Ragnarok Conspiracy 17/44 | En español
Otro capítulo de la novela "Conspiración Ragnarok", originalmente escrita por mí, traducida al español por Gabriel González, ilustrada por @marylucy con la portada de Keith Draws.
Al igual que el original, este libro se publica STEEM-primero. Nuestro objetivo es completar la serie STEEM y publicar el libro electrónico antes del Black-Friday (29 de noviembre).
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Part III
17
Escombrosfera
Robert había posicionado la cápsula de reentrada entre cuatro piezas de escombros relativamente grandes en lo que Pete le había dicho que era la sección menos peligrosa de la escombrosfera. La aglomeración de la ISS, un grupo de escombros hecho de una gran parte de piezas de lo que otrora había sido una antigua estación espacial internacional, ubicada en la ruta regular de su hermano.
Pete, el hermano de Robert, era un minero de la escombrosfera. Su trabajo era limpiar este espacio lleno de escombros, extrayendo material que pudiera ser reciclado en Base (El fluido usado en los impresores de replicación) y arrojando el desecho inservible en sitios designados en la luna. El sueño parte político parte corporativo era que en medio siglo la escombrosfera pudiera ser suficientemente reducida y las tensiones internacionales suficientemente calmas para que se erigiera un escudo de deflexión de HEOPS y poder volver posibles las comunicaciones satelitales otra vez.
Pete había sido una ayuda increíble en la realización de su proyecto de investigación, o lo que había comenzado como un proyecto de investigación. Él le había dado a Robert un empujón a los límites externos de la escombrosfera al inicio de su viaje a la luna. Entonces, Pete le había ayudado un poco más eyectando su réplica del aterrizador lunar en dirección a la luna junto con una pila de desechos y basura espacial. Como resultado, su viaje a la luna había pasado desapercibido. Partes de la luna hacía mucho que se usaban como basureros para escombros no reutilizables, nadie sospecharía de alguna pieza extra de escombro espacial eyectada hacia la luna. Era el viaje de regreso lo que sería la parte complicada. Con lo que Robert sabía ahora sobre lo que pasó en la luna en mil novecientos sesenta y nueve, y que esta información había estado oculta al público por tantas décadas, oculta incluso luego de las campañas de empalmes Cuánticos durante la guerra. Robert entendió que los peligros que le podrían aguardar en la tierra podían ser peores que los que había enfrentado en la luna.
Su regreso a la tierra debía ser tan sigiloso como su viaje a la luna. Había aprovechado la oportunidad para la mayor parte del viaje de regreso, tenía que hacerlo, había sido un regreso realmente lento, lo suficiente como para mantenerse lo más discreto posible. Había calculado un rumbo en su regreso que le hiciera parecer lo que su hermano llamaba un “Errante”. Algunos de los HEOPS se habían vuelto más densos con el paso de los años. Suficientemente densos como para mandar ocasionalmente partes más grandes de los escombros a una órbita más elíptica en vez de simplemente hacer agujeros a través de ellos o volverlos trizas, contribuyendo así al efecto cascada de la baja órbita.
Estos “Errantes” tienen una energía cinética relativamente baja, especialmente en las regiones externas de la órbita elíptica, por lo que para que el pasar de Robert de la órbita lunar a la escombrosfera se viera como el de un Errante debía tomar una trayectoria que le tomó recorrer más tiempo del que normalmente hubiera tomado. ¿Por qué pasar por todo este problema? Con lo que Robert había descubierto estaba más convencido de que alguien podría estar atento a todo lo que sucediera en la luna, por lo que mejor no arriesgarse. Robert se las arregló para llegar a una trayectoria de la órbita baja, pero ahora la parte difícil estaba delante. No podría seguir bajo el radar si usaba la cápsula para reentrar.
A pesar de que la guerra había terminado hace mucho, la estabilidad actual no era muy estable. Cada una de las ciudades recientemente formadas y naciones conurbaciones monitoreaban rutinariamente cualquier objeto que entrara en la atmósfera de la tierra. Si aún quedaban conspiradores, tal como sospechaba, una entrada directa seguramente los pondría tras él. Robert contaba con Pete y su tripulación ahora para localizar su cápsula y recogerlo antes de que los escombros le golpeasen, o peor, antes de que un sub-enjambre de HEOPS lo destrozaran y le convirtieran en parte de los escombros. Mientras Robert estaba relativamente a salvo de los escombros en cascada, escudado por múltiples partes de escombros estables de la aglomeración ISS y mientras ningún HEOPS golpease esa parte de la escombrosfera aún, seguía siendo un peligroso lugar donde esconderse.
Podrían haber días o incluso semanas por delante hasta la llegada de Pete, pero prefería arriesgarse a quedarse en la escombrosfera que exponer su misión en la luna a lo que fuera que quedara de la organización conspiradora que sin ninguna duda existiría aún en la actualidad. No tenía manera de saber hasta dónde serían capaces de llegar para proteger lo que ocultaban. Una trasmisión de radio de corto rango y bajo poder debería llamar la atención de Pete y llevarlo de vuelta a casa. Robert tenía algo de tiempo para pensar ahora. El monstruo mecánico que había descubierto le había dado mucho en lo que pensar. La tecnología estaba muy por encima de la tecnología de la tierra, el monstruo era absolutamente colosal.
A pesar de su tamaño y fuerza destructiva, tenía una agilidad y velocidad que parecían físicamente imposibles para una máquina de su tamaño. Ninguno de los sensores había tenido la habilidad de registrar esta bestia, ningún radar ni ninguna señal infrarroja, ni siquiera una cámara podía registrarla con luz artificial dirigida a ella. Y luego estaba su extraña forma. Este monstruo colosal tenía la forma de un lobo gigante, la primera pista de su apariencia había venido de la reproducción del análisis de los patrones de polvo. Sólo después de haber usado su orbitador el monstruo se pudo ver tanto con las cámaras como a simple vista. Robert había controlado remotamente su orbitador para que actuase como un espejo que reflejara directamente la luz del sol sobre la luna y haciendo esto un monstruoso lobo de color negro oscuro se había vuelto visible. Su comportamiento no era distinto al de un perro rabioso.
A pesar de que, debido a su tamaño, fuerza y velocidad parecía que nada podía pararlo, un delgado y colorido cordón de menos de un centímetro de diámetro de alguna manera actuaba como una correa irrompible para este monstruoso perro salvaje mecánico. ¿Quién pudo haber creado este monstruo? ¿Qué era ese cordón que era más fuerte que cualquier otro material conocido?
Ambas tecnologías debían ser extraterrestres. Ese monstruo debió haber estado atado en ese cráter lunar por varias décadas, posiblemente siglos. ¿Cuál era su fuente de poder? ¿Por qué la NASA falsificó un regreso a salvo de estos astronautas? ¿Por qué mantuvo oculta la trágica muerte de estos valientes astronautas?
Más perturbadoras eran las otras preguntas que Robert no quería hacerse: ¿Quiénes fueron las personas que reemplazaron a los astronautas que murieron en la luna? ¿Cómo pudieron cubrir algo de esta magnitud y “Por qué” lo cubrieron en primer lugar?
Robert estaba seguro de una cosa: Las personas que habían cubierto esta tragedia no pararían ante nada para proteger el secreto. La curiosidad de Robert quería llegar al fondo de todo esto. Aun así, sabía que moverse con cautela, tendría que trabajar solo y en total secreto en esto si quería encontrar la verdad de aquello.
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