Ragnarok Conspiracy 25/44 | En español

in #steemfirstpublishing5 years ago (edited)


Otro capítulo de la novela "Conspiración Ragnarok", originalmente escrita por mí, traducida al español por Gabriel González, ilustrada por @marylucy con la portada de Keith Draws.

Al igual que el original, este libro se publica STEEM-primero. Nuestro objetivo es completar la serie STEEM y publicar el libro electrónico antes del Black-Friday (29 de noviembre).


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Parte IV


25

Sleipnir

Zona roja Polar de la Escombrosfera, 6 de Septiembre del 2047

"¿Profesor?"

Al Robert ver alrededor en la habitación, tratando de entender la situación, el Profesor Fjelstad retiró las correas de sus manos, piernas y pecho que lo mantenían atado a la gran mesa de luz amarillenta. ¿Qué había pasado? ¿Qué estaba pasando? Luego de todo por lo que Robert tuvo que pasar para mantenerse bajo perfil había terminado capturado de todos modos, pero no tenía recuerdos de tal evento. Lo último que recordaba era haber ido a dormir en su pequeña carpa. Y ahora estaba capturado, ¿Estaba el Profesor realmente ayudándolo? La cabeza del profesor parecía estar en un lugar completamente distinto. Luego de tratar fallidamente de establecer contacto visual con él, decidió mirar al resto de la habitación.

Había una segunda mesa a su lado, con una luz leve y amarillenta que provenía de su superficie. La mesa estaba vacía, detrás de la mesa había una tercera sobre la cual había una mujer atada a ella, supuso, que de la misma manera que lo estaba él. Una mujer deportiva de aproximadamente treinta años yacía ahí, dormida, de baja estatura y delgada, no del tipo delgada que le atraía a Robert, sino delgada pero definida; musculosa. Cabello rubio y corto, casi como hombre con un rostro que, si bien coincidía con sus rasgos corporales rudos y fuertes, tenía facciones elegantes y femeninas que le recordaban a Robert a las historias de hadas de los tiempos Pre-guerra sobre bellas durmientes despertadas de un sueño eterno por algún príncipe. Había un aire Aristocrático alrededor de ella, pero también había uno alrededor del Profesor. « ¡Demonios, ambos deben ser de Marte Uno! Y si el Profesor me está ayudando, significa que fuimos atrapados por Nueva Zion»

Al retirar la correa de las piernas de Robert, Robert aflojó la correa de su brazo izquierdo y saltó de la mesa. Aún cautivado por los toscos rasgos de la chica, Robert caminó hacia su mesa.

"¡No!" —exclamó el Profesor— "La señorita es una mala persona, ¡Una muy mala persona!"

¿Qué? ¿Por qué estaba el Profesor hablando como un completo retardado? O más buen, como un niño muy joven. Robert miró intensamente al Profesor, él apuntó hacia el otro lado de la habitación.

"La señorita marciana atacó al novio con moscas robot. Entonces el novio mató a todos los Trolls, pero ellos no son malos, son buenos. La chica marciana y el novio son gente muy mala; peligrosa. ¡No los toques!"

'¿Qué? ¡El Profesor perdió la cabeza? ¿Moscas robot, Trolls?' —pensó Robert.

Robert vio hacia donde apuntaba el Profesor y un escalofrío le recorrió cuando vio al Agente Bridgewater. El hombre de traje y rastas estaba de rodillas con su cabeza gacha y sus manos cubriendo su cara, era el agente, no cabía duda. Robert se tropezó y cayó al suelo al dar un paso atrás y hallar algo en su camino. Se sintió completamente desorientado al ver qué fue lo que le hizo tropezar, pequeños cuerpos delgados y grises, desnudos, con brazos largos y piernas cortas. A pesar de estar desnudos no había rastro de sus genitales, sus caras eran grises pálidas y sus cuerpos con ojos muertos gigantescos y negros en sus rostros, entonces recordó lo que había dicho el Profesor: “Trolls”. No, no eran Trolls, ¡Eran aliens!

"¡Cálmese, joven piloto!"

Una suave voz femenina se manifestó en la mente de Robert. » ¡Genial! Ahora yo perdí la cabeza. O ya me estoy volviendo loco o los rumores del control mental de Marte Uno son ciertos».

"Lo siento por entrometerme en tu mente así, joven piloto, pero estamos en serios problemas. Necesito desesperadamente de tu ayuda si queremos salir de esta."

"¿Intrusos en mi cabeza? Genial, no estoy loco, ¡Son los de Marte Uno!"

"No soy de Marte Uno, joven piloto, me presentaré formalmente luego si tenemos tiempo, pero me temo que estamos en un apuro. Mi nombre es Azraella, joven piloto, intermediaria junio de la colonia Homo-Hylobo del Amazonas. Estamos inertes en medio de la zona de cascada del norte de la zona roja de la escombrosfera. Tuve que borrar a nuestro piloto debido a una desafortunada sucesión de eventos, te presentaré la nave ahora, no hay tiempo de explicaciones, sé amable con la nave y hagas lo que hagas, no te dirijas a ella sin antes haberlos presentado."

