Joshua, su campo y una gallina enferma.
En una vieja aldea, en algún viejo lugar, vivía Joshua junto a su familia, una familia típica de aquella aldea. Una madre, un padre, un hermano mayor y un perro. La típica familia de una aldea de ese estilo como muchas que existieron.
La vida de Joshua tampoco era muy diferente a la de cualquier otro niño. De pequeño Joshua era muy introvertido y prefería pasar el tiempo jugando solo, y estuvo bien durante un tiempo. Mientras crecía la vida se fue complicando y Joshua naturalmente se deja llevar por las hormonas y los deseos, por un tiempo estuvo bien.
En aquella aldea había un solo colegio donde era obligatorio estudiar al menos hasta 7mo grado al terminar los estudiantes tenían a su disposición escoger entre varios maestros de oficios. Para así ser útil en el crecimiento de la aldea. Desde maestro, carpintero, granjero, curandero, soldado etc.
Joshua como muchos otros no sabia muy que escoger. No se sentía especialmente bueno en ninguno de los oficios. Aunque pensaba que eso era una ventaja, ya que podía amalgamarse a todo lo que le pudiera tocar ser, Los padres de Joshua son ambos maestros, por lo que la insistencia de estudiar era constante y sonante.
Joshua tenia miedo a equivocarse, su hermano lo había hecho, y Joshua sabía que ya no asistía a ninguna de las clases del oficio que había escogido para sí. Pero a Joshua esa situación poco le preocupaba, el simplemente quería un oficio para sí, y una vida simple. Joshua siguiendo sus impulsos escogió, se entrenaría durante 4 años para ser curandero, simplemente porque su impulsivo corazón le dijo que aquello era cierto.
En aquel tiempo que Joshua estudiaba una terrible brisa, ardiente arrasaba con todos los cultivos y mataba a todos los animales. Muchos trataron de evitarla colocando muros de paraguas frente a sus cultivos, pero nada la detenía, simplemente arrasaba con todo, provocando una fuerte hambruna en la aldea.
Algunos cultivos lograrían sobrevivir a este terrible viento ardiente. Sin embargo, la brisa quemaba todo a su paso. Muchos fueron los que abandonaron la aldea, en muerte o huida debido a la terrible calamidad que tenía ganas de quedarse. Joshua es un terco y necio como una mula. Nunca le gusto la idea de abandonar su hogar, aunque coqueteaba ella en secreto.
Detrás de la casa de Joshua había un terreno, no muy grande pero lo suficiente como para tener un cultivo y algunos animales. Joshua había escuchado que del otro lado de la aldea habían personas que efectivamente lograron detener la brisa ardiente, aunque su secreto lo mantenían guardado, debido a que las personas de la aldea los acusaban de ellos ser los provocadores, generándose una enemistad profunda entre los ciudadanos.
Joshua se quedo pensando, en como lo hacían. Pese a solo ser es aprendiz de curandero y tener nulos conocimientos, se lanzo a prueba y error. Intento poner paraguas, no funciono, sabanas cubiertas de agua, no funciono. Pero un día Joshua se dio cuenta que había un tipo de piedra, del que estaban hecho la mayoría de las casas que no podía ser quemada, razón por la cual cuando se acercaba la brisa de ardiente estas no encendían en llamas como los cultivos.
Así que Joshua durante un año se encargo de fortificar aquel campo, antes de siquiera ponerse a sembrar. Todas las gentes lo llamaban loco, o comentaban sobre aquella idea a sus espaldas. Aun así, Joshua necio y terco siguió construyendo aquella extraña fortificación.
Cuando se acercaba la brisa Joshua se metía adentro, y trataba de dilucidar donde se colaba y reforzaba con piedra molida esos espacios. Al cabo de un año tenía una fortificación en donde no se colaba la brisa ardiente.
Allí empezó a experimentar, sus padres no entendían muy bien que, hacia Joshua, no lo ayudaron, pero tampoco hablaron de él. Su perro siempre lo acompaño durante las jornadas de trabajo que llegaban hasta altas horas de la noche y el amanecer del día siguiente. Joshua era un ignorante en toda la materia de los cultivos, pero aquello no fue un impedimento, una vez lista la fortificación, Joshua se puse a sembrar.
AL cabo de 6 meses, Joshua ya tenía algunas hortalizas, frutas y verduras. La mayoría de ellas servían para abastecer su hogar, el resto las vendía a muy bajo precio, a los aldeanos de las cercanías. Algunos temieron el comprarlas, pero al ser de las pocas opciones disponibles el negocio fue creciendo.
Con el tiempo, Joshua experimento con los cultivos verticales, con métodos de fermentación y de cultivos en ambientes controlados. Aumentando su producción considerablemente. Vendía más, comía, más y trabajaba más. En el éxito de la actividad, un día su hermano le pide que lo ayude, que el también quiere cultivar.
Joshua con gusto lo ayuda, con algo de dinero comprar otro terreno cerca de la casa, y Joshua construye otra fortificación contra la brisa ardiente, esta vez mas rápido y mucho mejor que la propia. El hermano gustoso empieza con sus tareas de cultivo.
Joshua, termino de estudiar para ser curandero, y seguí trabajando en su pequeño emprendimiento. Ayudaba a cuál lo pedía, y para toda una explicación sobre como cultivar en casa. No importaba si era un desconocido, un viejo amigo, o un muy buen amigo, a todos los ayudaba, y estuvo bien.
Joshua comenzó a notar el cambio en la aldea y estaba feliz. Quiso seguir experimentando, y Joshua compro una gallina. Esta gallina se la había vendido una de las personas a quien ayudo. Joshua trajo la gallina a casa y al poco tiempo murió.
La gallina estaba enferma y consigo enfermo la tierra. Ahora Joshua debía enfrentar un nuevo reto.
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