RE: Decadencia, largas horas de espera y el impacto emocional
Siento que acabas de describir perfectamente mi día a día y me cambia el humor tan sólo leer al respecto. Vivir en un estado distinto al de donde se estudia/trabaja es de las peores cosas que pueden pasarle a un venezolano, y tener que viajar todos los días se vuelve una pesadilla: es agotador no solo física, sino también mentalmente.
Eso por no hablar de las condiciones paupérrimas en que se encuentran los buses y sobre todo, el metro de Caracas. El viaje ni siquiera es placentero y las condiciones a las que son sometidos los ciudadanos, sin dudarlo, son infrahumanas. Cada día me parece más insólito que un viaje que debería ser de una hora y media, se termine convirtiendo en hasta tres y cuatro horas de espera.
Para resumirlo: la situación es desesperante y -muy- desalentadora.
Si de por si el problema es desesperante, vivir en un estado diferente lo hace el doble y el triple de desesperante y agotador. Y uff, el metro es una pesadilla que más de uno e imagino que incluyéndote, no quisieran tener que revivir a diario, pero lo hacen.
Pero tristemente no hay mucho que podamos hacer porque la situación sigue empeorando y la única solución, hasta ahora, que hay para salvar nuestra salud mental es irse de aquí, cuestión que tampoco es fácil.
Gracias por pasarte y a pesar de lo deprimente de la publicación y del día a día como venezolanos, espero que logres tener un excelente domingo e inicio de semana.