Robert trataba de encontrar sentido a lo que decía la voz en su cabeza, diversas preguntas llenaron su mente, ¿Qué era un intermediario Hylobo? ¿Por qué le llamaba “joven piloto”? ¿Y qué era eso sobre ser cordial con la nave? ¿Y eso sobre borrar al anterior piloto? Entonces una serie de pensamientos condensados pero muy claros pasaron por la mente de Robert, palabras extrañas, una serie de reglas, ¿Gramática? Sistemas de coordenadas usando reglas de cálculo que no conocía y que tenían mucho más sentido que cualquier matemática geométrica que Robert hubiera aprendido. Campos magnéticos, biología, ¿Pero qué…? Era como si años de información nueva, no, conocimientos antiguos fuesen vertidos en su cabeza sin contexto alguno. Robert no tenía tiempo para procesarlo. Entonces, una nueva voz entró en la cabeza de Robert. Una voz fuerte y amenazante que hablaba como el trueno, no como humano.

"Ibeáné, homo ujoëfe"

A pesar de estar en una lengua extraña, Robert entendió todo lo que implicaban como si hubiese conocido el lenguaje desde chico. De alguna manera sabía que el idioma era Hyvala, un lenguaje de batalla que permitía que información crucial se expresara con muy pocas palabras.

Pero, ¿Cómo sabía todo esto? ¿Cómo conocía aquel idioma? ¿En dónde se originó? Sabía cosa, muchas cosa que… que no debería, ¡No podría! Ahora sabía de dónde provenía la voz, ¡Era la nave! Estaba preguntando sobre el humano… No, no era una nave, al menos no una normal, era una forma de vida alien en todo su esplendor, no una simple nave que podría viajar por el espacia tal y como lo percibían los humanos. Era más como un ave gigante que no estaba confinada a la atmósfera, su hábitat natural era la magnetosfera. Viajar hacia el exterior era para ella lo que a los humanos el nadar bajo el agua sosteniendo la respiración, sólo que la nave podría sostenerlo por varias semanas.

Este conocimiento, ¡Este nuevo conocimiento! Robert se había dado cuenta de qué era todo ese flujo de información, Azraella había compartido con él una buena parte de información en él, la instaló directamente en su memoria burlando completamente sus sistemas de aprendizaje consciente. La (no en realidad) nave estaba preguntando sobre el macho humano. En realidad estaba preocupada sobre un humano en particular, preocupada sobre su destino. Preguntó si el humano había caído y, a pesar de haber sido tres palabras, y a pesar de la voz ser estruendosa y amenazante por sí sola, las palabras, a través de unas reglas simples, entrevieron tanto el temer por la vida del humano y el alto nivel de ansiedad que esta tenía por saber sobre lo que Robert concluyo que era el antiguo piloto, quien era buen amigo de la nave. Entonces, la ahora familiar y femenina voz de Azraella habló en el extraño lenguaje:

"Ujwoópé ubwàra homo Robert odweëdo"

A pesar de que entendía lo que decía, estaba confundido. “El humano ha olvidado” Un hecho por el cual ella se disculpó ampliamente. Había escogido a un nuevo piloto, “él” Robert, que ahora quería que conociera la nave. Estaba conmocionado por el hecho de que pudiese entender este extraño lenguaje alienígena, uno el cual él nunca había aprendido. Una oración se formó en su mente. Con un fuerte pensamiento de asombro, las palabras salieron fuertemente de su mente:

"Ibeéwü hyvala, iboüwu hyvala"

Palabras que, en su mente, gritaban con asombro, luego con alegría: “¡Puedo entender Hyvala!” Luego, justo después de que Robert se diera cuenta de que sus ideas no eran privadas, la nave habló de nuevo con su voz estruendosa:

"Obóvômi homo ijeéfi"

La nave no estaba complacida por el vítor de Robert, en lo absoluto. Ahora Robert entendía la advertencia de Azraella sobre ser educado con la nave, estaba furiosa sobre el ruidoso pensamiento inocente de Robert. Era demasiado para él. Había una conexión telepática, creada por esta extraña ente, que le permitía comunicarse con la nave viviente. Una nave que ahora estaba furiosa acerca de algo que Robert pensó que era un pensamiento privado. Las palabras que la nave usó no dejaron nada a la imaginación, había proclamado que quería herir al humano insolente. Robert había denotado desprecio hacia el protocolo y, aparentemente, aquello era algo que era imperdonable para la nave Vanir.

Robert no sabía qué podía hacer la nave para dañarlo, pero sabía muy dentro de él que la nave no hacía amenazas en vano. Entonces, en el tono más denigrado y extrañamente reconfortante que pudo alcanzar, la voz de Azraella dijo:

"Homo oweijoöfa ojoêpï ojoêwu ojoêné"

El humano acaba de comenzar, él debe saberlo, debe entenderlo, ¡Debe volar! Robert inmediatamente entendió la disonancia. Se había denigrado ante la nave, pero el tono de voz, que no debió haber significado nada para la nave, estaba dirigido a él para confortarlo. Le estaba diciendo a Robert que todo estaría bien usando tonos de voz mientras se comunicaban, en un “tono” totalmente diferente, con la nave a través de las sutilezas de la gramática del lenguaje de batalla Hylava.

"Ibeôba"

La nave habló, había aceptado reluctante las explicaciones de Azraella sobre sus modales. Robert no había acabado en buenos términos con la nave, pero debían trabajar juntos, él debía ser el nuevo piloto. Con la nave en medio de la Zona roja Polar de la escombrosfera, no había tiempo que perder.


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