La diferencia entre esta pareja es demasiada; son las dos cara de la moneda, dos polos opuestos, dos maneras de vivir.

agua y fuego.

Calma y desenfreno.

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Hmm, ella, ¿que podría decir de ella?

Está loca; se despierta por las mañanas llena de energía, no soporta la vida nocturna a menos de que sea en buena compañía, le gusta cantar mientras que camina por la alborotada y ruidosa ciudad.

No tiene interés en las cosas complicadas, pero eso no significa que ella sea simple. Se podría decir que su forma de actuar y su actitud es una total discrepancia con sus gustos y forma de ver la vida.

Desayuna placer, almuerza sus pasiones, y cena su propia luz; pues ella tiene esta característica diferente a las otras personas... Pareciese que su luz fuese inextinguible. Sumando el hecho de que está particular chica de margaritas no necesita de otras personas.

Siempre está sola, aún cuando su aura irradia comodidad, cercanía, confianza, diversión; nadie se quiere acercar a ella. Como si fuese aterradora la idea de que existe alguien que pueda vivir la vida sin sufrir o sin llorar. Era irremediable que alguien intentara comprenderla, era mucha más simple alejarla.

Ese tipo de chicas que por fuera están acompañadas, pero que por dentro están solas... Por eso quise conocerla.

Luego supe que me equivocaba, que no existe una persona en constante estado de felicidad, y que ninguna luz era inextinguible; como tampoco alguien siempre estaría triste, con su luz apagada y sin ganas de levantarse. Pero descubrí que si existen personas que pueden vivir sin alimentar a su tristeza, y personas que pueden vivir sin repudiar su felicidad.

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¿Decir algo de él? Eso solo haría que se disguste, pues odia estar en la lengua de los demás.

Es alguien distante, alguien frío, viviendo y cumpliendo el papel de pared, porque eso es lo que disfruta. Le parece innecesario hacer amigos, su madre le ha inculcado que su única amiga es ella, así que es un hombre desconfiado, y seré honesta, de buenas a primeras nadie nota su existencia.

Siempre solo, pero feliz y satisfecho, no como ese típico chico lejano que se siente como una pieza sobrante en el rompecabezas de la sociedad, y por esa falta de calor, no se acerca a nadie. No, este no era el caso... Se sentia a gusto con su situación cuando sabía que sus planes de fin de semana era llegar a su casa, ver a su madre, ver alguna serie, y estar haciendo lo que lo apasiona. Escribir.

A diferencia de mí, no tenía nada en común con este individuo, pero a diferencia de todos mis amigos, cuando estaba cerca de él, el ambiente no era pesado, me sentía ligera, libre, feliz.

Podíamos estar horas en el mismo lugar sentados uno al lado del otro, sin hablar, cortejar, echar miradas, o incluso contacto físico; e igualmente me satisfacia más su respiración cerca a mi, que cualquier roce o beso que alguna pareja me haya dado.

Porque él podía ocultarlo, podía vivir toda su vida de la forma en que lo hacía, pero en su interior, sabía que no le vendría mal un poco de compañía... Por eso le hablé.

Luego caí en cuenta de que no, de que nadie puede ser frío todo el tiempo, viviendo de manera apática y dejando que las cosas sucedan; pero alguien tampoco puede intentar tomar el control de las cosas y de otras personas. Descubrí si te puedes sentir bien estando sola, y que si te puedes sentir bien, estando realmente acompañada.

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Y ahí fue cuando lo supieron, que no importaban las diferencias entre ellos y sus personalidades, y mucho menos sus formas de vivir la vida.

Que alguien podía ser tu total opuesto, y a medida que evolucionan juntos, terminan siendo un equilibrio perfecto.

Por eso fue que se encontraron.

Por eso es que son felices.

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Espero que lo hayan disfrutado mis queridos lectores, las fotos son de mi autoría y fueron realizadas con una Nikon D80. Los modelos son Andrés Brito e Ivana Quintero.
@andruuu @ibanav
Un abrazo azul para tí, de mí portafolio.

Hasta la próxima.