Casos concretos de pérdida de audición. “Doña Estela”, 78 años de edad .Presbiacusia.

patry (56)in #spanish • 7 years ago (edited)

Campaña de prevención sobre audición, habla y lenguaje. Post 11

¡Buen día querida comunidad!

Antes de empezar a contar un nuevo caso deseo agradecer todos los comentarios afectuosos que he tenido en los post anteriores y volver a repetir que vivo en un valle, Barreal, a los pies de la Cordillera de los Andes por lo cual no tengo Internet, por ahora (Estoy en tratativas con una empresa que da el servicio). Mis respuestas tardan en llegar por este motivo. No es falta de respeto o consideración. Voy una vez al día (La mayoría de la veces. Hay días que por distintos motivos no puedo ir) a la villa y ahí desde algún café me conecto y puedo responder los comentarios. Habiendo pedido las disculpas pertinentes comienzo con este nuevo caso.

La segunda aclaración es que al terminar de escribir este post complete cinco páginas de Word de solo texto por lo que lo dividiré en dos partes:

· 1° Parte: el caso, detalles y descripción de la primera sesión.

· 2° Parte: resumen de la evolución del caso y consejos.

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1° PARTE: EL CASO, DETALLES Y DESCRIPCIÓN DE LA PRIMERA SESIÓN.

Contaré el caso de “Doña Estela” (nombre ficticio). Hay innumerables casos como el de ella.

“Doña Estela” es oriunda de Barreal (Valle Cordillerano en los Andes), Calingasta, San Juan, Argentina, de contextura pequeña, cabellos muy blancos (se hace una trenza fina y la enrolla en un moño detrás de su cabeza) con unos ojos celestes tan claros y diáfanos que son difíciles de encontrar en la zona. Le pregunté en una de las entrevistas que tuvimos de donde eran sus ancestros y me dijo que habían llegado a la Argentina desde lejos aunque no sabía de dónde.

A “Doña Estela” le gustan mucho las plantas y pasa muchas horas trabajando la tierra. Se sienta en una silla de totora baja y ahí saca basuras o corta hojas secas. Puedo comentar esto porque la visite en su casa como parte de varias sesiones que hicimos. Tome unos mates y además de compartir un rato con ella pude observar su sistema familiar.

“Doña Estela” es una mujer que padece y creo que es la palabra exacta: “padece” de presbiacusia.

La presbiacusia es la perdida fisiológica de audición que sufren las personas después de los 45 a 50 años. La mayoría de nosotros transitaremos esta dificultad. Hay personas, por condición genética hereditaria, que no llegan a pérdidas importantes de audición con los años pero son los menos. La mayoría de nosotros por una cuestión biológica evolutiva llegaremos a escuchar menos cuando lleguemos a la tercera edad. Vuelvo al caso de “Doña Estela”. Ella es una mujer, viuda desde hace varios años, que aunque pequeña en lo físico, trasunta dignidad cuando aparece. Es sobria, de modales sencillos y manos muy curtidas. Crió sola, después de que su compañero partiera, cuatro hijos. Ahora, todos adultos. Tres hijas mujeres casadas y un hijo varón que aún vive con ella. Tiene muchos nietos. Su casa se llena de niños en forma permanente.

Me contó en una de las entrevistas que tuvimos que cuando era más joven había hecho distintos trabajos. Siembra y cosecha de ajo, servicio doméstico y trabajos rurales de distinto tipo (cosecha de manzanas, aromáticas, etc.) Ella cuenta que sacó adelante a sus hijos y educó personas de bien.

Tengo que hacer una aclaración: si, admiro profundamente a esta mujer y su caso pegó en el centro de mi corazón.

También es importante aclarar que trabajo desde una perspectiva sistémica y el caso de “Doña Estela” muestra esto, por eso doy tantos datos. Quiero que la conozcan a través mío para después poder entender las intervenciones. Aún hoy mantengo periódicamente contacto con ella y constato, desde lejos, como está funcionando su sistema familiar y ella en relación al mismo.

LA PRIMERA SESIÓN.

Primera consulta: acude una de sus hijas para pedir turno. Habla conmigo, le indico como anotarse y sacar la historia clínica. Pregunto el motivo de consulta y es claro: “Mi mamá no escucha y cada vez se aísla más.” Le pregunto la edad de la paciente y le solicito que traiga todos los estudios previos que tenga. No tenía estudios de audición previos. Recibía medicación por hipertensión y diabetes. Tenía algunos dolores de tipo reumático en sus manos. No había otros problemas de salud.
Segunda consulta: asiste “Doña Estela” con dos de sus hijas. Las trae el hijo menor pero no se queda a la entrevista. Saluda y se va. “Doña Estela” se sienta en silencio mirándose las manos con su cabeza baja. No hay intención comunicativa. Se la percibe triste, casi podría decir, avergonzada. Una de sus hijas le va explicando lo que haremos hablando muy fuerte, casi a los gritos. Antes de hablar con la Sra. y sus hijas le solicito al médico de guardia que revise sus oídos. La acompaño personalmente hasta la guardia. Me refiere que, salvo un poco de cera con una membrana timpánica despulida, no observa patología u obstrucción en el conducto auditivo externo. Esto es medicina en zonas rurales o de frontera. No contamos con medico otorrinolaringólogo por lo cual los médicos del hospital, médicos de campo, están experimentados en muchas áreas como es una revisión de oídos, básica. Además, siempre tienen en cuenta mis pedidos porque saben que la mayoría de las persona son reacias a acudir al hospital y si no hacemos inmediatamente la atención se van y no vuelven.
Volvimos al consultorio. Hice que las hijas se sentaran cómodas detrás de ella y comencé a explicarle a “Doña Estela” cuales eran las características del estudio. Yo le hablaba con un tono medio y mirándola a la cara para facilitarle la lectura labial natural que empiezan a hacer las personas con disminución de audición. Los comentarios del sistema familiar de las personas mayores con presbiacusia son muy duras de escuchar para ellos. Algunas que he escuchado en general y que particularmente escuché en este caso:

“Háblele más fuerte porque no le escucha.”
“Ella no entiende cuando le hablamos (con “impaciencia” en el comentario).”
La más dolorosa de escuchar: “¡Hace esto para llamar la atención, para que estemos encima de él/ella!” (Éste no fue un comentario de sus hijas) Siempre trabajo con el grupo familiar presente y dejo por un momento que estas cosas sucedan porque saco información importante del sistema y su funcionamiento. Paso seguido puse algunos límites. Les indique a sus hijas que debían hacer silencio y observar como yo interactuaba con su mamá. Retomé el manejo de la sesión y pude hacer el estudio.

Resultado: hipoacusia mixta moderada para lo esperado para su edad, con algunos tonos agudos (8000 Hz) con anacusia. Este es un resultado típico de la presbiacusia. Una pérdida en todas las zonas del espectro de frecuencia: graves, medias y agudas con mayor caída en agudas y con algunas frecuencias que aún con la máxima intensidad de rendimiento del audiómetro el paciente no da señales de oír.
Si necesito aclarar que “Doña Estela” entendió inmediatamente como era la prueba y respondió, cuando escuchaba, con claridad. Esto me mostraba una indemnidad en lo neurológico cognitivo. Comprendía perfectamente las consignas y era una mujer inteligente. Con el paso de los años también puede haber un deterioro en lo cognitivo. Este no era el caso.