"Concurso Cervantes: 4ª Entrega" - Paco de Lucia y su aclamada música

  El flamenco fue uno de los regalos más maravillosos que la vida me pudo otorgar hace un par de años. La experiencia que adquirí como bailaora de este ritmo musical durante el tiempo que lo practiqué dejó huellas imborrables y un sinfín de recuerdos arraigados en mi corazón. El flamenco era, en aquel entonces, mi manera de expresar mis más enterradas emociones y conectarme con una música sublime, elegante y digna.    

  En Marzo del año 2010 tuve la oportunidad de ser una estudiante de flamenco en el Ateneo de Trujillo-Venezuela. A las pocas semanas de haberme consagrado en ese mundo, entendí que a este arte se le debe respeto; no se puede solo decir: “voy a ser una bailaora de flamenco porque sí”, “esos movimientos son pan comido” y “el flamenco es muy fácil; solo tienes que zapatear”.   

  Después de unos meses de asistir a las clases de flamenco sucedió algo inesperado en uno de los ensayos. Ese día, al igual que los anteriores, practicaba junto a mis compañeras la coreografía del baile que íbamos a presentar pocas semanas después. A la media hora de haber ensayado, la profesora nos dejó tomar un corto descanso. En ese momento, decidí salir de mi clase y fue allí cuando escuche ese sonar de la guitarra acústica de un modo que jamás lo había percibido en otro estilo musical. Su originalidad, delicadeza y emoción al máximo dejó tieso mi cuerpo en frente de los músicos.   

  Paco de Lucia, que grande es este músico y uno de los padres del ritmo del flamenco. Eso lo supe al preguntar a uno de los músicos guitarristas que ensayaba por su cuenta para el mismo evento al que mi clase participaría semanas después. Aquel hombre me miró y sonrió comentándome: — ¿Cómo es que no sabes el nombre del autor de esta música? Bueno, te lo diré: su nombre es Paco de Lucia y la última canción que tocó mi grupo se llama “Entre dos Aguas”. Ahora dime, ¿Qué fue lo primero que sentiste al escuchar esta canción? —   

  Le dije: — Paz. — El hombre me miró y me volvió a sonreír. Yo me sentí apenada porque luego de haber investigado a Paco de Lucia me di cuenta que es y seguirá siendo uno de los grandes ídolos y artistas celebres en el flamenco y la guitarra acústica. Era un insulto no saberlo siendo alumna de flamenco en ese entonces.    

  La canción “Entre dos Aguas” me hizo sentir conmovida por el celestial ritmo de su guitarra, la delicadeza de su puntear y sus letras llenas de gozo, amor, nostalgia y alegría. Nunca dejaré de sentirme agradecida a la vida por haber tenido la oportunidad de escuchar la música de este talentoso artista español. A este músico lo seguiré recordando como un ejemplo a seguir en el mundo del flamenco por su infinito talento musical y artístico. Paco de Lucia es de los pocos artistas celebres que perdurara como símbolo de la música española y mundial hasta el fin de los tiempos.   

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