Tras la muerte del viejo Albert he quedado un poco deprimido, la verdad yo no soy un persona de muchos amigos, incluso antes de toda esa crisis era bastante solitario, no tengo ningún tipo de desorden ni nada por el estilo, simplemente estaba muy ocupado en mi trabajo como para interesarme en alguien mas que yo mismo. Ahora con mucho tiempo libre me he hecho distinto. 

 Uno de mis nuevos amigos después que todo esto comenzó fue Albert, antes nos habíamos topado alguna vez en los pasillos y intercambiamos unos "buenos días", Después que todo esto comenzará Albert y yo nos hicimos muy buenos amigos, Para mi era como un tio interesante, que siempre tiene algun tipo de historia que contar, Una de nuestras hazañas juntos fue lograr reparar una radio que recibe y transmite señales de radio, además de colocar una antena  improvisada en el techo del edificio, eso en mi país es ilegal, pero en las puertas del fin del mundo a quien le puede interesar eso.

 Los días Han Pasado y siento que la rutina se ha vuelto parte del dia a dia, Comer enlatados, leer algun libro y tratar de comunicarme por el radio, dia a dia siempre es lo mismo. Aunque he empezado a preocuparme, llevan 2 semanas de retraso los soldados encargados de repartir alimento, me pregunto que habra pasado. 

 La Teniente Moreno

 La Teniente Moreno hacía honor a su nombre, era una Mujer Morena Alta y con ojos oscuros, pelo Negro como el azabache y una mirada Intimidante que le congela el alma a cualquier soldado, incluso los más experimentados, ella tenía bajo su cargo a una escuadra de 5 blindados ligeros pertenecientes a la infantería ligera motorizada, los cuales se encargaban de escoltar los camiones de comida que transitaban por todo el oeste de la ciudad capital.

Durante dos semanas las órdenes que venían del cuartel fuerte tiuna, eran las de resguardar las salidas de Caracas hacia el estado Litoral de la Guaira. Una madrugada como cualquiera, mientras El 2do de la teniente, El Sub-teniendo Ramirez fumaba su cigarrillo acompañado de café, varios aviones tipo bombarderos surcan los cielos a gran velocidad, dirección el litoral. Inmediatamente los aviones dejan caer sus bombas delante de ellos, su objetivo era destruir túnel que separa Caracas del litoral, pero para cuando los Aviones aparecieron era demasiado tarde.

Una Gigantesca Oleada de regresados apareció frente la escuadra de la teniente, al principio la teniente pensó que eran personas, hasta que en su instante de duda recibió la llamada por el radio del alto mando militar, "no dejes ninguno en pie" La teniente Moreno sale de la escotilla del tanque ligero, para ver con sus binoculares de cerca a aquella Gigantesca masa de personas, al darse cuenta que encajaban con la descripción que habían recibido semanas previas de inteligencia sobre los "regresados" La teniente dio la orden a su escuadra "Fuego a discreción, mantener la posición"

Por la radio la teniente se escuchaba enérgica y sin miedo, aunque por dentro era el día más aterrador que había vivido hasta el momento. Los disparos no tardaron en sonar, la Ametralladora .50 se calentaba al punto que parecía que el metal del cañón se fuese a derretir. Las Balas de aquel grupo de ametralladoras pesadas eran suficiente para destrozar los cuerpos de aquellos regresados, Al uniso de los disparos se escuchaba en la radio " Sin retroceder".

Los soldados a cargo de la teniente, no sentían miedo al ver como su armamento destrozaba aquellos egresados, Además de la energía y confianza que transmitía la Teniente Moreno Hasta que entre las masas apareció un regresado corriendo enérgicamente hacia los blindados ligeros, el fuego de las ametralladoras lo alcanzaba, pese a los impactos de bala que recibió estos no fueron capaces de tumbar al regresado, los demás regresados lo seguían cual jefe de la manada, la teniente ordenó que se le disparara con la ametralladora pesada a este gigante de casi 3 metros de alto y ancho como una piedra.

Las balas lo detenían por momentos sin embargo, no alcanzaba a tumbarlo del todo, la teniente en el desespero al ver que se acerca, coge una lanzacohetes y le dispara una granada propulsada, el regresado desaparece al impacto de la granada en su pecho. Los demás regresados ante esta escena, se devuelven al túnel, huyendo de la escuadra de la teniente que había tenido su primer encuentro con los regresados y sin sufrir ninguna baja

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