando conoces a "alguien", esa persona creará en ti miles de sensaciones, si tienes la suerte de conectar con "ese alguien", entonces la mayoría serán buenos, pero siempre habrán cosas malas... Ahora te pregunto: ¿Con que piensas quedarte?"

"Las cosas malas no pesan más que las buenas, las cosas buenas no pesan más que las malas... No sería justo para ti o para la persona si aplicaras uno de estos dos casos. Y te seré honesto, no hay nada más dañino que quedarse solo con las cosas malas, pues eso solo será veneno que cargarás encima lo que te queda de vida. No te aportará nada."

Rassiel quedó paralizada, había escuchado lo que siempre evitó pero necesitaba.

"Cuando quedarse lo bueno, no valga lo suficiente como para quedarse con lo malo, no te quedes con NADA... Creeme que te sentirás mucho mejor, a seguir caminando con esa carga innecesaria que tienes sobre tus hombros. Tampoco descartes a alguien que ha hecho cosas buenas por tí, solo porque ha hecho algunas malas... Espero que puedas aprender de este consejo.*

El relojero bajó su mirada, y volvió a reparar uno de los relojes que tenía en sus manos, solo se escuchaba el Tic Tac que podía perfectamente crear un sonido unisono con los latidos de rassiel... El señor tenía en su mirada, sentimientos de tristeza y de melancolía.

Mientras que reparaba el reloj, veía las piernas de rassiel que habían quedado inmóviles, hasta que después varios minutos de silencio escuchando ese impaciente sonido, se fue caminando. Este suspiró, y siguió reparando su reloj, hasta que escuchó la voz de rassiel diciendo:

¿Puedo quedarme con usted, y con dos o tres relojes más antes de irme a la universidad?

Este respondió sonriendo: Puedo quedarme con eso.

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Espero que hayan disfrutado este relato, y que puedan llevarse consigo las palabras del relojero. Analiza bien con que piensas quedarte.

Las fotos son de mi autoría y fueron tomadas con una nikon D80. Un abrazo azul para tí, de mi portafolio.

Hasta la próxima.